Brian y Charles es una película dirigida por Jim Archer que adapta el cortrometraje del mismo título que dirigió el propio Archer en 2017. Un dramedia que se centra en Brian, un tipo solitario que vive en una pequeña localidad inglesa. Un hombre que aquejado de una depresión, decidirá construirse un robot para aliviar la falta de compañía. Protagonizada por David Earl (After life) y Louise Brealey (Sherlock), concursó en el pasado Festival de Sundance. Además cuenta con dos nominaciones a los British Independent Film Awards. Brian y Charles se estrena en los cines españoles el 13 de enero de 2022.
Crítica de 'Brian y Charles'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Brian y Charles
Título original: Brian and Charles
Reparto:
David Earl (Brian)
Chris Hayward (Charles)
Louise Brealey (Hazel)
Jamie Michie (Eddie)
Año: 2022
Duración: 90 min
País: Reino Unido
Director: Jim Archer
Guion: Daniel Earl, Chris Hayward
Fotografía: Murren Tullett
Música: Daniel Pemberton
Género: Comedia. Drama
Distribuidor: Universal Pictures Spain
Tráiler de 'Brian y Charles'
Sinopsis
Brian y Charles nos descubre la historia de Brian, un solitario inventor que vive en un remoto valle de Gales del Norte. Aparentemente, la soledad no parece molestarle, y se pasa la mayor parte de su aislada vida en su ruinoso taller creando objetos extraños que nadie quiere.
Hasta que, un día, Brian construye un robot. Fabricado con una vieja lavadora y una maltrecha cabeza de maniquí, la imponente máquina de más de 2 metros de altura es una peculiar construcción similar a un anciano destartalado. Aunque al principio no consigue activarlo, cuando Brian vuelve a casa en una oscura noche de tormenta descubre que Charles no solo está funcionando, sino que ha superado todas sus expectativas: es una forma de vida que anda y habla como un niño inquisitivo, ansioso por saberlo todo sobre su entorno y sobre cómo funcionan las cosas. (Universal Pictures Spain)
Dónde se puede ver la película en streaming
Un amigo especial
Brian y Charles cuenta con una trama muy simple, pero de gran profundidad. Brian (David Earl) es un hombre solitario que sufre depresión. Un individuo que pasa su tiempo libre inventando un sinfín de artilugios de dudosa utilidad. Y que habita en una zona rupestre y falta de vecinos. Así que tras pasar un duro invierno decide fabricarse un robot para aliviar su falta de cariño humano. Un robot al que decidirá llamar Charles y que dista mucho de los sofisticados elementos que el cine nos ha obsequiado.
Porque Charles es un compendio de cosas inservibles, en ocasiones chatarra. Aunque para Brian, se convertirá en el mejor de los compañeros. En un ejemplo de la importancia de la ternura y el apoyo para superar malos momentos. Y que puede recordar a tramas precedentes como, Un amigo para Frank (2012). Sin embargo, aquí la idea y la traslación a la pantalla son mucho más ensimismadas.
Tierna, pero para un público muy reducido
En todo momento, Brian y Charles se sabe condimentada con un aliño difícil de digerir y no hace nada para suavizarlo. Por ello, si bien tiene una apreciable ternura a la hora de retratar ese momento de tristeza cuando te ves aislado. Cuando pareces ser el diferente al que nadie entiende, pero finalmente acabas coronado en héroe. Un héroe capaz de lidiar con los matones que posiblemente ya sufriste en tu etapa escolar. Al final el conjunto acaba adoleciendo de una especie de sofisticación de la extrañeza.
Por lo cual, esta historia resulta muy complicada de seguir si no conectas con ella de forma inmediata. Desde luego no es mi caso y desde esas primeras secuencias en forma de falso documental. Al resto de las andanzas de Brian y Charles, la apatía hace acto de presencia. Sintiendo que en ningún momento la película consigue tener los giros de guion necesarios para haber transitado del corto al largo.
Tema de calado, pero en tierra de nadie
Dicho lo anterior, Brian y Charles podría haber sido una película estimulante y entrañable. Ya que la soledad es un mal de nuestro tiempo que debería ser abordado de forma más intensa. Así como sufrimos de incomunicación y de un peligroso odio al diferente. Por cierto, qué bien estaba reflejado ese miedo/odio al otro en Eduardo Manostijeras (1990). Temas que aquí quedan enturbiados por un tono muy excéntrico con el que ni te ríes, ni te emocionas.
Un tono que además mezcla géneros, para al final quedar en tierra de nadie. Podría haber optado por el falso documental del inicio y quizás habría sido más curioso sin tanta impostura. No obstante, pone muy complicado el pacto dramático al espectador. Con ese robot tan extravagante que uno podría dejar pasar si las carcajadas fueran constantes. O si la ternura y bondad de los implicados dieran lugar a lágrimas mesuradas de emoción. Desafortunadamente nada de ello ocurre.
Conclusión 'Brian y Charles'
En resumen, Brian y Charles es un drama con tintes de comedia sobre un hombre solitario que decide construirse un robot. Un compañero artificial al que llama Charles y con el que combatirá su depresión. En lo que resulta una premisa profunda y tierna que ha sido llevada del corto al largo con poco acierto. Y es que ni la comedia consigue sacar una sonrisa, ni el drama logra una emoción sincera. Podría haber sido genuinamente original si quizás hubiera optado por el falso documental de sus primeras secuencias. Pero su estudiada excentricidad la convierten en una propuesta para un público muy reducido.
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