Marc Dugain estrena su segundo largometraje como realizador, tras su ópera prima 'An Ordinary Execution'. Vuelve a decantarse por la adaptación cinematográfica de una novela, en esta ocasión de Chantal Thomas. Cambio de reinas está ambientada en Francia, durante el siglo XVIII. Fue nominada en 2017 en los premios César a la mejor película extranjera. Estreno el 15 de febrero en España.



'Cambio de reinas'

Cambio de reinas

Ficha Técnica

Título: Cambio de reinas
Título original: L'échange des princesses

Reparto:
Lambert Wilson (Felipe V)
Anamaria Vartolomei (Louise Elisabeth)
Igor van Dessel (Louis XV)
Juliane Lepoureau (María Victoria de Borbón)
Kacey Mottet Klein (Luis I)

Año: 2017
Duración: 100 min
País: Francia
Director: Marc Dugain
Guion: Marc Dugain y Chantal Thomas
Fotografía: Gilles Porte
Vestuario: Fabio Perrone
Género: Drama histórico
Distribuidora: Surtsey Films

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Sinopsis

Tras años de guerra entre Francia y España, que han dejado a los dos países debilitados, Felipe de Orleans, el regente de Francia, pone en marcha un plan para consolidar la paz entre ambas naciones. Casará a su hija de 12 años, señorita de Montpensier, con el heredero del trono español y a Luis XV, próximo Rey de Francia, con Mariana Victoria, de 4 años, Infanta de España. Una adolescente y una niña se verán atrapadas en una red de alianzas, traiciones y juegos de poder. (SURTSEY FILMS)

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Cambio de reinas

Una historia de ¿época?

Cambio de reinas está ambientada durante el siglo XVIII, tras la muerte del rey Luis XIV en Francia. Partiendo de una base histórica y de novela, la realidad es que el film aborda debates morales que van más allá de posicionarse en aquellos tiempos. Se hace un planteamiento moderno, que no chirría con el pensamiento de aquel momento, sino que invita al espectador a que se pregunte si se ha avanzado tanto socialmente o todavía quedan resquicios retrógrados de hace siglos. A través de una premisa que se resume en el casamiento concertado, las múltiples traiciones e intereses de la corona aportan la dosis suficiente de dramatismo, que se ve consolidada por la humanidad de sus protagonistas. Un vehículo que permite al público interesarse por una parte de la historia que no ha sido tan abordada en el séptimo arte. Además, del empoderamiento femenino sin perder realismo de la época.

El inconveniente principal que presenta el film es la falta de enganche en sendas historias. Al intentar crear un paralelismo con la misma fuerza escénica, no consigue enraizar la emotividad y la empatía hacia sus personajes. Se ve un buen análisis en ambos sentidos, pero también se puede sentir la intención de querer acaparar más de lo que se puede dar. El guion ofrece unos claroscuros con ciertos personajes muy enriquecidos, en especial, el propio rey Luis XV. Las personalidades de sus protagonistas van más allá del maniqueísmo, al igual que la joven reina de Francia, Mariana de Borbón. Destacar las pequeñas dosis de ciertos rumores de la cultura popular como la homosexualidad de Luis XV o la maldición que recaía sobre la corona española. La línea narrativa podría abordarse, bajo otro contexto, en la actualidad, lo que conlleva a un mensaje totalmente universal.

Cambio de reinas

Caras desconocidas

No se puede negar que uno de los elementos mejor valorados de Cambio de reinas es el elenco juvenil que forma parte del film. Los actores que encarnan a los jóvenes herederos de la corona se llevan de calle el peso interpretativo de la cinta, incluso opacando a rostros conocidos como Lambert Wilson. Hay que destacar sobre todo al Igor van Dessel, que ofrece una madurez artística que es de aplaudir. La manera en la que capta la oscura personalidad del monarca se puede ver en sus miradas, en la forma de hablar. Un uso de la expresión artística, que a su edad, le augura un prometedor futuro en el cine. Lo mismo ocurre con la pequeña Juliane Lepoureau, que pese a su corta edad, realiza un gran homenaje a la Infanta española.

El reparto adulto tampoco se queda atrás, pero sí es verdad que caen en clichés que los más pequeños consiguen evitar. En especial, Wilson en ciertos momentos cae en el dramatismo de manual y quita verosimilitud emotiva. Un comportamiento exagerado, que no se duda que pudiera así ser el verdadero monarca, pero que se lleva en ocasiones a un nivel que sobrepasa el límite. El resto de actores desempeñan un papel más secundario, pero curiosamente, dan pinceladas que ensalzan el producto final. Uno de ellos es el del aya del rey y posteriormente, de la entrañable reina. Es la cordura personificada pero también ejerce de personaje vehículo, que hace testigo y partícipe al espectador para que cree sus propias conclusiones. Una manera de brillar al aportar acción y sentido a su puesta en escena, al igual que el Consejo del joven rey.

Cambio de reinas

Al óleo

A nivel técnico y artísticamente visual, Cambio de reinas se convierte en varios momentos en un cuadro vivo. La primera secuencia ya deja constancia de esta intención, cuando la posición de la cámara recrea y enmarca la acción. Los decorados y la dirección artística se encuentran muy trabajadas, consiguiendo transportar al público a dicha época. Además, la dirección de fotografía no solamente ha cuidado la iluminación y la predominación de colores que evocan el poder, sino una planificación de planos que permiten crear una fábula monárquica. Por este motivo, es cierto que el trabajo técnico es más destacable que la escritura del guion y la puesta en escena actoral. Una muestra de la necesidad de reunir un buen equipo para dar un acabado no realista, sino verosímil y sobre todo, atractivo.

A diferencia de otros filmes de época, no se ha intentado realzar la acción a través de escenas de acción coreografiadas, por lo que la construcción de un espacio atrayente era muy importante. La realización del castillo de Versailles, junto a la creación del hogar de la Corona Española son dos retos que se han conseguido con creces en este film. Destacar que el recurso estilístico parecido a un cuadro al óleo también se puede ver en la utilización de éstos de forma literal. A través de los retratos de los protagonistas, además de ser testigos de la realización de uno de ellos, crea esa conexión inteligente entre la historia real y la ficcionada. Aunque sean espacios que a priori parezcan idealizados, no molestan al espectador y al contrario, dan grandeza y poder que resume la personalidad final de todo el film. Una imagen vale más que mil palabras.

Cambio de reinas

Conclusión

Cambio de reinas es una película que habla de un episodio no tan visto en el cine. A través de la humanización de sus protagonistas, trata temas universales como la represión femenina, la obligación y el deber hasta los miedos personales sin dejar de trasladarse a aquel tiempo. Unas interpretaciones en alza de un reparto juvenil que consiguen llevarse el peso de la pantalla, en especial Igor van Dessel. Una realización técnica que se convierten en pinturas al óleo en varias ocasiones, hay un trabajo muy bien acabado que engrandece el resultado final. Un trabajo técnico-artístico que hay que aplaudir por los detalles y la puesta en escena con un gran acabado.

No termina de convencer el querer acaparar ambas historias con la misma fuerza, al no hacerlas compatibles. Pierde en este sentido la fuerza, lo que hace que el mensaje llegue pero no termine de empatizar y enganchar totalmente al espectador a ambas historias. Sin embargo, no significa que el público no sea capaz de entrar dentro de la línea argumental. Un cuento para adultos que empodera a la mujer con una gran fuerza escénica que podría haber engatusado al espectador con un planteamiento más firme.

Reportaje de Cambio de reinas en Días de Cine TVE

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