Entre los paisajes nevados de un pequeño pueblo costero, una joven que trabaja en una pensión y un novelista gráfico en busca de inspiración empiezan a forjar un extraño y delicado vínculo. Un invierno en Sokcho, película dirigida por Koya Kamura, fue estrenada el año pasado en Toronto International Film Festival, presentada en el Festival Internacional de San Sebastián, y seleccionada ahora en la sección Voyages del Atlántida Mallorca Film Fest 2025 (del 27 de julio al 27 de agosto en Filmin).



Un invierno en Sokcho película

Crítica de 'Un invierno en Sokcho'

Ficha Técnica

Título: Un invierno en Sokcho
Título original: Hiver à Sokcho

Reparto:
Bella Kim (Sooha)
Roschdy Zem (Yan Kerrand)
Mi-hyeon Park (La madre de Sooha)
Tae-ho Ryu (Mr. Park)
Doyu Gong (Joon-oh)
Jung Kyung-soon (La tía)
Minhee Cho (El excursionista)
Hui-hyeon Ki (Mujer vendada)

Año: 2024
Duración: 104 min.
País: Francia
Director: Koya Kamura
Guion: Koya Kamura, Stéphane Ly-Cuong
Fotografía: Elodie Tahtane
Música: Delphine Malaussena
Género: Drama. Familia
Distribuidor:

Filmaffinity

IMDB

Tráiler de 'Un invierno en Sokcho'

Sinopsis

Soo-Ha, de 25 años, vive estancada en Sokcho, un pueblo costero. Su rutina cambia con la llegada de Yan Kerrand, un francés que se hospeda en la pensión donde trabaja. Juntos, comienzan a explorar sus identidades y heridas, construyendo un vínculo frágil mientras el invierno cae sobre el pueblo. (Filmin)



Mar helado y tristeza

La trama de Un invierno en Sokcho se mueve en un terreno de introspección y silencios, más que grandes acontecimientos. Lo que se nos muestra es una serie de encuentros, miradas y conversaciones a medias entre Soo-Ha y Yan, donde ambos intentan comprenderse y, a la vez, descifrar sus propias contradicciones.

La llegada del invierno, con su crudeza, simboliza a la perfección ese estado de parálisis vital en el que la protagonista se encuentra atrapada. El guion, con su tono pausado y melancólico, aborda cuestiones de pertenencia, soledad y la necesidad de reconciliarse con los propios orígenes.

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La sutileza de lo no dicho

Koya Kamura dirige con un estilo contemplativo, casi minimalista. Su mirada se centra en lo cotidiano, en aquello que aparentemente no tiene importancia, pero que construye el trasfondo emocional de los personajes. Hay un claro interés por reflejar la atmósfera del lugar, Sokcho aparece como un pueblo que vive entre el mar y el hielo, entre la tradición pesquera y la modernidad que nunca llega del todo.

Kamura apuesta por un lenguaje cinematográfico de silencios y pausas prolongadas, donde la tensión surge precisamente de lo que no se dice. El director parece más preocupado por captar un estado de ánimo que por avanzar en la narración clásica, es un cine de sensaciones, de atmósferas, más cercano a la literatura introspectiva que al drama convencional.

Bella Kim

Miradas explicativas

La interpretación de Bella Kim sostiene prácticamente toda la película, logra transmitir la fragilidad de una joven dividida entre la herencia de su madre coreana y la ausencia de un padre francés que se convierte en un fantasma identitario. No es un papel de grandes estallidos emocionales, sino de gestos contenidos, de miradas prolongadas, de silencios que expresan más que cualquier diálogo.

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El frío como protagonista 

El apartado visual es, probablemente, lo más destacado de Un invierno en Sokcho. La fotografía aprovecha a la perfección los tonos fríos, los cielos encapotados y la textura del invierno en un pueblo costero. El mar se convierte en un elemento omnipresente, metáfora de aquello que es inmenso, desconocido e inabarcable, como los propios sentimientos de Soo-Ha. Las escenas en interiores contrastan con esa vastedad, habitaciones pequeñas, cocinas humildes y calles estrechas que acentúan la sensación de encierro.

Conclusión de 'Un invierno en Sokcho'

Un invierno en Sokcho no es una película que busque impactar con giros de guion o grandes revelaciones, es, más bien, un retrato íntimo y delicado sobre la búsqueda de identidad, sobre lo que significa crecer entre dos culturas y sentir que se pertenece a ninguna.

Sin embargo, esa misma sutileza puede convertirse en un arma de doble filo, hay momentos en los que la narración parece estancarse demasiado, en los que el minimalismo raya en la frialdad emocional. Un invierno en Sokcho convence más como ejercicio estético que como relato dramático pleno.

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CINEMAGAVIA
6 / 10
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Pablo Veiga Carpintero
Escribo sobre cine, series y teatro.
un-invierno-en-sokcho-ucritica-pelicula-estreno-cineUn invierno en Sokcho no es una película que busque impactar con giros de guion o grandes revelaciones, es, más bien, un retrato íntimo y delicado sobre la búsqueda de identidad, sobre lo que significa crecer entre dos culturas y sentir que se pertenece a ninguna. Sin embargo, esa misma sutileza puede convertirse en un arma de doble filo, hay momentos en los que la narración parece estancarse demasiado, en los que el minimalismo raya en la frialdad emocional. Un invierno en Sokcho convence más como ejercicio estético que como relato dramático pleno.

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