Star Wars continĂșa sus nuevas andanzas en el plano del Streaming. A las exitosas The Mandalorian y Obi Wan Kenobi (2019, 2022) y la no muy bien recibida El Libro de Bobba Fett (2021), se le ha unido recientemente un nuevo Spin Off basado en la famosa saga galĂĄctica, Andor. Basada en las aventuras del joven Casian Andor, que ya conocimos en la excepcional  Rogue One (Garreth Edwards 2016) y su conexiĂłn con la alianza rebelde, en plena expansiĂłn del imperio. Para esta nueva propuesta del universo Star Wars, se ha contado con un mĂșsico poco arraigado a producciones de esta Ă­ndole, Nicholas Brittell.

Nuevos caminos Musicales

Desde la despedida de John Williams a la franquicia en el campo musical con The Rise of Skywalker (2019) y sus temas principales para Solo una historia de Star Wars (Ron Howard, 2021) y Obi Wan Kenobi (2022), la saga creada por George Lucas, ha emprendido nuevas formas y estilos musicales, incorporando nuevos compositores como Ludwig Göranssonn que se hizo cargo de The Mandalorian con un sonido primitivo, muy en la linea del Western, algo que repitió en El Libro de Bobba Fett. Por otra parte  Natalie Holt  complementó el sinfónico tema principal del maestro Williams en la reciente Obi Wan Kenobi y ahora Nicholas Brittell vuelve a romper la línea orquestal dotando de un sonido mas electrónico a este nuevo Spin Off .

Una Galaxia muy electrĂłnica

La elecciĂłn de Nicholas Brittell claramente nos  demuestra por parte de los responsables de la serie, las intenciones de continuar  nuevos caminos en el plano musical, ya que el trabajo que realiza para la primera temporada, dividido en tres volĂșmenes, se aleja a años luz del plano orquestal.  Obviando el sinfonismo de los nueve films con mĂșsica de John Williams, apostando en esta ocasiĂłn por un sonido mas ambiental que en ocasiones tambiĂ©n camina por el lado industrial, aproximĂĄndose a un estilo mas parecido a Brad Fiedel.

Andor

Leit Motivs ausentes y poca efectividad musical

El Compositor nominado al oscar por Moonlight (Barry Jenkins, 2016) y autor de la reciente No mires arriba (Adam Mckay, 2021) construye una composiciĂłn donde el sintetizador marca un protagonismo total. Obviando personalizar a la partitura con un leit motiv principal, ya que en cada temporada aparece uno diferente.

Temas como Niamos ( Morlana Club Mix )  incluida en el primer volumen, nos presentan las intenciones de Nicholas Brittell. Dejåndonos bien claro que aquí no vamos a escuchar fanfarrias espectaculares, ni melodías vibrantes. De hecho la serie tampoco lo permite, ya que en contadas ocasiones podemos presenciar momentos de acción a los que estamos acostumbrados en esta franquicia, ausente totalmente de Batallas y enfrentamientos.

Debido a esto, la mĂșsica en algunos momentos si funciona como elemento pero en su mayorĂ­a adquiere un protagonismo menor, quedĂĄndose en un segundo plano al que casi no se le da ni importancia, convirtiĂ©ndose en un mero extra que apenas tiene relevancia.

Resurgir final

Tenemos que esperar hasta el tercer volumen, para escuchar un correcto empleo narrativo.

Battle, Cassian Find Us o The Rebellion Suite son cortes que intentan arreglar la funcionalidad de un trabajo plano que apenas ha conseguido mantener nuestra atenciĂłn.  En este tramo final del Score y que pertenece al Ășltimo episodio, Nicholas Brittell utiliza un sonido mas reconocible que nos hace recordar a grupos como Daft Punk y compositores como Zimmer o incluso al antes mencionado Brad Fiedel, dando algo de luz a una atmĂłsfera musical gris que no sabe encontrar en ningĂșn momento un horizonte claro, a lo largo de su extensa duraciĂłn.

ErrĂłneas decisiones

Los productores buscan renovar la fĂłrmula musical, que tantas buenas partituras nos ha regalado y estĂĄ claro, por lo que he leĂ­do en algĂșn artĂ­culo escrito por expertos en el campo de la mĂșsica de cine, que no podemos seguir bajo el camino del sinfonismo de Williams.  Por una parte puedo estar de acuerdo,  pero bajo mi punto  de vista, no es una buena idea  cambiar drĂĄsticamente una franquicia musical cargada de fanfarrias que han marcado la mĂșsica de cine y que nos ha hecho disfrutar de tantos momentos inolvidables.

Conclusiones del trabajo de Nicholas Brittell

The Mandalorian con su nuevo estilo musical, obra de Ludwig  Görnansonn, fue la primera en marcar esta nueva etapa. Con un trabajo extraño pero si efectivo para ilustrarnos las andanzas del Mandaloriano envueltas en una atmĂłsfera Western, su mĂșsica funciona como un protagonista mĂĄs,  aunque por otra parte escuchada aislada se convierte en un conjunto extraño, imposible de entender.

En el caso de Andor el trabajo de Nicholas Brittell no consigue ni eso, quedĂĄndose en muchos momentos aislado, como un simple figurante que en pocas ocasiones logra destacar. Su sonido apenas se puede vincular a la trama de espionaje que se construye en cada uno de sus capĂ­tulos.

El mĂșsico de Moonlight, intenta desenvolupar una narrativa con bloques y efectos sintetizados que solamente en pocos momentos adquieren algo de protagonismo,  fracasando en su cometido,  sin apenas emociĂłn ni sentimiento alguno.

Andor

Un futuro musical incierto para la franquicia Andor

Debo deciros que como fan de la saga galåctica, me entristece el camino musical que ha emprendido este nuevo rumbo por parte de Disney a sus series. Sólo nos cabe esperar  que en un futuro vuelvan a contar con compositores que han demostrado con creces saber tomar el legado de Williams, como Michael Giachinno o John Powell.

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