Tras el verano es la ópera prima de Yolanda Centeno, que llega el 16 de mayo de 2025 a los cines de la mano de Alfa Pictures. Tras el verano, que pasó por el Festival de Málaga con una calurosa acogida, es un largometraje que profundiza en las familias reconstituidas, y cómo asumiendo roles de la convivencia con los hijos de la pareja, se genera una coparentalidad, no exenta de conflictos, pero que por encima de todo crea vínculos entre personas. Relaciones y sentimientos que, en caso de una separación posterior, pueden desaparecer para siempre.
Crítica de 'Tras el verano'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Tras el verano
Título original: Tras el verano
Reparto:
Alexandra Jiménez
Juan Diego Botto
Álex Infantes
Ruth Gabriel
Stéphanie Magnin (Esther)
Daniel Navarro (Bruno)
Alejandro López
Alicia Moruno (Julia)
Fran Cantos (Mauricio)
Tamara Arias (Carmen)
Ana del Arco
Eduardo Rejón
Año: 2025
Duración: 94 min.
País: España
Director: Yolanda Centeno
Guion: Yolanda Centeno, Jesús Luque
Fotografía: José Luis Bernal Ibañez
Música: Pablo Cervantes
Género: Drama. Maternidad
Distribuidor: Alfa Pictures
Tráiler de 'Tras el verano'
Sinopsis
Paula, Raúl y Dani podrían ser una familia más. Podrían serlo, de no ser porque Dani no es hijo de Paula, y ésta se enfrenta con el reto diario de encajar en una familia reconstituida. Este conflicto, unido a una crisis de pareja, hace que Paula pueda dejar de ver para siempre a Dani. Una historia que nos habla de afectos, poniendo los derechos del menor en el centro del debate y una gran pregunta: ¿qué es más importante, los sentimientos o el ADN?
Con todo, Tras el verano pone sobre la mesa un vacío legal que cancela emociones y una gran pregunta: ¿qué es más importante, los sentimientos o el ADN? (Alfa Pictures)
Dónde se puede ver la película en streaming
Cuando la ley no reconoce al corazón
Paula no es una superheroína, pero carga con un peso que ni Hércules aguantaría, criar a Dani, el hijo de Raúl, como si fuera suyo, durante años. Ha sido su madre en todo, menos en el DNI, pero cuando la relación con Raúl se resquebraja, la ley la trata como a una extraña.
Tras el verano no es un drama sobre custodias legales, sino sobre el vacío que deja un sistema que prioriza la sangre sobre los abrazos. El guion acierta al mostrar cómo Paula lucha contra trámites y miradas prejuiciosas, pero tropieza al caer en momentos predecibles, en los que sabemos cómo terminará, pero no por eso duele menos.
Realismo doloroso
Yolanda Centeno, en su ópera prima, elige la sencillez como bandera. Sus planos son ventanas abiertas a una casa donde el sol se cuela por las persianas y las discusiones resuenan en paredes encaladas. No hay efectos rebuscados ni ángulos imposibles, aquí, la cámara se sienta a la mesa con la familia.
La paleta de colores naturales, azules desgastados, blancos rotos, refleja la cotidianidad de un hogar que podría ser el de cualquiera, pero el ritmo, aunque bien intencionado, a veces se ahoga en silencios largos. Hay escenas que piden un respiro y otras necesitarían más gas y menos contemplación.
Lagrimas que reflejan verdad
Alexandra Jiménez lleva la película a cuestas con una mezcla de rabia y ternura. Su Paula no es una mártir, es una mujer que sonríe mientras le tiembla la voz. Jiménez logra algo raro, hacerte olvidar que estás viendo a una actriz. Juan Diego Botto, como Raúl, evita el cliché del padre villano. Su dolor es genuino, especialmente cuando calla. Álex Infantes, como Dani, es el alma invisible, sin diálogos grandilocuentes, con una mirada que pregunta sin palabras.
Canciones de cuna y silencios
La fotografía de José Luis Bernal captura la luz como un personaje más, en la mayoría de escenas claves no hace falta diálogo gracias a esto. La banda sonora de Tras el verano usa piano y cuerdas discretas, es sencilla, como una nana rota. El montaje, a pesar de algunos fallos, destaca los flashbacks de Dani jugando. Se entrelazan con el presente gris, aunque a veces repiten demasiado la misma idea, "esto ya no es lo mismo".
Conclusión de 'Tras el verano'
Tras el verano aporta una mirada sincera y necesaria al drama de las familias reconstituidas y al vacío legal que afrontan. Sus fortalezas residen en las actuaciones de Alexandra Jiménez y Juan Diego Botto y en su sensibilidad al retratar el amor materno más allá de la sangre.
Únete a nuestro CANAL DE TELEGRAM