2551.01 se trata de una película experimental dirigida por el austríaco Norbert Pfaffenbichler que se ha presentado en el Festival de Sitges de este año, en la sección de Noves Visions (también dentro del festival online). La película es un homenaje al cine mudo expresionista, así como un retrato de las pesadillas del cine más vanguardista. No apta para todos los públicos, desde luego.



2551.01

Crítica de '2551.01'

Ficha Técnica

Título: 2551.01
Título original: 2551.01

Reparto:
Stefan Erber
David Ionescu

Año: 2021
Duración: 65 min.
País: Austria
Director: Norbert Pfaffenbichler
Guion: Norbert Pfaffenbichler
Fotografía: Martin Putz
Música: Wolfgang Frisch, Simon Spitzer
Género: Cine experimental
Distribuidor:

Filmaffinity

IMDB

Tráiler de 2551.01

Sinopsis

Un hombre rescata a un niño y luego intenta quitárselo de encima sin mucho éxito, así que terminan vagando por un mundo subterráneo, poblado por grotescas figuras enmascaradas. Cien años después de que Chaplin filmara su primer largo, El chico, Norbert Pfaffenbichler ofrece una interpretación en clave punk y experimental, que el propio cineasta ha definido como un slapstick distópico.



Arte para perturbados

Lo cierto es que hay que ir avisado. Norbert Pfaffenbichler es un hombre que proviene de la vanguardia artística, y específicamente del movimiento conocido como austrian abstract cinema (cine austríaco abstracto). 2551.01 es una película muda y en blanco y negro, y la temática es de lo más oscura que podamos imaginar. Lo que un espectador corriente, alejado de este mundillo más arty podría calificar perfectamente como arte para perturbados.

2551.01

La parada de los Monstruos

2551.01, a pesar de su vanguardismo, parece contar una historia en términos narrativos. En una sociedad alternativa en la que las personas no son personas sino monstruos y que no viven en la tierra sino debajo de esta, después de una manifestación en la que la policía carga contra los manifestantes, un niño se pierde y nuestro protagonista decide rescatarlo. A lo largo de la película intentará buscar la familia del niño, mientras bucea por este inframundo. La trama está vagamente inspirada en la película de Chaplin, El niño.

Evidentemente, 2551.01 parece querer contarnos una sociedad teóricamente espejo de la nuestra, pero que en realidad no está tan alejada como podría parecer.(¿Quiénes son los monstruos?). Siguiendo con el cine mudo expresionista y uno de sus temas fetiche, el doppelanger, podríamos decir que en la película el otro no es un personaje, sino que es la sociedad entera.

Norbert Pfaffenbichler

El gusto por lo macabro

Como decíamos, 2551.01 se recrea en mostrarnos detalles de una sociedad deformada que parece una antítesis de la nuestra. Sin embargo, las imágenes que presenciamos en el largometraje ya la hemos visto, sobre todo en gran cantidad de películas....La prostituta que se ofrece a nuestro protagonista, el plafón de los desaparecidos en los que nuestro protagonista busca al niño, la guardería...En este sentido, la película se inspira directamente en la tradición narrativa cinematográfica para contar su historia.

Hay una obvia búsqueda del gusto macabro y de todo lo que entendemos por horroroso. De hecho 2551.01 parece una colección de momentos a cada cual más provocativo. También destacan las localizaciones de la película, una especie de laberintos subterráneos, que sin duda son los más idóneos para ubicar esta sociedad de monstruos.

Norbert Pfaffenbichler

Homenajes al cine

Por otra parte, el director también plasma evidentes homenajes al cine. Por una parte al cine mudo, no solo porque en 2551.01 no haya diálogos, sino porque la puesta en escena en algunos momentos demuestra una clara compresión de este cine. Por otra parte el género de terror y algunos de sus exponentes más célebres, como podría ser la Matanza de Texas, también aparecen homenajeados en 2551.01. Se nota que el director ha querido en parte dar una visión particular del cine de terror, tamizada por el filtro que hemos comentado anteriormente.

Un lenguaje cinematográfico cuestionable

Sin embargo, esta 2551.01 no es Begotten. Porque a pesar de ser una obra experimental, Norbert Pfaffenbichler no tiene un dominio del lenguaje cinematográfico ni de las herramientas tecnológicas al nivel de otras películas de vanguardia En algunas ocasiones la película parece vulgar en cuanto a puesta en escena, a niveles obscenos.

No hay una gran galería de recursos, más allá de encuadrar a los personajes en cámara y algunos angulares distorsionados que parecen propios de un proyecto de fin de curso. El propio presupuesto del filme, exiguo sin duda, parece quedar encubierto por el propio blanco y negro, pero esto solo funciona en ocasiones.

2551.01

Conclusión de '2551.01'

La película 2551.01 es un experimento solo apto para los paladares más vanguardistas. Lo que odien este tipo de cine lo mejor que pueden hacer es alejarse totalmente de esta obra. Para los demás les convencerá, pero aún así la película tiene defectos.

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