Amazon Prime Video ha estrenado, este 5 de febrero, Felicidad (Bliss), el nuevo trabajo de Mike Cahill, director de las muy recomendables Otra Tierra (Another Earth) y Orígenes (I Origins). Salma Hayek y Owen Wilson son los imposibles protagonistas de la misma. Impresiones, a continuación.
Crítica de 'Felicidad (Bliss)'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Bliss
Título original: Bliss
Reparto:
Owen Wilson (Greg)
Salma Hayek (Isabel Clemens)
Madeline Zima (Doris)
Joshua Leonard (Cameron)
Nesta Cooper (Emily Wittle)
Año: 2021
Duración: 105 min.
País: Estados Unidos
Directores: Mike Cahill
Guion: Mike Cahill
Música: Will Bates
Fotografía: Markus Förderer
Género: Drama. Ciencia-Ficción
Distribuidor: Amazon Prime Video
Tráiler de 'Felicidad (Bliss)'
Sinopsis
Bliss nos narra cómo un divorciado (Owen Wilson), que también acaba de perder su empleo y está asustado tras cierto suceso que no voy a desvelar, conoce a una mujer (Salma Hayek) que viven en la calle (no es, según ella, una sin techo, sino alguien que “vive al margen”), que dice conocerlo y que trata de convencerlo de que están viviendo en una simulación.
Dónde se puede ver la película
Wilson y Hayek: una pareja sin química
Voy a comenzar con una tonta (muy tonta) confesión: no soy fan ni de Wilson ni de Hayek. Son dos intérpretes que, en líneas generales y en el mejor de los casos, me dejan bastante indiferente.
Vale, sí, reconozco la valía de Midnight in Paris (la estupenda película de Allen protagonizada por Wilson) y haber disfrutado con algunos de los títulos más bizarros y/o locos de ella: Abierto hasta el amanecer (From Dusk Till Dawn), Dogma...
Ambos dos son las estrellas principales (interpretativamente hablando) de esta Felicidad (Bliss), pero desde luego no suman valor a la misma. No lo hacen porque están, en el mejor de los casos, despistadísimos (él más ella; parece estar pensando, durante todo el metraje, si se ha dejado el gas de casa encendido).
Y no, la unión de ambos no llena la pantalla (por muy pequeña que sea).
Vamos, que el director de casting se lució.
Cahill: un director de capa caída
Y es que, lo que me hizo interesarme en Felicidad (Bliss) no fue, obviamente (a lo escrito más arriba me remito), su pareja protagonista. Fue que el director y guionista era Mike Cahill.
¿Qué quién es Cahill? ¿En serio me preguntáis eso (sí, me apetece hacerme el sorprendido)?
Pues Cahill es un director al que conocí gracias a dos trabajos de los más peculiares: Otra Tierra y Orígenes, a las que hacía mención al principio.
Ambas dos tenían en su plantel (y también como co-guionista de la primera) a Brit Marling (Netflix, jamás te perdonaré haber cancelado The OA); ambas dos las catalogaría, y así me ahorro el ahondar en demasía, como ciencia ficción sentimental (la segunda, además, contiene una escena perturbadora que me sigue persiguiendo años después).
Pero Cahill debió echar los restos en dichos trabajos, ya que lo que nos ha quedado es un director que, a pesar de seguir contando con ideas interesantes (es también guionista de esta Bliss que nos ocupa), no ha sabido mantener las altas expectativas (hace unos años lo incluí en mi particular lista de directores a los que seguir la pista; lástima que dicha pista nos haya llevado hasta trabajos tan deslucidos como Felicidad (Bliss)).
Cahill: un guionista obsesionado con la ciencia ficción
Lo que sí tienen en común Bliss, Otra Tierra y Orígenes es que todas ellas pertenecen al mismo género; género con el que Cahill tiene una especial fijación.
Por desgracia, lo que se plantea como una historia interesante (¿Qué es real y qué no?; ¿somos peones manejados por un ser superior/real?) pronto se transforma en una intriga que juega (malamente) al despiste, repleta de lugares comunes (¿alguien dijo Matrix?) y con escenas que directamente sonrojan (sirva como ejemplo la que tiene lugar en la pista de patinaje).
Juega a ser Natali; juega a ser Cronenberg; tropieza fantásticamente.
Conclusión
Una narración atropellada y dispersa (al principio todo sucede de manera brusca y sin indagar en situaciones y personajes; justo lo contrario a lo degustado en otros trabajos del director) que pronto se estanca (como un globo que es pinchado), un director perdido (y de veras que lo lamento; y de veras que tenía esperanzas depositadas en él) y unos actores y personajes (los secundarios poco o nada tienen que decir; lo de Zima y Leonard es de traca) desganados. Es lo que nos ofrece esta Bliss cuya historia podía haber dado muchísimo más juego pero cuya suma de valores (es un decir) la convierten en otra producción curiosa pero, por encima de todo, fallida.
Lo mejor: Tiene ideas interesantes. Sí, por mucho que no se les saque partido.
Lo peor: Wilson (como actor), Hayek (como actriz) y Cahill (como director y guionista) no están en forma.
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