The prom es un película musical de temática LGTBIQ dirigida por el ilustre show runner de célebres series, Ryan Murphy. Se basa en el musical de Broadway del mismo nombre estrenado en 2016. El reparto es bastante llamativo e incluye a Meryl Streep (Los puentes de Madison, Memorias de África), Nicole Kidman (Los otros, Eyes wide shut), James Corden (Cats, Into the woods) y Kerry Washinton (Django desencadenado, Little fires everywhere). El tema central de la película es la aceptación y el derribo de prejuicios para con la comunidad homosexual. Es una de las producciones de Netflix más esperadas del momento, y se estrena el 11 de diciembre.



The prom

Crítica de 'The prom'

Ficha Técnica

Título: The Prom
Título original: The Prom

Reparto:
Meryl Streep (Dee Dee Allen)
James Corden (Barry Glickman)
Nicole Kidman (Angie Dickinson)
Andrew Rannells (Trent Oliver)
Kerry Washington (Mrs. Greene)
Keegan-Michael Key (Mr. Hawkins)
Kevin Chamberlin (Sheldon Saperstein)
Nico Greetham (Nick Boomer)
Jo Ellen Pellman (Emma Nolan)
Logan Riley Hassel (Kaylee)
Ariana DeBose (Alyssa Greene)
Nathaniel J. Potvin (Kevin)

Año: 2020
Duración: 131 min.
País: Estados Unidos
Director: Ryan Murphy
Guion: Jack Viertel (Libro: Chad Beguelin, Bob Martin) (Musical: Chad Beguelin, Bob Martin)
Fotografía: Matthew Libatique
Música: Matthew Sklar
Género: Musical
Distribuidor: Netflix

Filmaffinity

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Tráiler de 'The prom'

Sinopsis

Dee Dee Allen (Meryl Streep, ganadora de tres Óscar) y Barry Glickman (James Corden, premio Tony) son dos estrellas del teatro neoyorquino con una crisis entre manos: su nuevo —y carísimo— espectáculo de Broadway ha resultado ser un fracaso absoluto y ha dinamitado sus carreras profesionales. Entretanto, en un pueblo de Indiana, una adolescente (la debutante Jo Ellen Pellman) sufre por una situación completamente distinta: pese al apoyo del director del instituto (Keegan-Michael Key), la presidenta de la Asociación de Padres y Profesores (Kerry Washington) le ha prohibido asistir al baile de fin de curso con su novia Alyssa (Ariana DeBose).

Cuando Dee Dee y Barry deciden que la situación de Emma es la causa perfecta para resucitar su moribunda imagen pública, se lanzan a la carretera junto con Angie (Nicole Kidman, ganadora del Óscar) y Trent (Andrew Rannels), otro par de actores cínicos que buscan un empujón profesional. Pero, cuando ese activismo tan egocéntrico y propio de famosos les explota inesperadamente en la cara, los cuatro ven cómo sus vidas dan un vuelco mientras se afanan por conseguir que Emma disfrute de una noche en la que pueda presumir con orgullo de ser ella misma. (Netflix)

Dónde se puede ver la película en streaming



De Broadway a Indiana

The prom muestra muy pronto sus cartas. Apenas si ha comenzado la película, asistimos a un número musical frenético, de resonancias clásicas pero con el barroquismo colorista e hiperactivo de Ryan Murphy. Este número será la puerta de entrada para conocer a un grupo de actores de Broadway que acaban de estrenar un musical inspirado en la vida de Eleanor Roosevelt. Los clásicos nervios de la noche de estreno se convierten en desolación cuando las primeras críticas son, en todos los aspectos, demoledoras.

Este grupo de actores lo forman Dee Dee (Meryl Streep), una vieja gloria con dos premios Tony en su haber y una elevada dosis de narcisismo. Su principal partenaire es Barry (James Corden), tan extravertido como algo ególatra. Angie (Nicole Kidman) tiene un perfil más bajo al ser corista, pero posee un infatigable optimismo. A ellos se une, en las horas bajas, Trent (Andrew Rannels) un actor en paro que ahora trabaja de camarero.

Todos ellos buscan resarcirse del batacazo de su musical consiguiendo notoriedad y publicidad apoyando una causa que pueda ser mediática. Y así encuentran el caso de Emma Nolan (Jo Ellen Pellman) una joven lesbiana de Edgewater (Indiana) que tiene vedado el acceso al baile de graduación, por no poder acudir con su novia Alyssa (Arian DeBose). Los motivos evidentemente son homófobos, y producto de unos valores propios de la América profunda. Este grupo de actores se dirigen hacia allí para favorecer la causa de Emma. The prom hace un retrato inicial no muy favorecedor de la gente de Broadway, que aparecen como narcisistas contumaces que apoyan una causa solo por la publicidad.

The Prom
Copyright MELINDA SUE GORDON/NETFLIX

A todo color

La presentación de The prom en lo que a la parte de Indiana se refiere, tiene un barniz más o menos político. Los padres, o el equivalente al AMPA de Estados Unidos, suspenden el baile de graduación por la insistencia de Emma en ser fiel a sí misma e ir acompañada por otra chica. El caso llega incluso al Fiscal General del Estado. Pero justo cuando en Edgewater se está dirimiendo la cuestión, llega la troupe de Broadway. Es en ese momento cuando la tendencia más desbocada Ryan Murphy pone en marcha un mecanismo colorista, de tonos vivísimos, y ritmo incontrolable.

La dirección es intensa, pero no muy certera. Es un terremoto de paneos, movimientos fulgurantes, angulaciones espasmódicas y planos que duran como mucho un segundo. Es un estilo barroco pasado de vueltas. En las series creadas por Murphy pasa un poco lo mismo. Tomando como ejemplo American horror story, podemos percibir la tendencia hacia la exageración histriónica y un estilo visual un tanto freak y rimbombante. A veces con éxito (la temporada 2) y otras con una matraca cansina y mareante.

Las canciones de The prom van sonando y siendo presentadas de manera igualmente fulgurante. En esta parte de la narración Dee Dee, Barry, Angie y Trent todavía están muy pagados de sí mismos y entran en la vida de Emma como un elefante en una cacharrería. El objetivo de llamar la atención para que Emma pueda ir al baile de graduación con la pareja que quiera y mostrándose abiertamente lesbiana parece que progresa, aunque solo sea por el escándalo. Pero no todo va a ser tan fácil.

Ryan Murphy
Copyright MELINDA SUE GORDON/NETFLIX

Los amores prohibidos

El contrapunto intimista y sereno de The Prom es todo lo que rodea a Emma. Es una adolescente de diecisiete años taciturna, aunque amable, que no puede mostrar abiertamente su relación con Alyssa. Y es que ésta no ha revelado a nadie, ni siquiera a su familia, que ella es lesbiana. La relación es un poco asimétrica, pues Emma sí ha tenido el valor de reconocer su condición, al coste de tener que dejar su propia casa por diferencias con sus padres. El baile cobra así mayor trascendencia, de tal modo que Emma espera que Alyssa muestre públicamente su verdadero ser y, además, su amor por ella.

Lo que rodea a la historia de Emma es un contrapunto necesario al ritmo casi sísmico de los actores de Broadway. Y es que, por mucho ánimo expansivo que pueda tener una película, no está de más algún elemento que temple los impulsos. Las canciones que cantan desde ambos ámbitos tienen sus diferencias. El grupo de actores interpretan canciones más cercanas al Broadway clásico, pero con una producción más moderna. Emma y Alyssa se valen de un estilo más cercano al pop contemporáneo y de unas coreografías más sencillas.

Cabe mencionar que la música de The Prom corre a cargo de Matthew Sklar, las letras son de Chad Beguelin y, concatenando creadores, todo tiene su origen en un concepto general de Jack Viertel. La mezcla de estilos musicales no es del todo armoniosa. Quizá porque al principio el encuentros entre Emma y los actores muestra la diferencia de caracteres, que poco a poco se va convirtiendo en complicidad.

The Prom
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Choque cultural

Un recurso usado continuamente durante The prom es el contraste, a veces hosco y conflictivo, entre la modernidad de los actores de Broadway y la cerrazón de los habitantes de Edgewater. No es un análisis muy fino, aunque pueda encerrar algo de verdad. La gente de Indiana es representada como paleta, reaccionaria, zafia y bruta. Desde la chicas del instituto a los pétreos progenitores. Acaso pueda haber sustento para ello en la América profunda, pero la descripción es esquemática, simple y arquetípica. Los saltos van del blanco al negro, sin incluir escalas de grises. O casi.

Un personaje interesante es el director del instituto, el señor Hawkins (Keegan-Michael Key). Es de los pocos habitantes del pueblo de Indiana que está a favor de la causa de Emma, y además es un fan de la larga carrera de Dee Dee. Tanto es así que entre ambos se inicia una especie de flirteo. De algún modo es el vínculo entre ambos mundos. La némesis, la "villana" de la película, es la señora Greene (Kerry Washinton), la madre de Alyssa. Se aferra a los valores tradicionales con tal intensidad que se opone frontalmente a que dos lesbianas acudan al baile de graduación.

En The prom, ya decimos, la descripción de personajes no es precisamente de trazo fino. De hecho, se basa en la exageración de clichés. No obstante, se trata de un musical con forma de feel good movie que se viene arriba, así que tampoco hace falta que el guion sea una novela de Balzac. De todos modos quizá algo más de desarrollo hubiera dado un carácter más serio al mensaje que The prom defiende.

Ryan Murphy
Copyright MELINDA SUE GORDON/NETFLIX

Un reparto estelar

Un buen acicate para ver The prom es su estupendo reparto. Para disfrutarlo plenamente hay que tener en cuenta que las interpretaciones vienen enmarcadas en el tono general de histrionismo y exageración. Los ademanes, la forma de vocalizar tiende a la teatralidad. Meryl Streep siempre suma cuando aparece en pantalla en la piel de Dee Dee, una vieja gloria algo arrogante, pero simpática en el fondo. Nicole Kidman es menos protagonista, pero tendrá un momento de conexión con Emma verdaderamente interesante. Su actuación es un compendio de elegancia.

Sobre James Corden, en las primeras impresiones, se están cargando tintas al representar a un personaje gay de una forma excesivamente amanerada y tópica. No obstante, el tono de la película es así, exagerado, teatral y sin demasiada mesura. En realidad no hace más que adaptarse al estilo de The prom. En cualquier caso es un personaje simpático, que cada vez se implicará más con el dilema de Emma.

Todos ellos por muy exageradamente que estén perfilados, evolucionan en lo que sería el segundo acto de la película, iniciado por un evento negativo que implica a Emma. Barry dejará de postergar la nula relación con sus padres, Dee Dee sentirá necesidad de pasar página de su antiguo divorcio y tener una relación con el señor Hawkins. La segunda parte del metraje es introspectiva y más calmada... al estilo Ryan Murphy. Esto es, sin abandonar el tono juguetón y despreocupado. Salvo por algunos insertos sentimentales que derivan en cursilería pura y dura.

The Prom
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Conclusiones de 'The prom'

The prom es un cañonazo de luz, color, y alma festiva, que Ryan Murphy nos lanza como si fuera un niño con zapatos nuevos. El problema es el omnipresente espíritu del exceso, del desorden y el barroquismo que acaban mermando la narrativa. Tiende a ser una película desequilibrada y, si no entras en su esencia, algo agotadora. En contrapartida, el mensaje  es alentador y positivo, Meryl Streep y Nicole Kidman no decepcionan y Ryan Murphy demuestra un sentido de la diversión y el espectáculo inagotable.  Imperfecta película, pero no exenta de personalidad.

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