"Con la boca abierta": Humor, música a capela y una misión

Con la boca abierta, segunda temporada de uno de los espectáculos mejor valorados de todo el año. Dimensión Vocal vuelve con un viaje musical alucinante al Teatro Fígaro de Madrid. La suerte de cinco desconocidos cambia radicalmente cuando una visita celestial les sorprende en medio de la consulta de un dentista… Beatbox, armonía vocal y grandes dosis de humor dan vida a una fiesta sonora por la que desfilan más de 100 éxitos musicales como nunca antes los habías experimentado. Un cóctel irresistible de comedia, emoción y música 100 % a capela que te dejará… con la boca abierta. ¿Te atreves a descubrirlo? (GRUPO SMEDIA). 

Para toda la familia

Dimensión vocal renueva uno de sus espectáculos y llega bajo el nombre de Con la boca abierta, un título, sin duda, más comercial con respecto a su título previo. Por tanto, se mantiene intacta la historia que se ha podido ver en otras ocasiones, donde un grupo de chicos se ven obligados a convertirse en todos unos artistas a capella. Desde el principio, se puede ver cómo los personajes cumplen con los arquetipos que se busca plantear. Gracias a ello, el espectador ubica rápidamente cómo va a ser el carácter de cada uno. Con respecto a la anterior versión, se percibe una fluidez que hace que sea accesible para todo tipo de públicos. Por lo que, se potencia esta característica, siendo una manera de atrapar desde los más pequeños de la casa hasta a los más mayores.

También se mantiene un carácter liviano, que permite que el espectáculo sea un entretenimiento fresco. Después de un inicio divertido, se empieza un recorrido en el que se desarrollan los distintos retos que se tienen que ir cumpliendo. Mediante ellos, se ven algunas de las creaciones más conocidas en este género, desde el megamix hasta pasar por los recopilatorios de canciones de Disney. Así, consigue cumplir con las expectativas que se pueden esperar de un espectáculo de este calibre. En cierta manera, tal vez, se haya perdido levemente cierta espectacularidad en alguna parte, pero a nivel general, mantiene muy buen ritmo narrativo. Por ende, no busca ahondar o complejizar en el trasfondo de cada personaje, sino que son vehículos que dejan que se ejecute la acción musical que se espera oír sobre las tablas.

Un grupo consolidado

La compañía volvió con parte del mismo elenco durante el estreno de Con la boca abierta, a excepción de Guzmán Yepes, el cual fue sustituido por Diego Jacobina. Por tanto, el resto de intérpretes estuvieron presentes. En primer lugar, Aser León vuelve a aportar auténtico carisma y fuerza sobre el escenario, lo que le permite a cautivar a la audiencia. Además, se le ve muy desenvuelto y con mucha facilidad para la expresión corporal y facial. Esa energía hace que su personaje destaque en varias escenas. Después, Luis León es la otra gran voz cantante, expresando esa chulería paródica, que, en esta ocasión, se ha equilibrado de una manera muy efectiva. Gracias a ello, el espectador establece una simpatía muy fácil de elaborar al no convertirse en un personaje molesto. Asimismo, el humor sigue siendo su gran baza.

Fernando Palacio reafirma su posición sobre las tablas, viéndose muy a gusto sobre ellas y provocando una sinergia especial con sus compañeros y con la propia puesta en escena. De esta forma, se extrae una luz muy propia, que hace que se capture su carácter desde el primer minuto. Además, no se pierde en una gestualidad muy natural, que deambula dentro de la cotidianidad. Por su parte, Luis Alonso, mejora con respecto a anteriores representaciones, viéndose que ha ido encontrando los anclajes perfectos en su trabajo dramático. Por ende, no es un nuevo trabajo interpretativo, sino que ha evolucionado y madurado lo que ya se había podido disfrutar de él. Por último, Diego Jacobina cumple con su función, aunque al tener que basarse en un mecanismo menos apoyado en la palabra, no termina de transmitir todo lo que pudiera con el cuerpo o el rostro.

Lavado de cara

Uno de los puntos que distinguen Con la boca abierta del anterior montaje es la construcción de una escenografía más potente a nivel visual. Mediante una escenografía renovada, se plantea el uso del color blanco como principal protagonista. Con ello, se deja atrapar por una especie de armonía tecnológica, que permite que el espacio adquiera un dinamismo eficaz. Por lo cual, hay que aplaudir cómo el espectáculo ha obtenido un lavado de cara en este aspecto artístico. Asimismo, la manera en la que se va transformando a lo largo de la obra, hace que no sea un mero escaparate para los ojos, sino que tenga justificada su función dentro de la propia pieza. Los vestuarios, también llamativos, ahora son un perfecto engranaje, que culmina en una propuesta divertida y lo transmiten también con el sello de identidad que se observa.

Por lo cual, la personalidad de la compañía ha quedado más consolidada. Puede ser que durante la función del 2 de septiembre, faltase algo más de vigorosidad y sorpresa en algunos momentos, pero, seguramente, se deba más a la energía que se transfirió en este estreno. También durante dicha función hubo un pequeño problema de sonido, con un pitido persistente, que no permitía disfrutar de todo el despliegue artístico y técnico. A pesar de ello, la composición musical del show sigue utilizando y aprovechando la concepción comercial de la selección musical. También se valora la dirección de escena, así como la coreografía y movimiento por el escenario, ya que han logrado mantener un buen ritmo de principio a fin. Por último, mencionar el trabajo de luces, el cual termina por poner la guinda a este concepto y transmite una creación más magnética.

Conclusión

Con la boca abierta mantiene la esencia original de las creaciones de Dimensión vocal, destacando su carácter humorístico, combinado con una selección musical que atrapa a grandes y pequeños por su enlace con la cultura popular. Además, ha pulido y consolidado varios aspectos narrativos, aunque en otras partes se ha restado algo de espectacularidad. Por otro lado, el elenco actoral sigue en pleno rendimiento, impresionando y dándolo todo sobre la escena, en especial, unos impresionantes Aser León y Luis León. También hay que aplaudir la evolución de la puesta en escena, con una escenografía más atractiva artísticamente. Un megamix a capella que triunfa por convertirse en un show fresco, entretenido y lleno de buen rollo (y música).

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