Basta con echarle un ligero y despreocupado vistazo a la creciente filmografía de Darren Aronofsky para entender que las claves de su estilo se condensan, precisamente, en no tener un estilo o etiqueta en concreto. Una prueba fehaciente de esta firme postura es, precisamente, su última película Bala Perdida, que propone un registro formal atípico dentro de su ya consolidada carrera como director de redenciones, autodestrucciones y crudísimas obsesiones.



Bala perdida película

Crítica de 'Bala perdida'

Ficha Técnica

Título: Bala perdida
Título original: Caught Stealing

Reparto:
Austin Butler (Hank Thompson)
Zoë Kravitz (Yvonne)
Matt Smith (Russ)
Regina King (Detective Roman)
Liev Schreiber (Lipa)
Vincent D'Onofrio (Shmully)
Griffin Dunne (Paul)
Bad Bunny (Colorado)
Will Brill (Jason)
D'Pharaoh Woon-A-Tai (Dale)
Yuri Kolokolnikov (Aleksei)
Will Fitz (Jugador de béisbol)
McKinzie J. Scott (Héroe Batter)

Año: 2025
Duración: 107 min.
País: Estados Unidos
Director: Darren Aronofsky
Guion: Charlie Huston. Libro: Charlie Huston
Fotografía: Matthew Libatique
Música: Rob Simonsen
Género: Thriller. Crimen
Distribuidor: Sony Pictures Releasing de España

Filmaffinity

IMDB

Tráiler de 'Bala perdida'

Sinopsis

Hank Thompson (Austin Butler) era un fenómeno del béisbol en el instituto que ya no puede seguir jugando, pero todo lo demás le va bien. Tiene una chica estupenda (Zoë Kravitz), es camarero en un antro en Nueva York y su equipo favorito está sorprendentemente luchando por el campeonato.

Cuando su vecino punki Russ (Matt Smith) le pide que cuide de su gato durante unos días, Hanks se encuentra atrapado en medio de un variopinto grupo de gángsters amenazantes. Todos quieren algo de él; el problema es que él no sabe por qué. Mientras Hank intenta eludir sus cada vez más estrechas garras, tendrá que emplear toda su habilidad para mantenerse con vida el tiempo suficiente para averiguarlo… (Sony Pictures Releasing de España)

Dónde se puede ver la película en streaming



La enésima vuelta de tuerca

Las aplastantes historias de Darren Aronofsky suelen estar al servicio de montajes acelerados, taquicárdicos incluso, o juegos estéticos que van más allá de encuadres convencionales. Véase La Ballena, donde un convincente Brendan Fraser, en constante diálogo con Moby Dick, lidia con una cámara que acorrala y desnuda a su personaje, como si quisiera darle caza en esa puesta en escena teatral. O El luchador, cuya lente, con un enfoque más contenido, escolta la espalda de un Mickey Rourke abatido por su pasado, casi como un ritual de soledad y humillación que enfatiza su decadencia.

En el caso de Bala Perdida, no encontrarás, por ejemplo, la intensidad emocional sombría que caracteriza a muchas de sus antiguas obras. Es, de hecho, su entrega más comercial hasta la fecha. Un ligero enredo criminal ambientado en las caóticas calles de Nueva York de los noventa que, por su humor negro y en ocasiones absurdo, podría transportarnos a una realidad alternativa en la que un Martin Scorsese más desinteresado estuviese dispuesto a vender su alma al cerebro hiperactivo de Guy Ritchie o al cuerpo de los Coen.

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¿Dónde está Darren?

Sea como fuere, lo cierto es que durante el visionado no pude evitar formularme las siguientes preguntas: ¿Acaso Darren Aronofsky se siente realmente cómodo con el tono escogido para su película? ¿Realmente cree en todo este desenfado callejero de mafiosos sacados de unos Looney Tunes tarantinescos? ¿Cuál es exactamente su hueco en ese catálogo tan inconformista y visceral?

La sensación final, a mi modo de ver inevitable, es que el director estadounidense, simple y llanamente, parece no saber dónde le sopla el aire. Las rebeldes piezas de su relato delatan una impronta dispersa, puede que deshonesta, que se refugia en una comicidad sin demasiada gracia y falta de garra o propósito. Pero, a su vez, nos recompensa con una ingenuidad cuya lectura desemboca en un entretenimiento poco memorable pero vibrante, dispuesto a esperarnos con los brazos abiertos a pesar de su carácter irascible y chabacano.

Caught Stealing filme

El show de Austin Butler

Bala Perdida es, en realidad, una canción de IDLES disfrazada de largometraje. Es irreverente, conflictiva y estridente, no por nada la banda de Bristol ha colaborado con tanta entrega en la creación de la banda sonora.

Pero en ese universo neoyorquino que tomó prestado el corazón de cada integrante del grupo también resalta la fotografía maravillosamente ejecutada por Matthew Libatique, que da la impresión de entender mejor la esencia de la propuesta que el propio Darren Aronofsky.

En general, todo el mundo, hasta el gato, da la impresión de pasárselo mejor que Aronofsky. Si no que se lo digan a Austin Butler, que transmite una comodidad contagiosa en su carismático papel protagonista, un amante del béisbol que reparte chupitos en un antro lleno de sobacos sudorosos y grita "soy de los noventa" a pleno pulmón. Comparte minutos de pantalla principalmente con Yvonne, una convincente y encendida Zoë Kravitz que manifiesta una química más vertiginosa que la que tuvo con el Batman de Robert Pattinson.

Fuera de la intensa parejita, eso sí, tampoco se encuentran interpretaciones demasiado destacables. Pasamos de un Matt Smith graciosillo pero olvidable a un Bad Bunny que ni en una de mafiosos escapa de la imagen de reggaetonero con traje. Y en plena fiesta, defienden dignamente su papel dos calvos imponentes y enfadados con el mundo, Yuri Kolokolnikov y Nikita Kukushkin, unos colegas de bar que seguramente ostentan algún Récord Guinness de drogadicción, Action Bronson y Griffin Dunne, o dos hermanos judíos cabrones pero en el fondo entrañables, Vincent D'Onofrio y Liev Schreiber.

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Conclusión de 'Bala Perdida'

El dinamismo desigual de Bala Perdida se entiende mejor como el clásico rato de recreo, aquel en el que no parábamos de correr por todas partes, que como un intento relevante capaz de observar y fragmentar una psicología intrincada, genuina e interesante. Es una historia de un ritmo dinámico, inofensiva pese a la ferocidad de los acontecimientos, que se deja ver y escuchar sin ningún tipo de problema.

Tensiones internas como la culpa, la moral al límite o las obsesiones ansiosas siguen haciendo acto de presencia en los mundos del cineasta. Sin embargo, en esta instancia todo se siente tan disparatado, distinto y alejado de la mente de Darren Aronofsky. A pesar de valorar muy positivamente su decisión de no tomarse a sí mismo demasiado en serio, y más con un anterior proyecto tan agobiante y despiadado, acaba resultando en un intento más desconcertante para sí mismo que para nosotros.

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Antonio Marchena Doblas
Un día vi 'Magnolia' de Paul Thomas Anderson y, a partir de ahí, la vida empezó a brillar un poquito más. Estudiante de periodismo.
bala-perdida-critica-pelicula-estreno-cineEl dinamismo desigual de Bala Perdida se entiende mejor como el clásico rato de recreo, aquel en el que no parábamos de correr por todas partes, que como un intento relevante capaz de observar y fragmentar una psicología intrincada, genuina e interesante. Es una historia de un ritmo dinámico, inofensiva pese a la ferocidad de los acontecimientos, que se deja ver y escuchar sin ningún tipo de problema. Tensiones internas como la culpa, la moral al límite o las obsesiones ansiosas siguen haciendo acto de presencia en los mundos del cineasta. Sin embargo, en esta instancia todo se siente tan disparatado, distinto y alejado de la mente de Darren Aronofsky. A pesar de valorar muy positivamente su decisión de no tomarse a sí mismo demasiado en serio, y más con un anterior proyecto tan agobiante y despiadado, acaba resultando en un intento más desconcertante para sí mismo que para nosotros.

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