Estudo Momento regresa a las tablas con 1888 Señorita Julia, una adaptación teatral de "La señorita Julia" de August Stringberg. Está dirigida y versionada por Xoán Carlos Mejuto, quién también la protagonizada, metiéndose en la piel de Juan. Además, cuenta con Iria Ares en el papel de la señorita Julia. La obra fue uno de los estrenos destacados de OFF Latina Teatro, durante el mes de marzo, finalizando sus funciones el 8 de abril de 2022.



1888 Señorita Julia

Crítica de '1888. Señorita Julia'

Ficha Técnica

Título: 1888. Señorita Julia
Título original: Fröken Julie

Reparto:
Xoán Carlos Mejuto (Juan)
Iria Ares (Julia)

Duración: 80 min. apróx.
Dirección: Xoán C. Mejuto
Versión: Xoán C. Mejuto
Autor: August Strindberg
Producción: Estudo Momento

Tráiler de '1888. Señorita Julia'

Sinopsis de '1888. Señorita Julia'

1888. Señorita Julia nos lleva a la noche de San Juan. La Señorita Julia ha preferido celebrarla con el servicio. Juan, criado predilecto del Sr Conde, cree ver la ocasión de cumplir sus ambiciones más profundas. Aprovechando un momento de debilidad de la señorita forzará la situación para seducirla. El alcohol, la excitación y la fiebre de la noche llevarán a los amantes a consumar su peligroso juego de pasiones. Error fatal que tratarán de enmendar antes de la inminente vuelta del Conde. (OFF LATINA TEATRO). 



1888 Señorita Julia
Foto de Xavi Gantes Photography

Lucha de seducción

August Strindberg es uno de los autores más polémicos del siglo XIX, por su estilo tan personal y, sobre todo, por las ideas tan férreas que defendía. Pasado a la historia como un misógino, con el tiempo sus títulos se han convertido en auténticos adalides del feminismo. Así, Xoán C. Mejuto recupera uno de los clásicos del dramaturgo con 1888 Señorita Julia, una versión que explora el texto desde una perspectiva más marcada en su contenido. Por tanto, el enfrentamiento entre la diferencia de clases cede ante la concepción de dar mayor importancia al significado de masculino y femenino. Aun así, mantiene una gran parte del texto original, a diferencia, que se omite el personaje de Cristina. Pese a ello, Mejuto ha sabido repartir el texto de la cocinera en el personaje de Juan, para no perderse en el contexto.

Esta adaptación, a nivel de narrativa, no presenta grandes cambios con respecto al clásico. Por lo cual, el impacto y la potencia que ya tuviera Strindberg regresa a cobrar vida. No obstante, se valora que se haya dado una vuelta de tuerca, dejando salir cierto suspense que provoca un efecto enigmático entre los espectadores. Después, claramente, hay ese señalamiento a una época pasada, no por nada lo lleva por título, pero sirve de reflexión sobre el avance en el pensamiento. Los juegos de seducción y poder siguen siendo uno de los principales leitmotivs, sin omitir aquellas partes más políticamente incorrectas. Gracias a ello, la pieza teatral adquiere un simbolismo realmente actual, donde la dicotomía de lo masculino y femenino se postra ante la concepción de esta señorita Julia y su particular liberación.

Estudo Momento
Foto de Xavi Gantes Photography

Entre ella y él

Además de adaptar la obra de Strindberg, Xoán Carlos Mejuto también protagoniza 1888 Señorita Julia. En primer lugar, Xoán Carlos Mejuto trae un Juan más impetuoso, potente y una presencia que ya se ve desde las primeras escenas. Con lo cual, la concepción de su personaje se aborda desde ese afán de “donjuan” que ya se podía entrever en el texto original. Además, Mejuto tiene una forma de transmitir sobre la escena, que le permite seducir con la mirada, al mismo tiempo que impregna de oscuridad a su personaje. Por este motivo, su trabajo dramático es sobresaliente, no se pierde en ningún momento y eleva cada parte en la que se van descubriendo detalles de su trama. Además, consigue llamar la atención, incluso en aquellos momentos en los que se encuentra en un plano más secundario.

Iria Ares tiene la difícil misión de convertirse en esta señorita Julia, que no parte únicamente del capricho y de la clase alta, sino que tiene tras de sí hay un bagaje sexual catalizador. Por un lado, impresiona su capacidad de seducción, hay una sinergia con una elegancia innata, que se tranmite por sus facciones y sus movimientos. En ese sentido, Ares exprime al máximo ese componente suave, lujurioso y tenue, a la par que le da un toque de frialdad. Sin embargo, en su dicción y en la forma de interactuar con su compañero, en concreto, en el parlamento, no consigue darle mayor verosimilitud. Por lo tanto, hay cierta pomposidad, entendiéndose la elección, pero podría moldearse de una forma que transmitiera más verdad. Aun así, hay escenas sobrecogedoras y en las que se entrega totalmente.

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Foto de Xavi Gantes Photography

Masculino y femenino

Una de las razones por las que merece ver 1888 Señorita Julia es la construcción de una propuesta escénica efectiva y absorbente. Para comenzar, la elección de colocar el contraste en los símbolos masculinos y femeninos en el personaje de Julia es un auténtico acierto, fascinante e inteligente. Gracias a ello, se envuelven dichos estímulos al contexto de su protagonista, que se abre ante un debate eterno entre la necesidad de atribuir el poder ante un género. Por ello, ya no solo se reivindica la imagen de la mujer como personaje influyente, sino que rompe con los estereotipos de feminidad y masculinidad, extrayéndose una construcción más profunda. Por otro lado, la escenografía se apoya en esta iconografía, por lo que experimenta una composición más sencilla. Aun así, no es necesaria más floritura o adornos.

El ritmo de la pieza despega como el buen vino, al que hay que degustar de forma paulatina y sin arranques rápidos y efectos oportunistas. Con lo cual, el montaje no busca un dinamismo puro y duro, sino moverse en la elegancia y en la contemplación de la acción. También cabe destacar que sabe dónde meter aquellos puntos de acción, que dan vida a la pieza teatral y permite que no se estanque. Por otra parte, el vestuario se ve más trabajado en Juan, mientras que en Julia se presenta una elaboración más sobria, aunque en coherencia con la clase social que se desea transmitir. Tanto uno como otro son eficaces. Únicamente, la parte final pierde ese frenesí de pasión, siendo una de las partes más emocionantes, al no obtener mayor verosimilitud en lo que sucede con el pájaro. En consecuencia, pierde algo de fuerza por verse más artificial.

1888 Señorita Julia
Foto de Xavi Gantes Photography

Conclusión

1888 Señorita Julia toma el texto original de August Strindberg, con una versión que pone el foco en la lucha de poderes y el género como punto principal. Asimismo, se mantiene la reflexión del clasismo social, por lo que es fiel a la obra primigenia. Sin embargo, hay que aplaudir que se apueste por un simbolismo con una dicotomía muy atractiva, que también se transfiere a su puesta en escena. Por lo cual, su propuesta técnica y artística, con un minimalismo efectivo, saca partido a la iconografía creada. Xoán Carlos Mejuto está estupendo, con una presencia escénica espléndida, mientras que Iria Ares destaca en esa energía seductora que emerge de su trabajo. Un clásico que no exento de polémica, en la actualidad toma un significado moderno y actual, empoderando y estrujando a su personaje principal.

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Diego Da Costa
Subdirector de Cinemagavia. Comunicólogo audiovisual por la UCM y Máster en Comunicación en la Red por la UNED. Miembro de EGEDA (Premios Forqué) e Ingeniero Audiovisual en Ricoh España. Co-creador de la compañía artística La Joie de la Colina. Como diría Elizabeth Taylor: "Las ideas mueven el mundo sólo si antes se han transformado en sentimientos".
1888-la-senorita-julia-critica-teatroToma el texto original de August Strindberg, con una versión que pone el foco en la lucha de poderes y el género como punto principal. Hay que aplaudir que se apueste por un simbolismo con una dicotomía muy atractiva, que también se transfiere a su puesta en escena. Xoán Carlos Mejuto está estupendo, con una presencia escénica espléndida, mientras que Iria Ares destaca en esa energía seductora que emerge de su trabajo. Un clásico que no exento de polémica, en la actualidad toma un significado moderno y actual, empoderando y estrujando a su personaje principal.

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