Que al cine le molan los moteros es un hecho: ‘Easy Rider’, ‘Salvaje’ o, ya en televisión, ‘Hijos de la anarquía’, son ejemplos de ello. Las dinámicas y luchas de poder, las relaciones masculinas y la violencia son algunos de los temas que este subgénero se presta a abordar, todo ello envuelto en chupas de cuero y a ritmo de rock. En Bikeriders: La ley del asfalto, Jeff Nichols (‘Mud’, ‘Take Shelter’) se acerca a este tópico, pero no para glorificar a los miembros de esta pandilla, si no para enseñarnos a estos tíos que tanto han molado siempre tal y como son. Estreno en salas de cine españolas el 12 de julio de 2024.
Crítica de 'Bikeriders: La ley del asfalto'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Bikeriders. La ley del asfalto
Título original: The Bikeriders
Reparto:
Jodie Comer (Kathy)
Austin Butler (Benny)
Tom Hardy (Johnny)
Michael Shannon (Zipco)
Norman Reedus (Hijo divertido)
Boyd Holbrook (Cal)
Mike Faist (Danny)
Damon Herriman (Brucie)
Beau Knapp (Wahoo)
Karl Glusman (Corky)
Emory Cohen (Cucaracha)
Toby Wallace (El niño)
Will Oldham (Barman)
Año: 2023
Duración: 116 min.
País: Estados Unidos
Director: Jeff Nichols
Guion: Jeff Nichols. Libro: Danny Lyon
Fotografía: Adam Stone
Música: David Wingo
Género: Drama. Motos
Distribuidor: Universal Pictures International Spain
Tráiler de 'Bikeriders: La ley del asfalto'
Sinopsis
Bikeriders: La ley del asfalto retrata una época de rebelión y de cambio en la cultura y en la gente de Estados Unidos. Tras un encuentro casual en un bar, Kathy (Jodie Comer), una mujer con carácter, se siente profundamente atraída por Benny (Austin Butler), el miembro más reciente de “The Vandals” (Los vándalos), un club de moteros del Medio Oeste liderado por el enigmático Johnny (Tom Hardy).
Al igual que el país, el club empieza a cambiar, y pasa de ser un lugar de reunión para los forasteros locales a convertirse en un punto de encuentro para un violento submundo, obligando a Benny a escoger entre Kathy y la lealtad que siente por sus compañeros. (Universal Pictures International Spain)
Dónde se puede ver la película en streaming
Bikeriders: La ley del asfalto
Para este retrato, Jeff Nichols se ha rodeado de un reparto bastante impresionante, y que, además, está bastante inspirado. El trío principal lo conforman Austin Butler, que pese al poco diálogo está bastante solvente, Tom Hardy, que da vida al líder de los Vándalos de Chicago, y que, para bien o para mal, hace una interpretación tremendamente disparada, y Jodie Comer, que, sin duda, está por encima del resto, en una interpretación que hace aún más difícil entender que no sea una estrella mundial.
Como secundarios, se dejan ver por Bikeriders: La ley del asfalto Michael Shannon, Norman Reedus, Boyd Holbrook o Mike Faist, en lo que ya nos deja una pista del núcleo de ‘Bikeriders’, y es que, por encima de todo, Nichols pretende hacer un análisis de la masculinidad, de las pulsiones, vicios e interacciones entre un grupo de hombres que, por el contexto de la época (los años 60), están plenamente empapados de lo que hoy en día conocemos como ‘masculinidad tóxica’. Esto explica que el peso de los personajes femeninos se reduzca al de Jodie Comer, que actúa como contrapunto de los demás, especialmente de los de Hardy y Butler, en lo que llega a ser, casi, un “triángulo amoroso”.
A medio gas
A este nivel, Bikeriders: La ley del asfalto sí resulta interesante, y sus personajes están bien desarrollados y escritos, además de interpretados. Cada uno de los miembros de la banda tiene una personalidad y motivaciones claras y marcadas, y eso dota de realismo a sus interacciones y conflictos. La primera mitad de Bikeriders: La ley del asfalto, en la que arrancan todas las tramas, funciona como un cañón, y en seguida conectas con el desparpajo de Jodie Comer, el carisma de Austin Butler y la frustración de Tom Hardy. Para colmo, Jeff Nichols se las ingenia para darle a todos ellos un final a la altura, cerrando sus arcos con coherencia y, diciéndolo sencillo, dándole a cada uno lo que se merece.
El problema es que Bikeriders: La ley del asfalto tiene que sostener esto durante 2 horas, y, paradójicamente, Nichols se queda sin gasolina. Más o menos en su mitad, la película comienza a dar vueltas en círculos, repitiendo temas, discusiones e incluso situaciones. Le juegan en contra, también sea dicho, una estructura temporal, basada en el reportaje que el personaje de Mike Faist le hace al de Jodie Comer, confusa y a saltos, y el hecho de no ofrecer demasiado nuevo, a nivel formal y argumental, a productos parecidos como puede ser la ya citada ‘Hijos de la anarquía’. Si bien el final remonta el valle, este puede hacerse pesado a todo aquel que no sea un amante de la iconografía.
Conclusión de 'Bikeriders: La ley del asfalto'
En resumen, Bikeriders: La ley del asfalto, es un buen estudio de las relaciones en un grupo de hombres, una especie de ‘Goodfellas’ sobre ruedas que, pese a estar bien interpretado y escrito, acaba resultando repetitivo y perdiendo fuelle, lo que mata el interés de todo aquel que haya visto, aunque sea poco, algún producto audiovisual centrado en la figura de los moteros.
Reportaje de Bikeriders: La ley del asfalto en Días de Cine TVE
Únete a nuestro CANAL DE TELEGRAM