Tercera temporada de No más besos en el Teatro Lara, desde el 27 de agosto de 2021. Esta obra teatral adapta la famosa pieza de Diana Son, conocida originalmente como "Stop Kiss". En esta nueva etapa, se une Lara Dibildos al elenco principal, acompañada de Miriam Vázquez, quién también ejerce de traductora y adaptadora. Asimismo, el elenco cuenta también con Óscar Olmeda, también director de la obra, e Iñigo López. Se puede disfrutar en la Sala Lola Membrives, del conocido espacio teatral de Malasaña, hasta el 29 de octubre de 2021.

Puedes leer nuestra crítica de la primera temporada de No más besos pulsando AQUÍ.



Crítica de No más besos

Crítica de 'No más besos'

Ficha Técnica

Título: No más besos
Título original: Stop Kiss

Reparto:
Lara Dibildos (Callie)
Miriam Vázquez (Sara)
Íñigo López (George)
Óscar Olmeda (Detective Cole)

Cover:
Violeta Bartol (Detective Cole)

Duración: 90 min. apróx.
Dirección: Óscar Olmeda
Adaptación y traducción: Miriam Vázquez
Autora: Diana Son
Diseño de iluminación: Julio Bao
Fotografía: María Fernández
Producción: Esfera Ocho Producciones

Reportaje de la tercera temporada de 'No más besos'

Sinopsis de 'No más besos'

No más besos cuenta la historia de Callie (Lara Dibildos) y Sara (Miriam Vázquez) quienes se conocen y se enamoran inesperadamente en la ciudad de Nueva York. Todo comienza como un cuadro de soledad, de aquella soledad que viven los seres humanos en las grandes ciudades pese a estar rodeados constantemente.

Poco a poco, ambas se sienten de manera inesperada, fuertemente atraídas la una por la otra, y comienzan a vivir un amor diferente, tal vez empujadas por sus respectivas situaciones. La atracción va ocurriendo entre ellas con la incertidumbre y la inocencia de un primer amor… Pero su primer beso provocará un suceso trágico que cambiará sus vidas para siempre. (TEATRO LARA).



Critica de No más besos
Foto de María Fernández

Un problema grave

Esta obra es versión es una adaptación y traducción de Miriam Vázquez, basada en el éxito “Stop Kiss”, de Diana Son. No más besos critica la violencia LGBTQfóbica, mostrando la relación que nace entre dos mujeres, las cuáles ven sus vidas truncadas por un suceso trágico. En tiempos donde esta enfermedad social se ha vuelto cada vez más explícita, se agradecen producciones que hablen sobre ello. Esta adaptación cuenta con aires renovados, aunque mantiene la parte esencial de la historia. Se han omitido ciertos personajes y escenas, lo que da más ritmo al relato. Por lo tanto, se agradece que se haya hecho una mayor concentración de lo que sucede entre las protagonistas, poniendo el foco en sus vidas y en cómo las injusticias no vienen precedidas de más razones que el delito de odio.

Por tanto, Vázquez ha sabido evolucionar junto con esta obra de teatro, lo cual indica una madurez en el libreto estupenda. No es fácil decidir qué parte del material original se puede o no omitir, por lo que es una decisión que ha controlado satisfactoriamente. La cercanía y la emoción vuelven a apoderarse del relato, que mantiene ese agradable proceso de enamoramiento y descubrimiento. Además, a pesar de estar ambientado en Nueva York, se formula una empatía suave en torno a ella. No son personajes maniqueos, sino que hay cierta profundización entre los anhelos y las personalidades de sus protagonistas. No obstante, hay pequeñas partes de comedia que se quedan a medio gas y no logran el efecto que se espera de ellas. En consecuencia, se genera algo de incomodidad, pero pronto levanta el vuelo.

Teatro Lara
Foto de María Fernández

Dos mujeres y un destino

En esta nueva etapa de No más besos, Miriam Vázquez retoma el papel de Sara, mientras que Lara Dibildos se incorpora como Callie. Para comenzar, nuevamente, Vázquez tiene una luz artística que utiliza inteligentemente. De esta manera, dota a su Sara de una timidez y ingenuidad, que contrasta con las aristas que va desarrollando en la obra. Con lo cual, se valora esa humanidad con la que impregna a su personaje. Asimismo, subrayar la importancia de mantener la ilusión en escena, pese al pasar de las temporadas. Después, Lara Dibildos ofrece una Callie distinta, haciéndola completamente suya y con un baremo de sensaciones muy bien expresado. Es un placer verla introducirse totalmente en el carácter familiar, del espectáculo, dando a su personaje una calidez perfecta. Además, sostiene una química con Vázquez interesante, donde ambas colaboran para terminar de fabricar esa metamorfosis vital y transmitirlo al espectador.

A diferencia de la primera temporada, en esta ocasión solo cuenta con dos actores más. Por un lado, Iñigo López da vida a George, el inseparable amigo de Callie. Su interpretación mantiene esa frescura que demanda el personaje. Pese a tener un tono en la voz apenas con cambios, se suple con la expresividad facial y corporal que ofrece en la obra. Además, se encuentra en sintonía con el resto de sus compañeras, lo que es síntoma de un buen trabajo en equipo. Por último, Violeta Bartol, en sustitución de Óscar Olmeda en la función del 17 de septiembre, se mete en la piel de la Detective Cole. Con carácter y fuerza pisa las tablas, no mermando esa intensidad durante toda la obra. Es un acierto la contundencia con la que envuelve a su personaje, pero se echa en falta que haya algún matiz más en su actuación.

Teatro Lara
Foto de María Fernández

Una historia de descubrimiento

Nueva York llega a la Sala Lola Membrives, revestida como la ciudad de las luces, pero también de las sombras. Aun así, no es fundamental en la historia, aunque hay varios puntos que se explotan favorablemente gracias a ella. Aun así, la gran parte de la acción transcurre en el piso de Callie, por lo que se convierte en la piedra angular de la puesta en escena. Se presenta una propuesta minimalista, aunque bien organizada. De esta forma, el resultado cumple con su función, además de incidir en esa familiaridad y cercanía, en conclusión, realismo social. El impacto de lo que acontece toma mayor sentido, creando una empatía directa con el público. Por ello, se comprende la elección de una escenografía sencilla, pero coherente en su desempeño.

Los fuera de escena también toman algo de influencia en la obra, aunque de una forma mínima. Tal vez, se podrían explotar algo más, en especial, para los cambios de vestuario. La razón por la que podrían utilizarse más es por la dificultad de cambiar de un estado temperamental a otro más emocional en un intervalo de tiempo tan corto y abrupto. Por lo tanto, las transiciones se atascan entre los momentos de mayor tensión y la vuelta a la cotidianidad. Aun así, cabe mencionar que, a pesar de esta crítica de No más besos, en el resultado global, han mejorado sustancialmente. Prueba de ello, es cómo han perfeccionado los espacios y sus tiempos en escena. Asimismo, la iluminación y la composición de colores son una elección muy acertada, acentuando varios de los momentos más catárticos de la obra.

Critica de No más besos
Foto de María Fernández

Conclusión

No más besos sigue siendo una crítica elegante a la violencia LGBTQfóbica, por el carácter natural, verosímil y cercano que hay en su historia. La adaptación mantiene el estandarte principal del material original, sabiendo hacerla suya. Hay una mejora espléndida, al concentra el desarrollo de lo sentimental en sus protagonistas. Por lo cual, se disfruta de esta evolución y madurez narrativa. Asimismo, el elenco actoral conecta con la audiencia por la empatía y candidez que transmiten sus interpretaciones. La puesta en escena es minimalista, pero efectiva, adentrado al espectador al hogar y corazón de Callie y Sara. Un canto al amor y a la libertad como arma contra la violencia y la intolerancia.

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CINEMAGAVIA
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Diego Da Costa
Subdirector de Cinemagavia. Comunicólogo audiovisual por la UCM y Máster en Comunicación en la Red por la UNED. Miembro de EGEDA (Premios Forqué) e Ingeniero Audiovisual en Ricoh España. Co-creador de la compañía artística La Joie de la Colina. Como diría Elizabeth Taylor: "Las ideas mueven el mundo sólo si antes se han transformado en sentimientos".
critica-no-mas-besos-teatro-laraSigue siendo una crítica elegante a la violencia LGBTQfóbica, por el carácter natural, verosímil y cercano que hay en su historia. Hay una mejora espléndida, al concentra el desarrollo de lo sentimental en sus protagonistas. Por lo cual, se disfruta de esta evolución y madurez narrativa. Asimismo, el elenco actoral conecta con la audiencia por la empatía y candidez que transmiten sus interpretaciones. La puesta en escena es minimalista, pero efectiva, adentrado al espectador al hogar y corazón de Callie y Sara. Un canto al amor y a la libertad como arma contra la violencia y la intolerancia.

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