"Chungo": La retranca gallega

Luis Zahera, reconocido y galardonado actor gallego, presenta en el teatro de La Latina su monólogo Chungo.

Un repaso que abarca desde sus inicios como actor hasta su actual éxito, su infancia en su Compostela natal, su familia y un sinfín de historias y anécdotas que transportarán al público al surrealismo que Luis afronta cada mañana al despertarse. (TEATRO LA LATINA). 

Luis Zahera, un actor inmenso

La carrera artística de Zahera va in crescendo si analizamos el reconocimiento de crítica y público que ha ido logrando en los últimos años. Un camaleón camuflado en el papel de chungo que siempre ha sabido transmitir diversas emociones con excelencia tanto en teatro como en cine. El «eterno secundario», que ha evidenciado que no existen ni grandes ni pequeños papeles, se sube al escenario con más tablas que vergüenza para entregarse a un público ávido de entretenimiento y evasión.

Chungo no es un monólogo con una estructura lineal, ya que parece que no hay una finalidad concreta. Es un error bastante común caer en un discurso deslavazado, pero Zahera convierte este error en una virtud. Sin opción a réplica, se avisa constantemente a los asistentes de que cada anécdota es una digresión sin importancia, un hecho que consigue captar primero la atención y después el interés.

El actor se dirige al público para hacerlo partícipe de sus historias con una forma brusca, tajante y chunga. Y así, con las características propias del sentido del humor negro, Zahera va despojándose de una vergüenza pasada que ya no se siente como un mal recuerdo. En la escasa hora y media de duración, la frase «¡no os emocionéis!» sostiene una atmósfera en donde hay cabida para la risa, pero no para los aplausos. Zahera sabe que escondiéndose en una falsa seriedad, el mejor humor podrá mantenerse a flote. Y así es, porque en el complicado género de la comedia, ¿es más primordial, el qué se cuenta o el cómo se cuenta? La respuesta en Chungo está clara.

Galicia y el matriarcado gallego

Chungo es la descripción de un Santiago de Compostela de suelo húmedo y cielo grisáceo. Un retrato de una Galicia que vio crecer a un gran actor. Zahera no esconde la morriña a la hora de ponerse en la piel de su niño interior. El cura, las hermanas, la lluvia, la paternidad casi ausente, los primeros trabajos como intérprete y, en especial, el homenaje a una gran madre son los puntos fuertes del mónologo.

Las vivencias con su madre, Lecha, engrandecen a Zahera. Convirtiéndose en ella cambia hasta su expresión corporal de una manera inaudita, evidenciando el orgullo de haber pertenecido a un sistema matriarcal en donde las mujeres estaban al mando de la vida. Una reivindicación necesaria que jamás está contada desde la imposición, sino desde la verdad y la improvisación.

«Sunnormal» con doble ene, Ourense como un falso viaje al extranjero o la pequeña sala donde veían Los ángeles de Charlie son solamente algunos de los trazos de lucidez de un monólogo que sin la presencia de Zahera y de Galicia sería un cuento escrito con tinta endeble.

Y como diría su padre:

«Marcho, que teño que marchar».

Conclusión

Chungo es un monólogo notable que capta al espectador mediante la autenticidad de un actor colosal. Quizá nunca llegue a ser una obra redonda, pero sí es una experiencia divertida. Luis Zahera sabe reírse de sí mismo sin recurrir a gags casposos de monologuistas atrapados en el pasado. ¡Menudo placer!

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