"Imagina un futuro sin fronteras". Con este lema el director Dustin Curtis Murphy presenta Coyote. Todavía sin distribución en España, la película ahonda en las realidades migrantes LGTB+ a través de la ciencia ficción y cuenta con las actuaciones de Therica Wilson-Read (The Witcher) y Borislava Stratieva (Luther: Cae la noche) en los papeles protagónicos.
Crítica de 'Coyote'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Coyote
Título original: Teleport
Reparto:
Therica Wilson-Read (Ekaterina)
Borislava Stratieva (Anya)
Ailish Symons (Orla Miller)
Ruthxjiah Bellenea (Taraji)
Chris Kyriacou (Vas Niko)
Beruce Khan (Richard Baqri)
Richard Glover (Mr. Blue)
Tian Chaudhry (Chyou)
Sonia Amini (Salima)
Julian Feria (El padre de Anya)
Harry Carr (Dmitri)
Emily Rose Ambler (Rubia)
Barney Jones (Peter)
Dana Pacheco (Janet)
Tom Lewin (Cazador)
Amilcar Franco (Refugiado)
Año: 2023
Duración: 101 min.
País: Reino Unido
Director: Dustin Curtis Murphy
Guion: Dustin Curtis Murphy
Fotografía: Joshua Carrington Birch
Música: Jasper Dent
Género: Ciencia ficción
Distribuidor:
Tráiler de 'Coyote'
Sinopsis
Una historia de amor prohibido en un futuro distópico en el que la tecnología de teletransportación permite a dos refugiados escapar del genocidio pero en una insidiosa red de trata de personas en la que participan políticos corruptos.
Explicitud discursiva
Desde la primera escena, independiente e introductoria, se exponen diferentes problemáticas sociales que se expandirán a lo largo de Coyote. La brutalidad policial, el racismo institucional, la polarización política, el auge de los discursos ultraderechistas, etc. Todas estas realidades, que consiguen hacer pensar que Coyote se asienta en un tiempo actual y real por la contemporaneidad de los argumentos, se expresan a través de discursos recitados tanto mediante la televisión como la radio. De hecho, se hace especial hincapié en los noticiarios, medio a través del cual los adalides de la extrema derecha transmiten sus palabras.
Las acciones de los personajes siempre acompañan a las palabras de los medios de comunicación. Es decir, se habla de control migratorio y un crimen contra una niña por parte de una persona inmigrante. Acto seguido, un peluche ensangrentado y un hombre con una pistola buscando a quienes crucen fronteras. La imagen por sí sola tiene fuerza, no siempre es necesaria la explicación previa. Incluso puede llegar a resultar redundante, cinematografía y discurso pueden estar mejor integrados.
Realidad y simbología
Coyote se desliga parcialmente de la autenticidad introduciendo elementos de ciencia ficción como la teletransportación. Si bien es cierto que, realmente, sin ello la historia se comprende perfectamente, sirve como metáfora de la migración irregular.
Existen unos cubos que permiten la teletransportación de personas a lugares determinados. Cuando el destino no está definido, vas a lo que denominan como limbo. Un espacio en el que no tienes control sobre tu cuerpo ni sobre el tiempo y únicamente esperas indefinidamente a poder salir de allí. Recientemente, la película Problemista (Julio Torres, EE.UU., 2024) explicaba los procesos de acceso a la residencia en países extranjeros como un laberinto del que no se puede escapar. Desconozco si el limbo es una referencia a este mismo procedimiento, pero sin lugar a dudas ejemplifica la inseguridad a la que se enfrentan las personas migrantes. No existes, no estás, no eres.
Resulta interesante, además, la dualidad entre la dificultad de las personas que desean escapar de sus países de origen para acceder a estos cubos (muy caros, las protagonistas deben decidir cuál de ellas tiene que teletransportarse) y la fluidez con la que los hombres ricos e influyentes de Gran Bretaña los utilizan para trayectos que podrían realizar en coche.
La salvación
Todo este doloroso y complicado viaje a otro país no es más que para poder refugiarse de la pobreza extrema, la desigualdad, la persecución a personas LGTB+, la guerra... En definitiva, para buscar una vida mejor. Sin embargo, esas promesas de mejora se ven truncadas cuando al otro lado del cubo solo hay más explotación y dolor. Quienes van a garantizarles la salvación las vuelven a encerrar en una prisión de paredes, sangre y violación. Hay planos recurrentes desde el interior hacia el exterior de la casa en la que aterriza la protagonista donde se ve la naturaleza, la libertad, a través de las formas de las ventanas que simulan barrotes. Están cerca, pero aún están atrapadas por las alimañas que se alimentan de la necesidad.
Los hombres que repiten discursos negativos sobre la inmigración y las personas inmigrantes son las mismas caras que buscan mujeres en el local de trata de blancas para explotación sexual en el que reside la protagonista. Esta hipocresía queda latente durante toda la película, donde incluso quienes se piensan buenos no son más que depravados menos violentos que los demás.
Sin embargo, pese a la despiadada (y acertada) representación de la realidad que muestra Coyote, la sororidad se alza como el único camino a la salvación real. La esperanza nunca se pierde, mensaje también necesario al tratar las problemáticas LGTB+ en el cine, donde en multitud de ocasiones únicamente se representan las partes más dolorosas de la existencia queer.
Conclusión de 'Coyote'
Coyote podría haber hilado más fino, acoplando mejor imagen y discurso e introduciendo los componentes de ciencia ficción de una manera más conveniente. Sin embargo, presenta una visión muy concreta y muy realista de los horrores de la migración irregular, sus consecuencias y sus antecedentes. Es una crítica con una base informativa muy precisa a la actualidad política, con un especial hincapié en las realidades LGTB+, femeninas y de clase.
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