Cielo de medianoche es una película de ciencia ficción dirigida y protagonizada por George Clooney. Concretamente se ocupa de los subgéneros de viajes espaciales y futuro apocalíptico. En el reparto destacan Felicity Jones (Rogue one, La teoría del todo), Kyle Chandler (El lobo de Wall Street, Carol) y David Oyelowo (The cloverfield paradox, Jack Reacher). En España podremos verla de forma limitada en cines a partir del 11 de diciembre, y tras el 23 de diciembre en Netflix.
Crítica de 'Cielo de medianoche'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Cielo de medianoche
Título original: The Midnight Sky / Good Morning, Midnight
Reparto:
George Clooney (Augustine Lofthouse)
Felicity Jones (Sully Rembshire)
Kyle Chandler (Mitchell Rembshire)
David Oyelowo (Comandante Tom Adewole)
Tiffany Boone (Maya Peters)
Caoilinn Springall (Iris)
Demian Bichir (Sanchez)
Lilja Nótt Þórarinsdóttir
Tia Bannon
Sophie Rundle
Ethan Peck (Agustín de joven)
Año: 2020
Duración: 118 min.
País: Estados Unidos
Director: George Clooney
Guion: Mark L. Smith (Libro: Lily Brooks-Dalton)
Fotografía: Martin Ruhe
Música: Alexandre Desplat
Género: Ciencia ficción
Distribuidor: Netflix
Tráiler de 'Cielo de medianoche'
Dónde se puede comprar la novela
Sinopsis
Este relato postapocalíptico narra la carrera contrarreloj de Augustine (George Clooney), un solitario científico instalado en el Ártico. Su objetivo es impedir que Sully (Felicity Jones) y sus compañeros astronautas regresen a una Tierra amenazada por una misteriosa catástrofe mundial. (Netflix España)
Dónde se puede ver la película en streaming
El hombre que vive en el hielo
No se puede decir que Cielo de medianoche sea una película que explique con demasiada prisa, o haga mucho énfasis en los pormenores de la historia. Clooney opta por dar algunos apuntes, ir perfilando personajes, y progresivamente ir situando la historia y la narración. Inicialmente nos vamos apercibiendo de las solitarias circunstancias vitales del científico Augustine Lofthouse (George Clooney). Vive solo en el Ártico y más parece un naufrago desmañado y taciturno tratando de lidiar con una tremenda soledad, que un hombre de ciencia.
En líneas generales, el inicio de Cielo de medianoche tiene un sabor desolador. Augustine se mueve solitario por lo que parece una estación científica equipada con una gigantesca antena, que usa para tratar de contactar con una nave que está de camino a La Tierra. El motivo lo iremos viendo poco a poco. Una pequeño inserto parece mostrarnos una evacuación y a Augustine queriendo permanecer en la estación científica a todo costa.
La desesperanzadora rutina de Augustine se ve alterada por un acontecimiento improbable e inesperado. La aparición de una niña. Entro ellos se entabla relación un tanto peculiar, sobre todo si tenemos en cuenta que la niña, que a saber de dónde ha aparecido, permanece en continuo silencio. Augustine, a pesar de este mutismo, parece encontrar cierto sentido o alivio con su llegada.
Regreso a La Tierra
Cielo de medianoche no es exactamente ciencia ficción comercial. No del todo. El ritmo durante la gran mayoría de la película es reposado, deliberadamente lento, casi letárgico. Es como si George Clooney se preocupara más de dotar a Cielo de medianoche de una atmósfera crepuscular, quizá desolada, que de usar una narrativa directa. Lo primero es disponer las piezas; para tener una panorámica completa hay que tener un poco de paciencia.
El montaje hace que la historia de Augustine y la niña, que mediante un dibujo da a entender que se llama Iris (Caoillin Springall), se mezcle con la de una nave espacial de regreso a La Tierra. La misión que tenía encomendada era comprobar si una luna de Júpiter recién descubierta, y que se llama K23, puede ser un entorno habitable para la humanidad, llegado el caso de que nuestro planeta sea impracticable para la vida. La misión ha tenido éxito. Pronto descubrimos que es con esta nave con quien Augustine trata de contactar. Sus esfuerzos van dirigidos a avisar a la tripulación de que no vuelvan a La Tierra. Entendemos que, aquí abajo, ha ocurrido algo terrible y misterioso, y que las comunicaciones son casi imposibles.
La tripulación de la nave la componen Sully (Felicity Jones), Maya (Tiffany Boone), Sánchez (Demián Bichir), Mitchell (Kyle Chandler) y, al mando, el comandante Tom Adewole (David Oyelowo). Sus avatares parecen transcurrir de modo independiente al de Augustine, como si fueran dos historias exentas de cualquier vínculo. Por otra parte, la vida a bordo sigue las directrices que hemos visto ya en otras películas de ciencia ficción.
La composición de Cielo de medianoche
Cielo de medianoche participa de varios géneros y elementos esenciales que conforman el acabado final. Es un thriller de supervivencia, tanto en el espacio como en el ártico. Con peligros diversos y quizá no muy originales. Obviamente es ciencia ficción, no solo por la faceta colonizadora de la nave, también por el pésimo futuro que la película pronostica para la humanidad. Es también un drama personal, donde Clooney parece perseguido por algún remordimiento del pasado, cuando no fue capaz de mantenerse unido a su familia.
También hay una vertiente relativamente aventurera donde, en ambos polos de la historia, habrá peligros que sortear. Puede que encontremos asociaciones con Interstellar, Marte o Gravity. Es decir drama emotivo, una Tierra desolada, espectaculares imágenes espaciales, supervivencia en un entorno de soledad... Lo más característico de Cielo de medianoche es su montaje y la información que nos ofrece.
El montaje es meritorio, sobre todo porque tiene que ensamblar dos historias de naturaleza distinta. Cada una con su ritmo y su peculiaridad. El salto de una narración a otra nos resulta algo extraño, da la sensación de que estamos viendo dos películas distintas. Pero aun así tenemos el pálpito de que hay un vínculo que todavía no ha sido revelado, una íntima conexión que hará que todo cobre sentido. El problema es que hasta que ese momento llegue hay algún bajón narrativo, o algunos callejones sin salida que despistan más que aportar. Y eso hace que exista una leve esquizofrenia en la historia.
El aspecto de Cielo de medianoche
Cielo de medianoche ofrece un notable acabado visual y se beneficia del entorno donde se desarrolla la historia. Las escenas del Ártico tienen una siniestra belleza, la de un desierto helado que reduce a Augustine y a Iris a dos seres insignificantes a punto de ser engullidos. Sobre todo cuando la naturaleza helada se enfurece. No hay nada particularmente revolucionario en la dirección, pero sí momentos concretos donde el peligro acecha y se consigue una sensación de angustia bastante vistosa. Todo más que correcto.
La parte del viaje espacial sigue los parámetros de otras películas precedentes, pero no quita mérito a una correcta filmación. George Clooney utiliza, a ratos, recursos similares a Gravity y sus hiperrealistas secuencias y otras tira de un estilo satisfactoriamente más clásico. No hay nada demasiado revolucionario en el diseño de la nave, pero todo parece estar en su sitio con la eficacia de un diestro artesano. Como ocurre en la otra historia, hay un par de apuntes interesantes en los momentos más convulsos.
Cielo de medianoche, por lo tanto, tiene una buena y vistosa factura, aunque no aporte nada que no se haya visto ya. Hay que tener en cuenta que es una historia que requiere una cocción a fuego lento y no busca ningún sentido de la vanguardia, y del espectáculo salvo puntualmente. Al ser una película que además de mirar a las estrellas, mira al interior de los personajes, no necesita de virguerías visuales. Es la propia introspección la que determina el estilo, si bien hay momentos destacados en la técnica que no sobran. Es casi obligado mencionar la elegante banda sonora del infalible Alexandre Desplat, todo un aval.
Elenco y dirección
Es digna de mención la actuación de George Clooney. Es un hombre al límite de sus fuerzas cuya agonía representa los estertores de nuestro planeta. El papel se aleja de las trazas más o menos habituales de seductor pícaro o de madurito interesante. Abraza la serena decadencia del que se sabe perdido pero tiene todavía una tarea que cumplir. Hay algo también de búsqueda de la redención en el personaje de Augustine.
La tripulación espacial está resuelta con solvencia. Kyle Chandler es probablemente uno de los mejores secundarios de Hollywood, y en Cielo de medianoche aporta su trabajado talento. Pero es Felicity Jones quien lleva la voz cantante. La actriz tiene facilidad para los papeles cálidos, que generan empatía. Su embarazo durante la película obligó a retocar el guion, pero ello añade un matiz esperanzador dentro del tono crepuscular de la película. No hay que olvidar a Tiffany Boone, que tendrá que soportar las circunstancias más dramáticas del viaje.
George Clooney tiene una carrera como director interesante. Y además variada. Su crónica, plena de clasicismo, de la Caza de Brujas en Buenas noches y Buena Suerte (2005), y el thriller político de Los Idus de Marzo (2011) son dos excepcionales películas. Sus probaturas con el cine bélico en The Monuments Men (2014) y el humor negro en Suburbicon (2017) no destacan particularmente, pero se ven con interés. Dentro de su estilo clásico, Cielo de medianoche puede ser su película más osada. No tanto en general como para sí mismo. El resultado es en su mayor parte satisfactorio, aunque algo irregular. Es su película más interesante desde los Idus de Marzo.
Conclusión de 'Cielo de medianoche'
Cielo de medianoche es una película que requiere paciencia para asimilar como es debido el cómputo general de la historia. La narrativa va yendo del esbozo a la concreción suavemente, con paciencia. El problema es que por el camino hay momentos sobrantes que pueden desviar y disminuir nuestra atención. Aun así, Clooney sale airoso del envite de introducirse en la ciencia ficción, a la que dota de un sentido de la melancolía que se inocula en momentos clave. No reniega del espectáculo en las situaciones precisas, y puede que recuerde a algunas películas precedentes, pero tiene el sabor crepuscular de los mundos moribundos que dan paso a los nacientes.
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