Binti es un largometraje que mezcla elementos de cine social y educativo, dirigido por Frederike Migom; siendo esta su ópera prima. Una bella historia de amor y amistad, contada a través de los ojos de sus dos jóvenes personajes, Binti y Elias. Una producción belga, que desde la sencillez de su trama principal, consigue plasmar con brillantez una de las grandes problemáticas a la que se enfrenta Europa en la actualidad; la inmigración. En este caso es una historia que transcurre en Bélgica, pero que podría pasar en cualquier país europeo. Con el ascenso de la ultraderecha en Europa, es cada vez más notable las políticas antimigratorias, basadas en un flagrante racismo e intolerancia hacia los de afuera. En ese sentido, Binti resulta un soplo de aire fresco, para reivindicar el sentido de comunidad y diversidad dentro de nuestra sociedad.
Binti está protagonizada por Bebel Tshiani Baloji, Mo Bakker, Joke Devynck, Baloji, Aboubakr Bensaihi o Frank Dierens, entre muchos otros. Tras haber pasado por numerosos festivales como la Mostra Internacional de Films de Dones de Barcelona, llega su estreno el próximo 16 de octubre en las salas de cine españolas.
Crítica de 'Binti'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Binti
Título original: Binti
Reparto:
Bebel Tshiani Baloji (Binti)
Mo Bakker (Elias)
Joke Devynck (Christine)
Baloji (Jovial)
Aboubakr Bensaihi (Farid)
Año: 2019
Duración: 90 min
País: Bélgica
Dirección: Frederike Migom
Guion: Frederike Migom
Música: Le Motel
Fotografía: Joachim Phillippe
Género: Drama
Distribución: Pack Màgic
Tráiler de 'Binti'
Sinopsis de 'Binti'
Binti tiene doce años y nació en Congo, pero vive en Bélgica con su padre Jovial desde muy pequeña. Aunque no tienen papeles, Binti quiere vivir una vida normal y sueña con convertirse en una famosa youtuber como su ídolo Tatiana. Elias, de once años, vive solo con su madre Christine desde el divorcio de su padre, que ahora tiene una nueva vida en Brasil.
Cuando la policía entra en casa de Binti y tiene que huir, la niña se refugia en la cabaña del árbol de Elias y poco después idea la solución perfecta a todos sus problemas: si puede conseguir que su pare y la madre de Elias se casen, podrán quedarse en Bélgica. Binti se une al Club de Apoyo a los Okapi de Elias y mientras prepara un gran evento de recaudación de fondos, organiza en secreto un plan para que Christine se enamore de Jovial. (PACK MÀGIC).
Dónde se puede ver la película
Las redes sociales juegan un papel fundamental en la historia que nos presenta esta película, donde los dos protagonistas harán uso de ellas, para alcanzar sus objetivos. Es interesante la dupla que hacen estos dos jóvenes personajes desde el comienzo de la cinta; ya que el personaje de Binti simboliza de alguna manera, esa actitud superflua que podemos encontrar en las redes sociales, de pretender ser alguien que no eres en realidad. Sin embargo Elias, desconoce por completo el mundo de las redes sociales, pero se ve en la necesidad de hacer uso de ellas, para concienciar a la gente de la preservación de los okapis; un animal originario del Congo, que se encuentra en peligro de extinción.
Binti y Elias llegan a conocerse, tras un acontecimiento que marcara el devenir de toda la película. Al principio parecen tener personalidades muy opuestas entre sí, pero enseguida aúnan fuerzas para conseguir el cometido de cada uno. En un ejercicio de empatía, acaban haciéndose amigos y disfrutando de la realización de sus diversos videos en común. Es un elemento narrativo que funciona muy bien y que resulta tremendamente educativo hacia los más pequeños, ya que les enseña que pese a tener gustos distintos, pueden encontrar puntos en común donde poder pasárselo bien juntos. Las escenas que vemos de esta dupla, hacen que como espectador solo puedas esbozar una sonrisa, recordando por un momento lo que suponía la amistad para ti cuando eras un niño. Los dos personajes están bien construidos y sus arcos narrativos, acaban teniendo un simbolismo tremendamente cautivador.
La diversidad dentro del colectivo
Como se ha ido diciendo a principio de esta crítica, uno de los temas centrales que trata la película es el de la inmigración. No es muy habitual de ver en el cine, la normalización de la comunidad que existe entre las distintas diversidades raciales; casi siempre, hacemos películas de blancos o de negros. Aquí se cuenta una historia en donde todos forman parte de un colectivo, en donde los prejuicios quedan airados afuera de la sala de cine. Es algo tremendamente necesario en los tiempos que corren, en donde intentan reiteradamente ponernos en contra, los unos con los otros. No es algo que tenga que ver con concienciar, sino más bien con normalizar el hecho de que todos somos distintos y que eso es lo que hace al ser humano único.
Los niños de hoy en día a diferencia de sus padres, tienen muy interiorizado la diversidad dentro de su núcleo social y no precisan que les eduquen en respectar a los demás. Casi siempre esto viene dado por los adultos, que estamos sometidos por una serie de prejuicios, que se nos han sido inculcados desde la niñez. La directora ha sabido plantear esta dinámica de una manera natural y espontánea, mediante la amistad de Elias y Binti. Cuando se conocen, no están pensando en ningún momento que uno es negro y el otro es blanco. El elemento que viene infundado por los prejuicios de los mayores, se refleja a través del personaje antagonista del film.
La problemática de la inmigración
Frederike Migom hace una estupenda alegoría en esta cinta, a la hora de exponer el problema de la inmigración en Bélgica. Al ser una película dirigida principalmente al público más joven, la directora ha optado por hacer una sencilla alegoría entre el trato que sufren los okapis, con el trato que sufren las personas sin papeles en un país europeo. De un modo preciso y cautivador, se nos muestra a través de esta comparativa, el trato desmedido e inhumano que las autoridades europeas tienen contra la gente sin permiso de residencia.
Al igual que con los okapis, vemos como a las personas sin papeles se las enjaulan por un estado autoritario, que dice llamarse irónicamente “democrático”. Por tanto se puede decir, que estamos ante una cinta contestaría, aunque realmente no llega a ser su cometido principal. El objetivo principal de este largometraje, es la de afianzar la tolerancia dentro de las comunidades de la sociedad europea. El mundo actual se caracteriza por su heterogeneidad y debemos darnos cuenta de lo positivo que llega a ser eso. Más allá de su mensaje positivo, la directora construye una bella historia donde cada uno puede sacar sus propias conclusiones. Nos podríamos atrever a describirlo como una fábula contemporánea, en la que Instagram y Twitter tienen un peso en la historia.
Haciendo un último énfasis sobre la construcción de los personajes, hay que señalar que al comienzo de la cinta, Binti entendía las redes sociales como un medio para hacerse famosa y para que sus seguidores la adorasen. Después de un suceso traumático, se da cuenta de la verdadera valía que tienen las redes sociales. En el caso de Elias, paso de un leve escepticismo hacia las redes sociales, para luego aceptar ser parte de ellas tras conocer a Binti.
Conclusión
Binti es una película que tanto los más pequeños de la casa, como los adultos llegaran a disfrutar. Una cinta que durante todo su visionado, te hará enternecerte con la bella relación de amor y amistas que muestra. Cuando un creador consigue abordar un tema complejo desde la sencillez, es cuando sus obras adquieren una mayor dimensión. Es algo tremendamente difícil y admirable lo que ha hecho la directora, con cómo ha planteado la estructura narrativa de esta historia. Una joya del cine belga, que llega a nuestras salas de cine este próximo 16 de octubre de 2020. Un gran descubrimiento, que sorprenderá a más de uno.
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