El pasado 28 de septiembre se estrenó Asesinato y adolescencia en Naves del Español en Matadero, siendo la obra que inauguró la temporada 2023-2024 de este espacio del Teatro Español. Bajo la dirección de Andrés Lima, cuenta con dramaturgia de Alberto San Juan. Así, la obra reflexiona sobre la violencia y los adolescentes, cómo se relacionan con ello. Está protagonizada por Jesús Barranco y Lucía Juárez. Estará en cartel hasta el 5 de noviembre en la Sala Max Aub de Naves del Español en Matadero.



Estreno de Asesinato y adolescencia

Crítica de 'Asesinato y adolescencia'

Ficha Técnica

Título: Asesinato y adolescencia
Título original: Asesinato y adolescencia

Reparto:
Lucía Juárez
Jesús Barranco

Duración: 75 min. apróx.
Dirección: Andrés Lima
Dramaturgia: Alberto San Juan
Coro de adolescentes: Conchi Albiña, Lucas Alcázar, Mari Carme Chiachio, Valentina Lima, Álvaro Ramírez, Bruna Pérez, Julen Gadi Katzy, Miguel Moya, Bruna Lucadamo, Pedro Vega, Miriam Pérez y Alfredo Domínguez
Diseño de espacio escénico y vestuario:
Beatriz San Juan
Diseño de iluminación:
Valentín Álvarez
Música y espacio sonoro:
Nick Powell
Diseño de sonido:
Enrique Mingo
Videocreación:
Miquel Àngel Raió
Producción:
Checkin Producciones Joseba Gil
Ayudante de dirección:
Laura Ortega
Residente ayudantía de dirección Teatro Español:
Cristina Simón
Producción: Checkin Peroducciones y Teatro Español

Tráiler de 'Asesinato y adolescencia' 

Sinopsis de 'Asesinato y adolescencia'

Asesinato y adolescencia se adentra en el misterioso y turbulento universo de la adolescencia a través de un proceso de investigación con talleres, estudios, consultas y ensayos, proceso que culminará con el montaje teatral Asesinato y adolescencia.

El proyecto nace de la preocupación por conocer el mundo de la adolescencia y nuestra conflictiva relación como adultos con ella. ¿Qué pasa con nuestros jóvenes? ¿Qué factores provocan la violencia juvenil? ¿Ha aumentado con la pandemia? Nos preguntamos si estamos siendo sensibles a esta realidad o, por el contrario, nos mostramos cada vez más incapaces para ponernos en el lugar del otro...

La idea de Andrés Lima parte de la película M, el vampiro de Dusseldorf, de Fritz Lang. Aquella es la historia de un asesino de niños. Para nuestro proyecto, Andrés escoge hablar de adolescentes. Una edad crítica en el desarrollo humano, el paso de la infancia a la vida adulta: aprender a cuidar de uno mismo y del otro, para hablar de un momento crítico en la historia humana como es el presente, donde la posibilidad del colapso de la especie entra dentro de lo posible. Asesinato y adolescencia es la historia de Luis y Lucía, dos soledades empujadas al filo del abismo por una suma de violencias propias y ajenas. Asesinato y adolescencia es, también, la posibilidad del amor, no tanto en un sentido romántico, como en el sentido de la continuidad de la vida. (TEATRO ESPAÑOL). 



Asesinato y adolescencia
Foto de Esmeralda Martín

La amargura de las nuevas generaciones

No son pocas las obras de Andrés Lima que han logrado un resultado exquisito en torno al teatro documento, por ello, había expectativas puestas en Asesinato y adolescencia. El tema suscita ya interés, conectando la violencia con la juventud e, incluso, explotando el fenómeno de los 'true crime' y la clara referencia a "M, el vampiro de Düsseldorf". Por ello, se valora que haya una base muy potente y prueba de ello es algunos momentos en los que se puede ver la valentía de afrontarlo desde dicha perspectiva. Sin embargo, se convierte en una oportunidad perdida en el momento en el que se queda en el plano más superficial y de una manera reiterativa. No se logra empatizar al no haber un arco narrativo que permita ver la evolución desde un inicio hacia el final. Por ende, desgraciadamente, da la sensación de no llegar a ningún lado.

El dibujo que se hace sobre la generación a representar se acaba traspasando a un imaginario que acaba por llenarse de clichés. Además, al conocerse la obra de Lima, y también la de Alberto San Juan, se podía esperar este golpe de efecto como preludio, pero no como finalidad y trama principal. En consecuencia, hay una sucesión de gritos inconexos, las partes más emocionales se ven interrumpidas por un comportamiento errático, pero del que no se extrae ninguna pregunta y aprendizaje más allá del escándalo. Lo mismo sucede con el personaje masculino, el cual guarda algo de misterio, pero se va difuminando de tal forma que acaba desapareciendo. Al final, el choque entre los dos mundos pasa sin pena ni gloria, haciendo que el público entre igual que salió. Se necesitan matices, cambios de energía, ir más allá.

Naves del Español
Foto de Esmeralda Martín

Experimento social

A nivel interpretativo, los dos actores dan lo mejor de sí para defender este texto y esta obra. En primer lugar, Lucía Juárez realiza un ejercicio de pura explosión, de continua energía. Si quitamos de la ecuación el libreto, se puede ver la entrega total de la actriz, no solo dejándose el cuerpo y la garganta, sino también los pequeños detalles expresivos que hacen que se remuevan las fragilidades de su personaje. Por ende, la actriz sólo ha seguido una dirección que no explota todas las posibilidades que tiene en su haber. Aún así, los asistentes son capaces de ver la transgresión que busca, la forma de utilizar su cuerpo como vehículo de expresión y el acompañamiento de movimiento que realiza en aquellas escenas más viscerales. Un trabajo con auténtico dinamismo.

Por su lado, Jesús Barranco, navega por distintas propuestas en su personaje, que le permiten explorar distintos prismas a lo largo de Asesinato y adolescencia. A pesar de las limitaciones y la idiosincrasia de su personaje, Barranco no tiene miedo a lucirse ante la audiencia. Por ello, la calidad de su trabajo dramático dota de matices, haciendo que así se consiga subir el nivel y comprender algo mejor la psique de su personaje. Se agradece que no tenga vergüenza, dándolo todo a nivel corporal, divirtiéndose incluso, siendo capaz de transmitir esa sensación de corrupción, de incomodidad. De esta forma, se convierte en el perfecto antagonista, logrando ser un compañero de escena muy generoso. La experiencia se nota y eso le permite que incluso en plazas complicadas de torear, salga airoso sin problema.

Teatro Español
Foto de Esmeralda Martín

La performance

El casamiento entre lo audiovisual y lo teatral está a la orden del día, siendo una unión que sabiendo utilizarse es una delicia. En Asesinato y adolescencia inicia un camino artístico muy prometedor, donde una gran estructura protagoniza la escenografía junto a proyección de gran formato. Gracias a ello, los asistentes quedan enganchados, dado que visualmente es muy atractivo, también por la elección del sello de identidad. Sin embargo, al no haber una estrategia que vaya más allá, se queda excesivamente estática. Se buscan cambios, algo que no dé la sensación de déjà vu. Por ende, al tener estas herramientas, todavía dándole una pequeña vuelta, podrían llegar a una expresividad artística más potente. Además, las imágenes recogidas no terminan de ser estéticamente vistosas y pasan algo inadvertidas. A excepción de las declaraciones, que causan interés entre el público.

La música utiliza es perfecta para la temática y el sello de identidad de la propuesta, contrastando con el cántico de la protagonista que da ese punto intimista. En este sentido, se debe aplaudir la gran labor del espacio sonoro, junto a la banda sonora, siendo de lo mejor de la propuesta. Se puede ver cómo el universo musical invade el patio de butacas. Por otro lado, el ritmo de la pieza no tiene altos y bajos, siendo demasiado lineal y más tratándose de una obra de esta índole. No hay una sensación de aletargarse, pero tampoco de enganchar, provocando varios momentos de desconexión. En resumen, artísticamente está al nivel del libreto, sintiéndose más como un work-in-progress que una obra final, quedando todavía por pulir varios detalles.

Asesinato y adolescencia
Foto de Esmeralda Martín

Conclusión

Asesinato y adolescencia parte de una propuesta llamativa y rompedora. Sin embargo, el libreto no llega a buen puerto, quedándose en la superficie. A diferencia del texto, Lucía Juárez y Jesús Barranco ponen toda la carne en el asador para defender esta propuesta y, así, ayudan a levantar el resultado del mismo. A nivel artístico, tiene muy buena base, que puliéndola sería espectacular. Aún así, se aplaude la gran labor de espacio sonoro y de la banda sonora, siendo de los mejores aspectos de la pieza. Una obra en construcción que promete más de lo que da, dejando una sensación de no haber experimentando ningún revulsivo tras salir de la sala de teatro.

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Diego Da Costa
Subdirector de Cinemagavia. Comunicólogo audiovisual por la UCM y Máster en Comunicación en la Red por la UNED. Miembro de EGEDA (Premios Forqué) e Ingeniero Audiovisual en Ricoh España. Co-creador de la compañía artística La Joie de la Colina. Como diría Elizabeth Taylor: "Las ideas mueven el mundo sólo si antes se han transformado en sentimientos".
asesinato-y-adolescencia-critica-teatroParte de una propuesta llamativa y rompedora. Sin embargo, el libreto no llega a buen puerto, quedándose en la superficie. A diferencia del texto, Lucía Juárez y Jesús Barranco ponen toda la carne en el asador para defender esta propuesta y, así, ayudan a levantar el resultado del mismo. A nivel artístico, tiene muy buena base, que puliéndola sería espectacular. Aún así, se aplaude la gran labor de espacio sonoro y de la banda sonora, siendo de los mejores aspectos de la pieza. Una obra en construcción que promete más de lo que da, dejando una sensación de no haber experimentando ningún revulsivo tras salir de la sala de teatro.

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