Dantza es el nuevo filme del director Telmo Esnal, que muestra de forma poética y experimental la tradición vasca a través del baile. El filme formó parte fuera de competición de la Sección Oficial del pasado Festival de San Sebastián, tras obtener el Premio Glocal in Progress en 2017.
Se trata del tercer largometraje del realizador gipuzcoano tras Urte berri on, amona! y Aupa Etxebeste!, con el que se alzó con el premio de la juventud del Festival de Cine de San Sebastián (2005) y obtuvo una nominación a director revelación en los Goya. La película se estrena en las salas españolas el próximo 21 de diciembre.
Crítica de Dantza
Resumen
Ficha técnica
Título original: Dantza
Año: 2018
Duración: 98 min.
País: España
Dirección: Telmo Esnal
Guion: Telmo Esnal
Música: Pascal Gaigne
Fotografía: Javier Aguirre
Reparto: Amaia Irigoyen, Gari Otamendi, Ainara Ranera, Joseba Astarbe, Josu Garate
Productora: Txintxua Films
Género: Musical. Drama
Distribuidora: BTeam Pictures
Tráiler
Tráiler / Vídeo especial
Sinopsis
Estalla la tormenta tras una dura jornada de trabajo en el campo. Cuando la lluvia amaina, brota la vida de la tierra antes yerma. Un fruto crece y madura, sobrevive al ataque de las plagas y se convierte en la manzana que da vida a la sidra. Llega entonces el tiempo de celebrar la cosecha, de brindar y festejar el amor.
Un retrato de la sociedad vasca a través de la danza tradicional. (BTeam Pictures)
Premios
- Glocal in Progress 2017. Festival de Cine de San Sebastián
- Festival de San Sebastián 2018 – Sección Oficial (Fuera de competición)
- Premio Lurra de Greenpeace 2018
Dónde se puede ver la película
La riqueza del folclore vasco
Dantza cuenta dos historias en una. Por una parte, narra el nacimiento del fruto de la tierra, la lucha contra las plagas, la recolecta de la manzana y su conversión en sidra. Por otro lado, el enamoramiento y posterior boda de una joven pareja. Ambas historias hiladas a través de la celebración del festival de la bebida autóctona. El folclore vasco se encuentra presente en todo momento.
Es incuestionable la riqueza de la tradición y la mitología vasca y es algo con lo que el director juega en todo momento. Los tambores, las flautas, los cascabeles... crean melodías que empujan a la acción de los personajes. Estos danzan, saltan, se ríen, luchan... todo se forma a través de su forma de moverse, en una celebración de la vida, la muerte y el amor.
Los bailes y las melodías típicas oscilan entre los más cercanos al ballet a o a las polcas e incluso a las melodías célticas, en una reedición de los grandes clásicos: ezpatadantza,, sokadantza, galaiena , zinta dantza, sagardantza…. De esta forma, la danza vasca llama a hacerse un lugar como forma de expresión, al igual que lo han hecho en otras ocasiones otros bailes regionales. Este es el caso del filme Flamenco del célebre realizador Carlos Saura, una clara fuente de inspiración para Dantza.
Poesía visual vasca
Dantza desde el principio deja claro su objetivo, el baile es la forma de transmisión de un lenguaje propio. Las palabras sobran, tan sólo alguna en vasco tienen presencia a lo largo del filme. No hace falta más. Los cuerpos como instrumento y el lenguaje no verbal crean una historia a seguir, que tiene su apogeo en la historia de amor, la cual deja con ganas de más.
La narración se centra no se sabe muy bien en qué momento de la Edad Media, a juzgar por la vestimenta de los personajes. La película para ello ha contado con más de 250 dantzaris, con una revisión de los trajes típicos de la zona.
Las localizaciones entre el País Vasco, Navarra y Aragón cuidan las estética al milímetro y eso se nota, desde los campos a las edificaciones antiguas. Los paisajes son extraordinarios y aprovechan el juego de luces de los amaneceres y los atardeceres, la noche, el día, y la explosión de todos sus colores. Verde, azul, rojo... los colores de la naturaleza están muy presentes.
Los planos son cuidados con mimo y con un gran acierto. Dantza muestra desde un inicio la presencia de los cuatro elementos: tierra, agua, fuego, aire, así como da vida a componentes naturales como el arco iris, los árboles o las plagas. También hace uso del transcurso de las estaciones y de la vida y la muerte a través de ellas. No es de extrañar por eso que Greenpeace haya otorgado el premio Lurra de este año a la película, por mostrar el medio ambiente desde un punto de vista tan bello. A veces incluso desde un tono cómico, como en el caso del florecimiento de las manzanas.
Falta de valentía
Y como no hay arena sin cal... Las escenas a veces abusan de la paciencia del espectador. Algunos momentos se hacen demasiado pesados debido al abuso de coreografías excesivamente largas y que cuentan poco. Si bien es cierto que en muchas ocasiones cosas tan simples como cambios de personajes o la personalización en alguno de ellos evitan precisamente este hecho. La irregularidad entre las escenas es palpable. Aparte, en algún momento se presentan también cambios muy bruscos entre ellas, que pueden verse demasiado forzados.
Pese a que se trata de danzas tradicionales, da pena que el largometraje no se atreva a dar un paso más con el folclore y simplemente lo muestre como un mero escaparate. Bien visualizado podría ser una fantástica vía de acercamiento de los más jóvenes a lo tradicional. Entendamos ese acercamiento con una revisión actual. Sorprende que todas las parejas sean aún de chicas y chicos, y los hombres y las mujeres estén separados en muchas escenas. Es cierto que la historia transcurre en el pasado, pero quizás ese punto de falta de valentía de abordar ciertos aspectos puede llegar a recriminarse.
Conclusión
La mitología, el costumbrismo y la tradición vasca son expresados de forma magistral a través de los bailes regionales. La estética es el punto fuerte de Dantza donde cada plano presenta una belleza sublime y muy cuidada. Esnal expresa gustosamente una historia bien hilada basándose en lo visual, la pena es que no se atreva a ir a un paso más allá. La historia se desdibuja a ratos y se hace demasiado pesada.