Todos los lados de la cama es la tercera entrega de la saga creada por Emilio Martínez-Lázaro, que en 2002 revolucionó el cine español con El otro lado de la cama. Dirigida por Samantha López Speranza, esta comedia musical sigue la historia de Javier y Carlota, que se unen para impedir la boda de sus hijos, Óscar y Julia, y en el proceso, deben enfrentar sus propios demonios y reflexionar sobre el amor, la pareja y la vida. Con un reparto que incluye a Ernesto Alterio, Natalia Verbeke y Guillermo Toledo, la película promete ser una mezcla de nostalgia, humor y música. Estreno el 14 de noviembre de 2025 en salas de cine españolas.
Crítica de 'Todos los lados de la cama'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Todos los lados de la cama
Título original: Todos los lados de la cama
Reparto:
Ernesto Alterio (Javier)
Pilar Castro (Carlota)
Jan Buxaderas (Óscar)
Lucía Caraballo (Julia)
Sergio Abelaira (Sito)
Leire Aguiar (Marina)
María Esteve (Pilar)
Alberto San Juan (Rafa)
Guillermo Toledo (Pedro)
Secun De La Rosa (Carlos)
Natalia Verbeke (Paula)
Lucas Velasco (Néstor)
Mamen García (Encarni)
Yago Moreno (Chus)
Natalia Diaz (Dra Serrano)
Abril Zamora (Celia)
Año: 2025
Duración: 112 min.
País: España
Director: Samantha López Speranza
Guion: Carlos del Hoyo, Irene Bohoyo
Fotografía: David Azcano
Música: Vanessa Garde
Género: Comedia. Musical
Distribuidor: Walt Disney Studios Motion Picture Spain
Tráiler de 'Todos los lados de la cama'
Sinopsis
Tras décadas sin verse, Javier (Ernesto Alterio) y Carlota (Pilar Castro) montan en cólera cuando descubren que sus hijos Óscar (Jan Buxaderas) y Julia (Lucía Caraballo) planean casarse. ¿Quién a su edad tiene una relación heteronormativa y exclusiva en 2025 con todo lo que les queda por experimentar? ¿Es que no les han enseñado nada como padres?
Ni Paula (Natalia Verbeke), madre de Óscar; ni Rafa (Alberto San Juan), convertido en gurú contra las relaciones tóxicas; ni Pilar (María Esteve), organizadora de bodas; ni su amigo Carlos (Secun de la Rosa), sirven de mucha ayuda a Javier y Carlota en su firme propósito de impedir la boda.
Y aunque Julia y Óscar pertenecen a una generación en la que el amor, el sexo y las relaciones son más libres y respetuosas que las de sus padres, las tretas ruines de Javier y Carlota ponen todo patas arriba a medida que la fecha de la boda se acerca. Porque por mucho que todos ellos hayan explorado Todos los lados de la cama, en el amor y el sexo la única certeza es que nadie sabe nada.
Dónde se puede ver la película en streaming
La cama no da más de si
Todos los lados de la cama vuelve a un universo que, en su momento, supo retratar con frescura los enredos sentimentales y sexuales de una generación confundida pero vitalista. Sin embargo, esta secuela llega con un espíritu muy distinto, más ruidoso, más autoconsciente y, paradójicamente, menos inspirado.
El choque generacional que propone podría haber generado comedia inteligente y reflexión ligera, pero los malentendidos se acumulan sin verdadera progresión dramática. La trama se sostiene a base de enredos casi teatrales, gags musicales que funcionan de manera desigual y personajes secundarios que entran y salen aportando más ruido que sustancia.
La nostalgia como fuga
Samantha López Speranza intenta recuperar el tono vibrante de El otro lado de la cama y su secuela original, pero la fórmula llega agotada. Su dirección apuesta por un ritmo frenético, números musicales luminosos y un tono de farsa desenfadada, pero la energía rara vez se convierte en chispa auténtica.
Hay un intento evidente por actualizar el universo a un 2025 donde las conversaciones sobre modelos relacionales, toxicidades afectivas y nuevas identidades son parte del día a día. El problema es que Todos los lados de la cama las aborda de forma superficial, casi como etiquetas que se enuncian sin integrarse verdaderamente en la narrativa.
Un elenco que brilla cuando puede
Ernesto Alterio y Pilar Castro son, como siempre, magnéticos, su química está intacta y ambos saben manejar el caos emocional de sus personajes con ese punto de torpeza encantadora que ya definía la saga. Sin embargo, el guion les da menos margen para brillar, demasiadas escenas dependen de gritar, tropezar o exagerar emociones que antes manejaban con más naturalidad.
Los jóvenes, Jan Buxaderas y Lucía Caraballo, son quizá lo mejor de Todos los lados de la cama, sus interpretaciones son frescas, sinceras y equilibradas. Representan una generación que no necesita impostar modernidad, porque vive en ella. Son el verdadero corazón de la historia, pero desgraciadamente la película no les concede el protagonismo emocional que merecen.
Color y desorden
El apartado visual es probablemente el terreno donde la película se siente más segura. La fotografía colorida, la iluminación cálida y el diseño artístico que combina lo kitsch con lo contemporáneo encajan bien con la tradición estética de la saga.
El montaje apuesta por dinamismo y cortes rápidos, pero también contribuye a que la película dé la sensación de estar siempre acelerada, sin permitir que los momentos emocionales respiren. Técnicamente funciona, pero carece de la elegancia y el ingenio que hicieron que las primeras entregas se sintieran frescas.
Conclusión de 'Todos los lados de la cama'
Todos los lados de la cama intenta ser una actualización moderna y desenfadada de un clásico de la comedia española, pero se queda a medio camino. Tiene momentos divertidos, actuaciones que sostienen el conjunto y un colorido homenaje a su propia identidad, sin embargo, el humor desigual, la falta de profundidad en su sátira y el desgaste evidente de la fórmula hacen que la película nunca termine de despegar.
Únete a nuestro CANAL DE TELEGRAM





