Qué pocas veces vive uno una experiencia cinematográfica tan extraordinaria como la de The Brutalist. Decir que la última obra de Brady Corbet es monumental se queda muy corto, pero es un buen adjetivo para rascar algo de la exploración que hace de un viaje de redención a través del equilibrio perfecto entre lo grande y lo pequeño, lo estilizado y lo terrenal. Una obra maestra que será recordada para siempre. Se estrena en cines de toda España el 24 de enero de 2025. Puedes leer aquí otra crítica realizada por Cinemagavia de esta película.



The Brutalist película

Crítica de 'The Brutalist'

Ficha Técnica

Título: The Brutalist
Título original: The Brutalist

Reparto:
Adrien Brody (László Tóth)
Felicity Jones (Erzsébet Tóth)
Guy Pearce (Harrison Lee Van Buren Sr.)
Joe Alwyn (Harry Lee)
Raffey Cassidy (Zsófia)
Stacy Martin (Maggie Lee)
Isaach de Bankole (Gordon)
Alessandro Nivola (Attila)
Emma Laird (Audrey)
Jonathan Hyde (Leslie Woodrow)
Jaymes Butler (Gerente de bar)
Peter Polycarpou (Michael Hoffman)
Jeremy Wheeler (Invitado a la fiesta)

Año: 2024
Duración: 215 min.
País: Estados Unidos
Director: Brady Corbet
Guion: Brady Corbet, Mona Fastvold
Fotografía: Lol Crawley
Música: Daniel Blumberg
Género: Drama
Distribuidor: Universal Pictures International Spain

Filmaffinity

IMDB

Tráiler de 'The Brutalist'

Sinopsis

Huyendo de la Europa de la posguerra, el visionario arquitecto László Toth llega a Estados Unidos para reconstruir su vida, su obra y su matrimonio con su esposa Erzsébet tras verse obligados a separarse durante la guerra a causa de los cambios de fronteras y regímenes. Solo y en un nuevo país totalmente desconocido para él, László se establece en Pensilvania, donde el adinerado y prominente empresario industrial Harrison Lee Van Buren reconoce su talento para la arquitectura. Pero amasar poder y forjarse un legado tiene su precio... (Universal Pictures International Spain)

Dónde se puede ver la película en streaming



El tamaño sí importa

Al menos en este caso concreto, con una The Brutalist, cuya envergadura hace difícil abarcar a modo de análisis todos los conceptos importantes que maneja. Poca duda cabe en que se trata de una mastodóntica, singular, apoteósica, especialísima y atrevida última apuesta de Brady Corbet por deleitar al público.

Una obra que se da cada muchos años, diseñada para verse, sentirse y pensarse. Desde que vemos la Estatua de la Libertad boca abajo, una potente invitación a adentrarnos en una narrativa que reformula el sueño americano y la misma historia a través del viaje del dolor y el trauma. Grande y pequeño, micro y macro, una cinta para dejar huella en el séptimo arte.

The Brutalist película

Dualidad y redención

Nos situamos ante una historia conmovedora y apasionante como la de László. La dupla de escritura e interpretación hacen inevitable empatizar con el personaje. De base bien plantada, porque está concebido de manera compleja y realista, con sus claroscuros. No está basado en nadie concreto, pero sí inspirado en tantos arquitectos de semejante travesía.

László es un hombre torturado por un destino arrebatado, no solo del éxito, también y sobre todo de esa fusión constante que The Brutalist hace de arte y dolor, o más bien de cómo Toth transforma sus cicatrices en expresiones arquitectónicas incomparables. Es su forma de huir y sanar, y por ello vemos cómo cada palmo calculado, ladrillo y diseño está representando su propia biografía. Lo que viene siendo una lucha dual que incluso llega, ya que es judío, a la dimensión espiritual, como he dicho, de la salvación y redención del alma.

Conforme László va desarrollando sus proyectos de arquitectura, va viendo cara a cara a sus fantasmas. Cada una de las nuevas creaciones rezuman existencialismo, es decir, hay una impresión grandiosa que habla del corazón roto del personaje, que en ese mismo proceso artístico busca respirar una paz que no tiene. Aquí ayuda enormemente la dirección de un Brady Corbet minucioso que aprovecha las mastodónticas líneas arquitectónicas para construir un lenguaje visual excepcional en lo grande para fascinar y lo pequeño para interiorizar. Siempre en sintonía.

The Brutalist película

Enfoque de 'The Brutalist'

En este punto uno se pregunta si el enfoque de The Brutalist guarda algo de relación con lo que fue la masterpiece El Pianista de Roman Polanski. Realmente no, es un cariz totalmente distinto, más bien una propuesta que huye de lo usual del drama, obviamente, por la persecución del pueblo judío o cualquier otra raza.

Se constituye aquí una narrativa riquísima y especialmente  matizada para dar a los personajes su lugar, profundidad y voz. Evidente que el mayor peso se lo lleva el de Adrien Brody (Blonde), que está bastante notable, no al nivel de su cosechado Oscar, pero genial como nos habitúa.

The Brutalist película

Protagonismo visual

El apartado visual es una auténtica fiesta para los sentidos del espectador. Rodada en VistaVision, cada imagen está meticulosamente cargada con un peso emocional de lo más específico. A partir de ahí pueden apreciarse decisiones estéticas de enorme calidad hacia los planos estáticos que proyectan el movimiento de los “pequeños elementos”, los planos secuencia o el uso del color y la luz. 

Una empresa de lo más optimizada ya que estamos hablando de una inversión inferior a los 10 millones de dólares. Si con los presupuestos más pretenciosos hemos de ser más duros de lo normal, en este caso toca quitarse el sombrero ante uno de los mayores logros de la historia del cine.

Adrien Brody

Lo menos bueno

Evidentemente, no todo es perfecto, aunque si saco algo de punta no es al ritmo, puesto que son 3,5 horas sensacionalmente marcadas, contemporizadas y dadas a exploraciones argumentales de total rigor. Sí hay algún elemento redundante a nivel narrativo, pero es un tema menor.

Lo que no termina de encajar del todo como sí lo hace el resto de elementos es que a veces se pierde en su complejidad. Es decir, The Brutalist es tan ambiciosa que puede confundir y jactarse en sus conceptos. Esto hace que como espectador puedas sufrir una pesadez que no es tal.

Adrien Brody

Brillante exploración

¿El resto? Un filme extraordinario que aborda temas tan de todos como la transición generacional, la identidad en situación catártica, la suplantación del destino, el cómo llevamos el trauma, la huida…todo ello a través del viaje de László como ese migrante en una sociedad que pregona libertad y ganó la guerra a los Nazis a la par que ahoga a pobres, apartados y sobre todo extranjeros. En definitiva, un arco de situación en este mundo cuando todo se te ha arrebatado.

¡La pertenencia! El sentido de ser amado. Este es el corazón, el concepto del autor en The Brutalist. A través de la historia de László y su mujer podemos mirarnos al espejo, a nuestro hogar y seres queridos, no porque hayamos o no vivido experiencias tan traumáticas como que te persigan los nacionalsocialistas, sino porque estamos vivos y colisionamos tantas veces.

Adrien Brody

Arte y belleza

Y Brady Corbet hace esto genialmente, más allá de las subyacentes críticas al capitalismo, el sueño americano, las clases altas y sus caprichos pasajeros, las corporaciones o el endiosamiento de los poderosos con el pasaje bíblico de la Torre de Babel. Lo que reina aquí sobremanera es el sentido de la vida a través de la belleza, no como lo haría Sorrentino, que está genial si él lo ve así, de manera tan así como la ve él. 

El director trata el arte como podemos hacerlo nosotros en tantas ocasiones al mismo cine, un espacio de huida, sanación, reflexión, creación, inspiración y entretenimiento. El arte en The Brutalist, aparte de ser mastodóntico, plástico y estilístico, es un lugar de luz, diáfano y esperanzador.

Esto es lo que aborda The Brutalist, el simbolismo de la transfiguración personal y social, como esas pinturas de arte oriental que pierden su valor real si dan pie a la frivolidad de los puristas, porque más que interpretadas han de ser experimentadas como parte de nuestra existencia. Cogen peso cuando son relacionales, con cada mirada, una íntimo sola a solo, puesto que, tal cual dicen en esta película, la obra de László no quiere expresar una cosa u otra, simplemente "es".

Conclusión de 'The Brutalist'

The Brutalist da para muchísimo más, para ser tabaco de pipa en esas eternas y placenteras discusiones sobre la vida misma. Una de las mejores películas del siglo, obra maestra que ofrece una experiencia cinematográfica para el recuerdo.

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