El leitmotiv en la filmografía de Nanni Moretti es sólo uno: Nanni Moretti. Bianca, su cuarta película, recupera los mismos temas y su estilo inconfundible, pero, sobre todo, lo que más destaca es que Nanni siempre dirige a Nanni. Su última película, El Sol del futuro (Il sol dell’avvenire), acaba de estrenarse en Cannes y lo confirma una vez más: Él mismo es personaje y director.
El cineasta debutó con su alter ego, Michele Apicella, al que dedicó sus primeras seis películas. La obra central, Bianca es capaz de condensar varios géneros, todos matizados con el humor irónico propio de su cine, desde la comedia romántica hasta el thriller, pasando por el género grotesco. Este es el carácter surrealista de un Moretti incapaz de dominar sus impulsos. ¿Quiere saber mi problema? No me gustan los demás.
Crítica de 'Bianca'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Bianca
Título original: Bianca
Reparto:
Nanni Moretti (Michele Apicella)
Laura Morante (Bianca)
Roberto Vezzosi (El comisionado)
Remo Remotti (Siro Siri)
Claudio Bigagli (Ignazio)
Enrica Maria Modugno (Aurora)
Vincenzo Salemme (Massimiliano)
Margherita Sestito (Maria)
Dario Cantarelli (El director)
Virginie Alexandre (Martina)
Matteo Fago (Matteo)
Giovanni Buttafava (El profesor impugnado)
Año: 1983
Duración: 96 min.
País: Italia
Director: Nanni Moretti
Guion: Nanni Moretti
Fotografía: Luciano Tovoli
Música: Franco Piersanti
Género: Drama romántico
Distribuidor:
Tráiler de 'Bianca'
Sinopsis
Michele (Nanni Moretti) es un profesor de matemáticas que acaba de conseguir un nuevo trabajo en un colegio. Tras el asesinato de una mujer en su barrio, Michele conoce a Bianca (Laura Morante), una atractiva compañera de trabajo.
Un director caleidoscópico
¿Cómo era el cine de Nanni Moretti? En su primera película, Io sono un autarchico (1976), Moretti era un individualista; en la segunda, Ecce Bombo (1978), un narcisista; y en la tercera, Sogni d’oro (1981), un director neurótico; en 1984, Apicella es el alter ego perfecto del director, un personaje que absorbe todas sus debilidades y manías, es decir, un misántropo obsesivo.
El director realiza una crítica posmoderna a la sociedad del momento y, para ello, utiliza a Michele, un individuo que no se permite ser feliz, que está aniquilado por su idiosincrasia. No acepta el amor ni nada relacionado con él.
De hecho, Michele evita cualquier tipo de relación sentimental que intuya que puede hacerle daño en el futuro. Hasta que una profesora nueva, Bianca, llega a la excéntrica escuela donde él acaba de ser contratado. Ella, una persona bastante peculiar, se sentirá fascinada por sus locuras y hará que nuestro protagonista reflexione acerca de su vida. Pese a ello, él no podrá adaptarse al desorden natural de una relación, debido a su incapacidad para comprometerse.
Apicella contra el mundo
De modo similar al voyerismo de un James Stewart que vigila a sus vecinos, el voyerismo de Moretti lo lleva al cuidado maníaco de los demás. Formalmente, Bianca destaca por el uso de planos fijos, con un movimiento único y casi imperceptible de la cámara que favorece el montaje en interiores. Los primeros planos están introducidos en momentos concretos para apelar directamente al espectador y, en general, están protagonizados por Michele.
Se trata de un personaje cerrado, perdido en sí mismo, que trata de integrarse con los demás con el objetivo de mejorar sus vidas. La ansiedad por la perfección irrealizable lo convierte en un atormentado y todo le resulta decepcionante. Además, sus intentos de apertura social son torpes: leer a Proust en un barco de Villa Borghese o lanzarse sobre una chica desconocida en la playa.
La soledad tampoco le produce bienestar. Su compromiso con los números y la perfección de las matemáticas sumado a la falta racional de una respuesta se deforma en un gigantesco bote de Nutella que Michele come de madrugada. Una escena que ya es icónica en la historia del cine.
Conclusiones de 'Bianca'
Bianca es una sátira mordaz sobre un asesino en serie del amor. Un profesor que se relaciona de manera extravagante y que carece de todas las habilidades sociales, pero que tampoco sabe vivir en soledad.
El filme se mueve en la Italia de los años ochenta y, como es habitual en Nanni Moretti, está respaldado por las voces de Gino Paoli y Franco Battiato. Bianca tiene casi cuarenta años, sin embargo, podría estrenarse mañana, porque las grandes obras son atemporales.
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