El 12 de junio de 2025 se estrena en cines Todo saldrá bien, una película del cineasta Ray Yeung que tuvo su estreno mundial en el Festival de cine de Berlín y su presentación en nuestro país en la Sección Oficial del Festival de Gijón FICX62. Ambientada en Hong Kong, Todo saldrá bien reflexiona sobre la problemática familiar que conlleva que tu pareja de toda la vida fallezca sin dejar testamento.
Crítica de 'Todo saldrá bien'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Todo saldrá bien
Título original: All Shall Be Well
Reparto:
Patra Au (Angie Wang)
Maggie Li (Pat Wu)
Tai Bo (Shing Wu)
So-ying Hui (Mei Shum)
Chung-Hang Leung (Victor Wu)
Fish Liew (Fanny Wu)
Rachel Leung (Kitty)
Lai Chai Ming (Sum)
Li Lai Ha (Lin)
Luna Shaw (Yvonne)
Gia Yu Yuk Wah (Dee)
Año: 2024
Duración: 93 min.
País: Hong Kong
Director: Ray Yeung
Guion: Ray Yeung
Fotografía: Leung Ming-Kai
Música: Veronica Lee
Género: Drama
Distribuidor: Karma Films
Tráiler de 'Todo saldrá bien'
Sinopsis
Cuenta la historia de Angie y Pat, una pareja que ha compartido su vida durante los últimos 30 años. La muerte repentina de Pat sin testamento deja a Angie a merced de su familia política, con los que siempre ha tenido una relación cordial y cercana. Angie se ve obligada a enfrentarse a ellos no solo para que se respete la última voluntad de su pareja, sino también para mantener su dignidad y la casa en la que ellas dos han vivido juntas desde que se conocieron. (Karma Films)
Dónde se puede ver la película en streaming
El duelo que no permite despedidas
Todo saldrá bien explora con sobriedad y elegancia cómo el duelo puede verse contaminado por prejuicios y dinámicas familiares tóxicas. Angie debe defender no solo su derecho a conservar el hogar que compartió con su compañera, sino también la legitimidad de una historia de amor que otros prefieren ignorar.
A través de escenas cotidianas, la llegada de los familiares, las conversaciones tensas, la lucha silenciosa por preservar la memoria de Pat, Todo saldrá bien construye un retrato conmovedor de una mujer que, en su aparente fragilidad, demuestra una fortaleza admirable.
Sensibilidad y contención
Ray Yeung aborda esta historia con un tono mesurado y respetuoso. No hay en su dirección excesos melodramáticos ni manipulaciones emocionales. La cámara se coloca siempre a la altura de los personajes, observando sus gestos y silencios con paciencia y empatía.
Yeung acierta al confiar en la fuerza del relato y en la carga emocional que transmiten las situaciones más cotidianas. El conflicto legal y moral se presenta sin grandilocuencias, pero con una tensión constante que mantiene al espectador comprometido. Además, Todo saldrá bien evita caer en el didactismo, no busca ofrecer discursos, sino mostrar, a través de una historia concreta, cómo las discriminaciones más dolorosas suelen ejercerse en el terreno íntimo.
Un corazón que late
Patra Au, que encarna a Angie realiza un trabajo extraordinario, sin necesidad de grandes gestos ni escenas lacrimógenas. Transmite toda la complejidad emocional de su personaje, el dolor por la pérdida, la rabia contenida ante la injusticia, la ternura al recordar los pequeños momentos compartidos.
El reparto secundario también cumple con solidez, aunque es cierto que algunos personajes familiares caen en arquetipos previsibles. Sin embargo, esto no empaña la potencia de las escenas de confrontación, que están cargadas de una tensión emocional muy bien modulada.
Belleza en lo sencillo
El apartado técnico de Todo saldrá bien apuesta por una estética sobria y elegante. La fotografía utiliza luces suaves y encuadres cerrados para acentuar la intimidad del relato. La casa compartida por Angie y Pat, escenario principal de la película, se convierte casi en un personaje más, un espacio cargado de memoria y afecto. El montaje respeta los tiempos de los personajes y permite que las emociones respiren, la música, discreta pero emotiva, acompaña sin subrayar en exceso los momentos clave.
Conclusión de 'Todo saldrá bien'
Todo saldrá bien es un drama sereno y profundamente humano que aborda temas de gran relevancia sin necesidad de alzar la voz. La historia de Angie nos recuerda que el amor y el duelo no deberían depender del reconocimiento externo ni de permisos familiares.
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