El documental Crack: cocaína, corrupción y conspiración nos narra la situación social, política y económica en la que desembocó la llegada de esta droga a las calles de Estados Unidos. Estrenado en Netflix, supone una llamada más a la justicia para las víctimas de los prejuicios. Un toque de atención para aquellos que no conocen su pasado que, como reza el dicho, están condenados a repetirlo.
Pese a la frase “La droga se ha llevado más vidas negras que la horca del KuKlux Clan” este documental nos presenta los estereotipos para romperlos y sacarnos de nuestro juicio prematuro. Estereotipos que el crack, inicialmente la droga de los pobres, rompió.
Frente al consumo de cocaína entre la clase alta surgió esta variedad, el crack, mucho más barata y fácil de obtener. Con rapidez esta sustancia invadió las calles de barrios pobres, llenándolas de delincuencia, peligro, dinero fácil y caos. Su consecuencia fue una oleada de muertes prematuras, una década encadenada a la adicción y una economía sumergida que poco a poco fue llamando la atención de los más poderosos. Documental estrenado el 11 de enero en Netflix.
Crítica de 'Crack: Cocaína, corrupción y conspiración'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Crack: Cocaína, corrupción y conspiración
Título original: Crack: Cocaine, Corruption & Conspiracy
Reparto:
Mitch Credle
Koe Rodriguez
Año: 2020
Duración: 89 min.
País: Estados Unidos
Director: Stanley Nelson
Guion: Stanley Nelson
Fotografía:
Música:
Género: Documental
Distribuidor: Netflix
Tráiler de 'Crack: Cocaína, corrupción y conspiración'
Sinopsis
Explora la compleja historia del crack en la década de los ochenta, cuando aparece una potente droga barata que enciende las alarmas morales y el racismo de la época.
Dónde se puede ver el documental
Más allá de la historia
En el trasfondo histórico que se nos presenta, este puede parecer un episodio más del maltrato a la comunidad negra. El retrato de un país que, casi tres décadas después, no solo no ha solucionado este problema, sino que lo ha avivado más. Pero Crack: cocaína, corrupción y conspiración va mucho más allá de lo que esperamos de él. Y es que en la historia todo va ligado, cada pequeño suceso puede ser un detonante, cada decisión tomada es un empujón más hacia la situación actual.
El tono histórico social convierte este documental en algo más que un análisis de la época en la que el crack estuvo de moda. Tira del hilo con elegancia pero de forma directa, sin florituras ni miedos. Porque, según la teoría del caos, del muchacho que consume crack por primera vez a los conflictos militares de Nicaragua de los que se benefician otros gobiernos solo hay un aleteo de mariposa.
La economía del crack expuso el trasfondo de la hipocresía política. La lucha silenciosa de la gente negra contra los abusos policiales pasó a ser un grito de socorro. Guerras en las calles, guerras entre barrios, guerras entre políticos, guerras entre países. En mitad del escenario los peones, herramientas que desconocen lo que existe tras ellos, que apenas pueden vislumbrar lo contaminado, lo corrupto, lo inhumano. Y, tras el telón, intereses a mayor escala que todo aquello.
Un recorrido vertiginoso
A través de varios enfoques sencillos y directos al grano recorremos la historia reciente de una sociedad caótica e inestable. El ritmo ascendente sabe ponernos en la situación del momento, de la era del crack. Algo que comienza de forma idílica acaba siendo el camino directo a la muerte para ambas partes, consumidores y vendedores. El mal de las adicciones, sea a una droga o al dinero fácil culmina en una guerra en la que lo peor ya está asumido. Una sociedad subterránea que se extiende al implosionar mientras la autoridad desvía la mirada hacia otro lado bajo previo pago. Una bola de nieve cada vez más peligrosa de la que nadie conoce todos sus entresijos.
Los protagonistas de la era del crack, proveedores y consumidores rehabilitados, neurocientíficos y periodistas, cuentan como testigos presenciales la desenfrenada carrera hacia situaciones del presente. Y es que es teniendo en cuenta el presente donde coge fuerza la narración. Los años ochenta fueron desenfrenados de un modo inconsciente. La falta de información, la rapidez con la que avanzaba la sociedad en ámbitos como la tecnología y las grandes diferencias de clase crearon una sociedad inmadura que caía en picado hacia la destrucción. Este punto de vista está plasmado de un modo muy inteligente a través del montaje entre imágenes de la época y testimonios actuales.
Hipocresía en sociedad
El concepto de doble moral es algo que suele surgir cuando hablamos de Estados Unidos, un país en el que un joven no puede beber pero sí disparar un arma. Un país que se beneficia de cualquier tipo de guerra mientras abogan por la paz. En Crack: cocaína, corrupción y conspiración no dudan en plasmarnos esta realidad plantando un agrio debate en nuestras mentes. Y es que la americana no debería ser la única nación a juzgar.
La hipocresía del gobierno americano queda totalmente expuesta. La denuncia en este documental es evidente: ante la duda, la sociedad queda huérfana. Frente al caos, sobrevive la búsqueda de beneficios. Y así, entre empujones y codazos, evoluciona la sociedad. Podrida de estereotipos, de ansias de poder y consumismo. Una sociedad en la que el crack no fue más que una herramienta para unos y una condena en vida para otros.
Conclusión de 'Crack: cocaína, corrupción y conspiración'
Crack: cocaína, corrupción y conspiración es altamente necesario para los aficionados a la historia, a la política y a la psicología social. Es necesario para todos aquellos que quieran comprender los tiempos que corren, el camino que recorrieron y las esquinas ensombrecidas que no contarán jamás los libros de historia de un país que, ebrio de poder y falsa moral, pretende reescribir su propio pasado.
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