El pasado 20 de abril se estrenó Calígula debe morir, una obra de Xoel Fernández con Mabel del Pozo, en la Sala Mirador. Esta obra reflexiona sobre la figura del temido Emperador Romano, que ha pasado a la historia como uno de los dirigentes del conocido imperio. Producida por Bágoa Producciones Teatrales, estará en cartel hasta el 7 de mayo. Fue uno de los estrenos más esperados de la programación de la conocida sala de Cristina Rota.
Crítica de 'Calígula debe morir'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Calígula debe morir
Título original: Calígula debe morir
Reparto:
Xoel Fernández
Duración: 90 min. apróx.
Dirección: Mabel del Pozo
Dramaturgia: Xoel Fernández y Mabel del Pozo
Diseño de luces: Diego Conesa
Escenografía y vestuario: Margo Rivas
Cartel: Margo Rivas
Agradecimientos: Jamming y pcastroreyes
Producción: Bágoa Producciones Teatrales
Sinopsis de 'Calígula debe morir'
“Ella, mi hermana, mi amante, mi amor ha muerto, y ya nada, nunca, volverá a ser como antes. El terrible dolor que supone para Calígula la temprana pérdida de su hermana Drusila, desatará en su interior una rebelión metafísica contra el orden de las cosas. Si el mundo es absurdo, su gobierno también lo será. Se obsesionará entonces con lo imposible, con la luna… Se presentará a sí mismo como un dios y tratará, gracias a su poder absoluto, de pervertir todos y cada uno de los supuestos valores humanos. Y todo esto lo hará frente a la mirada impasible de su generación. Frente a nuestros ojos. Sí. Hice todo lo que hice, porque podía hacerlo”.
Calígula debe morir está bajo la dirección de Mabel del Pozo. El actor Xoel Fernández da vida al emperador romano Calígula para, a partir de su tragedia histórica, reflexionar sobre la naturaleza humana, la perversión de la sociedad y el existencialismo.
Tercer emperador del Imperio romano, Calígula reinó durante el año 37 hasta el 41, cuando fue asesinado. Ha pasado a los anales de la historia como un tirano demente que llevó a la quiebra económica a Roma. Además se le ha presentado como un individuo cuyas características más destacadas fueron la crueldad, la extravagancia y la perversidad sexual.
Mantuvo relaciones con su hermana y cuando esta murió, Calígula se volvió loco. Entonces se obsesionó con hechos imposibles y se convirtió en un megalómano que trató de pervertir a la sociedad de la época. (TEATRO ESPAÑOL).
Existir
Mabel del Pozo y Xoel Fernández toman en Calígula debe morir la historia del famoso emperador romano, realizando un análisis de algunos de los episodios más importantes de su vida. Sin embargo, el texto abandona una idea general de las piezas biográficas para tomar una auténtica catarsis narrativa en la que cubre de gloria cada vivencia expuesta. Por ello, la calidad de lo que se ve ante la escena es de alto nivel, con una exquisitez en cuanto a tono como en formato, eligiendo una amalgama de géneros que logran sorprender a la audiencia. Además, no solo repara en lo que ya se conoce, sino que permite una reflexión en torno a preguntas vitales cómo el origen del trauma, las obsesiones, la naturaleza humana o la decadencia.
El lenguaje a utilizar en la obra apuesta por una riqueza léxica, que proclama un vocabulario al nivel de su libreto. Con lo cual, no solo encaja con la intención dramática, sino que es una muestra de cómo las palabras hallan en sí una musicalidad, una grandeza, que incorporan una perspectiva más completa. Por otra parte, la estructura escogida para ir mostrando las distintas caras de Calígula es muy gratificante, dado que se unifica y hay una cohesión que hace que la pieza forme un conjunto lleno de matices. Para terminar, destaca el uso de la comedia, muchas veces, irónica, socarrona e irreverente, que le da un toque especial, junto a aquellas metáforas que van más allá de lo aparente.
Una interpretación impoluta
Xoel Fernández es el único intérprete sobre las tablas en Calígula debe morir. En primer lugar, el actor se introduce en este universo, incluso antes de dar el pistoletazo de salida de la pieza. Así, el público se va preparando para lo que está por venir. Después, se entrega en cuerpo y alma a la escena, como si fuera un ritual, se deshace de cualquier ápice de su yo personal, para realizar una transformación absoluta en ese Calígula al borde de la locura, pero en el que se ve una gran humanidad por la manera en la que lo retrata. Por ello, se valora muy positivamente el cuidado de su expresividad facial, junto con los detalles que se pueden ver en su cuerpo, en sus manos.
El vehículo del lenguaje no verbal hace que se eleve su actuación en todo momento, siendo una de las piezas fundamentales de este proyecto. Sin duda, los asistentes podrían estar ante uno de los trabajos dramáticos mejor realizados por el actor, que encuentra en este personaje una absoluta catarsis a su carrera interpretativa. Además, se añade su naturalidad, su viveza, una familiaridad que adereza, en este caso, con fuerza y presencia. Por otro lado, la dicción, el uso de la voz, el cambio de registros, le da más consistencia a su labor dramática. Se puede decir, sin problemas, que el trabajo que Xoel Fernández realiza sobre las tablas en esta obra es una de las mejores interpretaciones de esta temporada. Una absoluta delicia.
Juego de estilos
Uno de los motivos por los que Calígula debe morir merece ser disfrutada es su despliegue artístico. Desde el primer momento se puede ver cómo la puesta en escena goza de un gusto estético de alto nivel. Con lo cual, se puede ver una creación escenográfica llena de motivos y de detalles, un vehículo que no solo impresiona por su impacto visual, sino por las imágenes o sensaciones que sugiere. Además, hay un simbolismo que embauca a los espectadores, una creación que enlaza a Calígula con lo que se ve sobre la escena, pero que también tiene una identidad propia que logra quedarse en la retina de los asistentes. Por otra parte, el vestuario, tanto en su sentido masculino como femenino, atina, con mención especial a una escena sobre una diosa, que es una fantasía.
El diseño de luces es otro de los elementos artísticos más destacados, no solo por haber una propuesta que va más allá de lo que se suele ver sobre la escena, sino que demuestra cómo una iluminación muy bien planteada puede ser el perfecto telón de fondo ante lo que se está viendo sobre el escenario. La combinación de colores, los distintos focos, las estrategias para iluminar... son algunas de las características que más llaman la atención. Un viaje artístico en toda regla. Para terminar, sobre el ritmo del montaje, el cual no presenta ninguna flaqueza, se mueve en todo momento en un dinamismo particular y ofrece un equilibrio perfecto. Con ello, el espectador queda atrapado de principio a fin, dejando una sensación catártica una vez terminada la obra.
Conclusión
Calígula debe morir es una maravilla escénica, un regalo teatral. Por tanto, se presenta una dramaturgia de gran calidad, que repasa la vida del emperador romano mediante una alta riqueza narrativa, en conjunto con un planteamiento original. Junto a ello, un excelente Xoel Fernández, quién realiza una de las mejores interpretaciones de esta temporada. Colosal. Después, la estrategia artística es un frenesí estético, con una sensibilidad y una calidad de alto nivel. Teatro en estado puro, una combinación de estilos y géneros que llevan al espectador a una experiencia extraordinaria.
Únete a nuestro CANAL DE TELEGRAM