Del 10 de septiembre al 19 de octubre de 2024, la Sala Margarita Xirgú del Teatro Español acogió Carmen, nada de nadie, una obra que nos adentra en la vida de Carmen Díez de Rivera, un personaje clave de la transición política española. Escrita por Francisco M. Tallón y Miguel Pérez García, y dirigida por Fernando Soto, la obra revive el drama personal y profesional de una mujer que, a pesar de alcanzar el poder, nunca encontró la paz. La producción está a cargo de Tablas y Más Tablas y el propio Teatro Español, con un elenco encabezado por Beatriz Argüello, quien se encarga de dar vida a una figura tan compleja como fascinante.
Título: Carmen, nada de nadie Título original: Carmen, nada de nadie
Reparto: Beatriz Argüello
Ana Fernández
Víctor Massán
Oriol Tarrasón
Duración: 90 min. apróx. Dirección: Fernando Soto Dramaturgia: Francisco M. Tallón y Miguel Pérez García Diseño de espacio escénico: Beatriz Sanjuan
Diseño de vestuario: Paola de Diego
Iluminación: Juanjo Llorens
Diseño de sonido: Sergio Sánchez
Diseño de videoescena: Elvira Ruiz Producción: Tablas y Más Tablas y Teatro Español
Tráiler de 'Carmen, nada de nadie'
Sinopsis de 'Carmen, nada de nadie'
Carmen, nada de nadie presenta la vida de Carmen Díez de Rivera, que fue tan excepcional que tiene paralelismos con las tragedias griegas como Antígona o Ariadna. Nacida en unas circunstancias familiares rocambolescas, dentro de lo más granado de la aristocracia española, renunció a los privilegios de clase y llegó a alcanzar un puesto que ninguna mujer ha desempeñado en este país: Jefa del Gabinete de la Presidencia del Gobierno.
Y lo hizo en uno de los períodos más complejos e intensos de la historia de España: la transición. Luchó, a menudo sola, contra todo y contra todos. Poseedora de una voluntad firme, una mirada inteligente, tuvo siempre el propósito de guiar a su país hacia la democracia. Su fuerza y arrojo en este cometido público contrastan con su tristeza y su incapacidad para encontrar la paz interior, rota desde su adolescencia por un secreto familiar que le atormentaba.
Una nueva oportunidad para disfrutar de esta obra tras el rotundo éxito cosechado la temporada pasada. En el escenario, Carmen, interpretada en esta ocasión por Beatriz Argüello, va desgranando los momentos álgidos de su intensa y desafiante carrera política mientras recuerda los episodios íntimos que marcaron su desdicha y su carácter. Por su memoria y por nuestros ojos pasarán algunos de los personajes más importantes de nuestra historia. (TEATRO ESPAÑOL).
Contexto histórico: Carmen Díez de Rivera, un icono de la transición
Carmen Díez de Rivera es conocida como "la musa de la transición", una mujer de gran influencia política en un momento de enorme convulsión para España. Hija de la alta aristocracia, renunció a los privilegios que su cuna le ofrecía y se convirtió en la primera mujer en ocupar el puesto de Jefa del Gabinete de la Presidencia del Gobierno. La obra explora los hitos de su carrera, pero también pone el foco en los tormentos internos que la acompañaron, principalmente un secreto familiar que la persiguió durante toda su vida. Carmen, nada de nadie capta a la perfección la dicotomía entre su éxito público y su tragedia personal.
El retorno de una obra aclamada
Tras el éxito de la temporada pasada, Carmen, nada de nadie regresa a los escenarios con renovada fuerza. La dirección de Fernando Soto mantiene un ritmo intenso, que deja espacio para momentos de profunda introspección. El montaje se ve reforzado por un diseño de escenografía sencillo pero efectivo de Beatriz Sanjuan, donde la historia se despliega a través de proyecciones y espacios casi vacíos que subrayan la soledad de Carmen. Además, el equipo técnico, con Juanjo Llorens en la iluminación y Sergio Sánchez en el sonido, crea una atmósfera envolvente que enfatiza la melancolía y el drama político de la protagonista.
Dureza y vulnerabilidad
Beatriz Argüello me ha fascinado en el papel de Carmen, deslumbrando con una interpretación llena de matices que revela tanto la dureza de su personaje como su vulnerabilidad. La obra logra mantener la tensión emocional en todo momento, entrelazando los momentos de su carrera pública con el dolor privado. El equilibrio entre el drama político y el personal perfectamente hilado, ofrece un retrato complejo de una mujer que desafió las convenciones de su tiempo.
Uno de los aspectos más interesantes de la puesta en escena es cómo se usan las proyecciones para evocar personajes históricos y momentos clave de la transición, sumergiendo al espectador en el contexto sociopolítico sin restar protagonismo al relato íntimo de Carmen. Ana Fernández, Víctor Massán y Oriol Tarrasón completan el reparto con solvencia, encarnando los fantasmas del pasado y las figuras que marcaron la vida de Carmen. El vestuario de Paola de Diego también merece mención, ya que captura con precisión la elegancia de la época y el carácter de Carmen. La iluminación y el sonido contribuyen a crear ese juego de claroscuros que refuerza los estados emocionales de la protagonista.
Conclusión
Pese a la densidad de los temas, la obra consigue infundir un ritmo ágil. Carmen, nada de nadie presenta una mirada crítica y reflexiva sobre la transición, aunque resulta demasiado diplomática. Las figuras de Adolfo Suárez y el emérito se muestran como las más sensatas del relato. Este retrato casi idealizado de ambos contrasta fuertemente con el descubrimiento de Carmen Díez de Rivera, una mujer clave pero mucho más olvidada, cuya historia personal y política revela las sombras que no siempre se cuentan. Es un viaje emocional que trasciende lo superficial, ahondando en el precio del poder y la soledad que conlleva.