El 22 de diciembre de 2025 llega Atasco 3, serie dirigida por Rodrigo Sopeña. La tercera temporada de esta comedia, tan atrevida y divertida como emotiva e irónica, vuelve a Prime Video por Navidad con nuevas y sorprendentes aventuras sobre ruedas y un humor más afilado que nunca. Fiel a su espíritu, esta monumental comedia coral se sitúa en una noche navideña donde el tráfico, las prisas y las anécdotas urbanas se convierten en protagonistas. Atasco 3 regresa con 6 nuevos episodios cargados de enredos, encuentros inesperados y ese humor urbano que ya es marca de la casa, arrastrando a sus personajes y espectadores en una noche atípica en la gran ciudad, donde todo puede pasar antes de la llegada de la Navidad.
Crítica de 'Atasco 3'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Atasco 3
Título original: Atasco 3
Reparto:
Lolita (Macarena)
Leo Harlem (Obrero)
Clara Lago (Embarazada)
Dafne Fernández (Valvanera Roca)
Carlos Chamarro (Profesor)
Luis Callejo (Furgonetero)
Ramoncín (Ramoncín)
Carlos Santos (Dr. Ortiz)
Salva Reina (Padre)
Mariam Hernández (Madre)
Paco Collado (Transportista)
María Galiana (Abuela)
Melani Olivares (Empresaria de mudanzas)
Año: 2025
Duración: 20 min.
País: España
Director: Rodrigo Sopeña
Guion: Rodrigo Sopeña
Fotografía: Felipe Baeza
Música:
Género: Comedia negra
Distribuidor: Prime Video
Tráiler de 'Atasco 3'
Sinopsis
¿Qué hay más navideño que un gran atasco? Una abuela rebelde, un profesor tiquismiquis, una modelo vengativa, un rockero dado por muerto… La noche del 22 de diciembre ocurren aventuras sorprendentes, cómicas y emotivas sobre el asfalto.
Dónde se puede ver la serie en streaming
Sin avanzar
Atasco 3 vuelve a apoyarse en una premisa que, sobre el papel, sigue teniendo potencial, un gran atasco como microcosmos humano donde confluyen personajes dispares, pequeñas tragedias y situaciones absurdas.
Las múltiples historias cruzadas se suceden con rapidez, pero rara vez consiguen calar. Hay ideas simpáticas y algún destello de humor, pero la mayoría de los arcos narrativos se quedan en la anécdota o en el chiste estirado más de la cuenta. La sensación constante es la de estar viendo una sucesión de sketches desiguales, sin una verdadera progresión dramática ni un hilo conductor que los una más allá del espacio físico compartido.
La fórmula pesa más que la idea
Rodrigo Sopeña dirige Atasco 3 con oficio, pero también con una evidente falta de riesgo. La serie se apoya demasiado en el conocimiento previo del espectador sobre el universo Atasco, dando por sentado que la simple acumulación de personajes estrafalarios seguirá funcionando por inercia.
La puesta en escena es funcional, sin grandes aciertos ni errores graves, pero se percibe una ausencia de mirada autoral clara, todo está al servicio del gag inmediato, y eso termina por diluir cualquier posibilidad de profundidad. Incluso los momentos que buscan una emoción más sincera llegan tarde o mal integrados, rompiendo el ritmo en lugar de enriquecerlo.
Personajes que entran y salen
El reparto cumple, pero rara vez destaca. Los actores hacen lo que pueden con personajes escritos desde el trazo grueso, más cercanos a la caricatura que a personas reconocibles. Algunos intérpretes logran arrancar momentos puntuales de gracia o ternura, pero el formato coral y la falta de tiempo dedicado a cada historia impiden que se establezca una conexión real con el espectador. Cuando un arco se cierra, da la sensación de que podría haberse eliminado sin que el conjunto cambiara demasiado.
Correcto, pero sin chispa
A nivel técnico, Atasco 3 es irreprochable en lo básico, la fotografía cumple, el montaje es ágil y el sonido no presenta problemas. Sin embargo, todo resulta demasiado plano, demasiado televisivo, sin una identidad visual que ayude a elevar el material.
La ambientación navideña está presente, pero no integrada de forma creativa, luces y referencias festivas aparecen como elementos decorativos, sin que influyan realmente en la narrativa o en el tono emocional de las historias.
Conclusión de 'Atasco 3'
Atasco 3 se queda, lamentablemente, en un producto correcto pero olvidable. La serie no es un desastre absoluto, pero sí un ejemplo claro de cómo una idea que funcionó en su momento puede agotarse si no se renueva.
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