Caballero Luna (Moon Knight) es la primera serie de Marvel que intenta crear un ambiente más oscuro y adulto. Para ello cuentan con Aaron Moorhead y Justin Benson, tras su éxito en Netflix con Archivo 81. Desde el 30 de marzo de 2022 en Disney+.
Crítica de 'Caballero Luna'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Caballero Luna
Título original: Moon Knight
Reparto:
Oscar Isaac (Marc Spector)
Ethan Hawke (Arthur Harrow)
Gaspard Ulliel (Anton Mogart)
May Calamawy (Layla El-Faouly)
Lucy Thackeray (Donna)
Fernanda Andrade (Wendy Spector)
Díana Bermudez (Yatzil)
Ann Akin (Bobbi)
Rey Lucas (Elias Spector)
David Ganly (Billy)
Saffron Hocking (Dylan)
Shaun Scott (Crawley)
Karim El Hakim (Khonshu Performer)
Año: 2022
Duración: 50 min.
País: Estados Unidos
Director: Jeremy Slater (Creador), Mohamed Diab, Justin Benson, Aaron Moorhead
Guion: Jeremy Slater, Michael Kastelein, Beau DeMayo, Peter Cameron, Sabir Pirzada, Alex Meenehan, Rebecca Kirsch, Matthew Orton. Cómic: Jack Kirby, Stan Lee. Personaje: Don Perlin, Doug Moench
Fotografía: Gregory Middleton, Andrew Droz Palermo
Música: Hesham Nazih
Género: Fantástico. Acción
Distribuidor: Disney Plus+
Tráiler de 'Caballero Luna'
Sinopsis de 'Caballero Luna'
Cuenta la historia de Steven Grant, un amable empleado de una tienda de regalos que sufre pérdidas de memoria y que experimenta recuerdos de otra vida. Steven descubre que tiene un trastorno de identidad disociativo y que comparte cuerpo con el mercenario Marc Spector. A medida que los enemigos de Steven/Marc van convergiendo, debe lidiar con la complejidad de sus identidades mientras se sumerge en un misterio letal que habita entre los poderosos dioses de Egipto. (Disney Plus+)
Dónde se puede ver la serie en streaming
Icono en el mundo del cómic
Caballero Luna (Moon Knight) es uno de los personajes de Marvel que ha tenido la suerte de contar con algunos de los mejores arcos argumentales en los cómics de finales del siglo XX y comienzos del XXI. Aparte de su potente iconografía, creada por Doug Moench y Don Perlin, su figura se ha visto ensalzada al contar con grandes nombres tanto en el guion, Warren Ellis, Jeff Lemire o B. Michael Bendis como en el dibujo, Charlie Huston, Declan Shelvey, Greg Smallwood o Alex Maleev entre otros.
Además de una figura icónica muy llamativa, Caballero Luna con la inclusión de sus múltiples personalidades, que previamente fueron identidades secretas, resulta llamativa al poner el foco en sus problemas mentales. El tono serio y oscuro se aparta del estándar de los personajes de la compañía, la violencia cruda, especialmente en las últimas etapas, lo ha acercado más a un público adulto.
La irregularidad durante muchos años en sus publicaciones ha hecho que el personaje carezca de una mitología propia en cuanto a antagonistas. Este ha sido el mayor lastre de Caballero Luna, que en parte se ha venido solucionando gracias a la posibilidad de contar con una serie regular en las últimas décadas.
La reinvención del mito
La serie de televisión intenta darle una vuelta al personaje. Una intención lógica y entendible, toda vez que el personaje ni siquiera es una referencia habitual en el mundo del cómic.
Uno de los problemas de la serie, es el tono variable. Centrarse en los problemas mentales de Steven Grant podía ser un acierto. Introducir el tono de comedia estúpida en algunos momentos clave deriva en falta de tacto. La necesidad de aliviar la carga dramática con bromas ligeras no se justifica en ningún momento, y por suerte es un recurso que va desapareciendo con el avance de los capítulos.
Terror en segundo plano
La inclusión de Aaron Moorhead y Justin Benson en el proyecto aumentaba las expectativas sobre el mismo. Era esperable que, a pesar de seguir siendo una serie familiar, nos encontráramos con una parte terrorífica casi esencial en el personaje.
Las partes más terroríficas de la creación son aquellas en las que se utiliza la elipsis o el fuera de plano. Casi cualquier escena con imágenes directas de horror hace que el nivel de la producción baje. Y principalmente hemos de achacárselo a unos efectos visuales paupérrimos, con un nivel inexplicable para los presupuestos que maneja la filial de Disney.
La parte creativa, y la parte ejecutiva con su manejo de ciertas situaciones, debería comenzar a plantearse el tipo de imágenes que van a quedar plasmadas en las pantallas. Con niveles visuales de efectos como los de Caballero Luna, las creaciones actuales van a quedar obsoletas en muy poco tiempo. La falta de cuidado en la creación es muy preocupante, y deja entrever una falta de ambición y de postproducción, que debería estar más presente que nunca.
Reparto acertado, dirección desaparecida
El reparto principal de Caballero Luna, con Jason Isaac, Ethan Hawke y May Calamawy ha resultado un acierto. Tanto el héroe, Isaac, como su antagonista, Hawke, copan gran parte del metraje, pero Calamawy supone un apoyo muy interesante al protagonista.
Actuaciones tan destacadas que desgraciadamente quedan en segundo plano en muchas ocasiones por ese apartado visual tan pobre. Tanto en las ya mencionadas escenas con efectos digitales, como en las múltiples escenas de acción no se llega al mínimo exigible. La dirección, tanto de Aaron Moorhead y Justin Benson, como de Mohamed Diab, no se deja notar en esos momentos, que deberían ser claves.
La estandarización visual, con la inclusión de segundas unidades que tienden a crear una línea única más que a especializarse en el rodaje de acción, acaba siendo uno de los grandes lastres de películas y series.
Otra producción a medias
Una serie sobre un personaje tan icónico como Caballero Luna (Moon Knight), con Moorhead y Benson como creadores, y protagonizada por Isaac y Hawke parecía tenerlo todo para completar una gran creación visual. Esas eran las expectativas, por desgracia la realidad no es tan agradable.
Las raquíticas y desordenadas secuencias de acción, un más que cuestionable CGI, un terror sin apenas calado, humor que no encaja, y excesivas dosis de violencia, acordes al personaje, pero mal insertadas, se combinan para hacer de Caballero Luna otra creación más en la lista de Marvel que no llega a desarrollar el potencial que contiene.
Se vuelve a demostrar que una de las peores noticias para los aficionados al cine es la incursión en este tipo de proyectos de directores destacables. Su sello queda subsumido casi por completo en la amalgama de imágenes estandarizadas.
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