Delicioso (Délicieux), película dirigida por Eric Besnard y protagonizada por Grégory Gadebois, Isabelle Carré y Benjamin Lavernhe. Se trata de un drama histórico francés ambientado en el preludio de la Revolución Francesa, se inspira en la fundación del primer restaurante del mundo. Estreno en salas de cine españolas el 5 de enero de 2021.
Crítica de 'Delicioso'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Delicioso
Título original: Délicieux / Delicious
Reparto:
Grégory Gadebois (Pierre Manceron)
Isabelle Carré (Louise)
Benjamin Lavernhe (El duque de chamfort)
Guillaume de Tonquedec (El mayordomo)
Christian Bouillette (Jacob)
Lorenzo Lefèbvre (Benjamin Manceron)
Marie-Julie Baup (La marquesa de Saint-Genet)
Laurent Bateau (Dumortier)
Manon Combes (Francine)
Félix Fournier (El dependiente que pone canela)
Christophe Rossignon (El lacayo a la luz de las velas)
François De Brauer (El Marqués Frigoli)
Jérémy Lopez (El marqués de Fourvière)
Año: 2021
Duración: 112 min.
País: Francia
Director: Eric Besnard
Guion: Eric Besnard, Nicolas Boukhrief
Fotografía: Jean-Marie Dreujou
Música: Christophe Julien
Género: Comedia
Distribuidor: A Contracorriente Films
Tráiler de 'Delicioso'
Sinopsis
Delicioso nos sitúa en la Francia del siglo XVIII. En los albores de la Revolución Francesa, el prestigio de una casa noble depende sobre todo de la calidad de su mesa. Cuando el talentoso cocinero Manceron es despedido por el Duque de Chamfort, pierde el gusto por cocinar y decide volver a su casa en el campo. Allí conoce a la misteriosa Louise, quien le devuelve la pasión por la cocina y le ayuda a abrir el primer restaurante en Francia. (A Contracorriente Films)
Dónde se puede ver la película
Una exquisita revolución
Fue derrocar a la monarquía, arrastrando con ella al primer estamento (la nobleza) y debilitando al segundo (el clero) y empezar la revolución también en las cocinas. Todo apunta a que la semilla de la buena cocina, o al menos de la restauración, germinó en Francia. Según el Libro Guinness de los récords, el primer restaurante del mundo abriría sus puertas en 1725 en la Calle Cuchilleros de Madrid. Sin embargo, al tratarse de una hostería, el honor de primer restaurante como tal se lo lleva el fundado por el cocinero francés Dossier Boulanger en 1765 en París. En cualquier caso, uno y otro fueron fundados por sendos franceses, por lo tanto, no podemos negar que el origen de la restauración está en Francia.
Y a ese lugar y tiempo nos transporta Delicioso (Délicieux), un film que al calor de los fogones anuncia el final del régimen absolutista encabezado por Luis XVI y el principio de una nueva era para Francia y para Europa. El 14 de julio de 1789, el tercer estado (el pueblo) toma la Bastilla y un mes más tarde La Asamblea Nacional Constituyente aprueba la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano.
Aunque este hecho no queda reflejado en Delicioso, porque la película que nos cuenta Eric Besnard camina por otros senderos, sería enriquecedor tenerlo presente antes de adentrarnos en la trama. El hito histórico que supuso la Revolución Francesa tiene mucho que ver con lo que ocurre en la cocina y en la vida de Pierre Manceron.
Unos personajes también deliciosos
Pierre es un magnífico cocinero cuya máxima aspiración es poder establecerse en Versalles para dar de comer al rey y a su corte. Cada día se esfuerza por superarse con unos platos más que deliciosos en la cocina del duque de Chamfort (Benjamin Lavernhe). Sin embargo, los comensales a los que sirve no son más que una panda de haraganes con ínfulas a quienes no es capaz de refinar el paladar por más que lo intenta. Manceron es un hombre bueno, pero mientras vive en la cocina del duque pierde el sentido de la realidad, obsesionado con crear nuevos platos que le den su pasaje a Versalles.
Sin embargo, tras ser despedido por Chamfort, es capaz de ver más allá de su obsesión y, casi al mismo tiempo, descubre su valía y su libertad como cocinero. Una libertad que no sabe que existe hasta que llega a su vida Louise (Isabelle Carré), un personaje clave en Delicioso. Grégory Gadebois, en el papel de Manceron, parece sacado directamente de la Francia rural del siglo XVIII. Un actor curtido en el teatro, al igual que Isabelle, con quien forma un tándem perfecto. La química existente entre los dos hace que la historia, desde el principio, no pierda el ritmo ni el interés.
Delicioso no solo es una película divertida, también está salpicada de imágenes hermosas, paisajes de las diferentes estaciones del año y de bodegones que abren el apetito a cada instante. Podría decirse que estamos ante un drama histórico en el que también hay humor, romance y suspense, pero en el que el origen de la gastronomía francesa tiene un papel protagonista.
La verdadera nobleza es compartir
Delicioso nos presenta a la nobleza, capitaneada por el duque de Chamfort, como si de una pandilla de adolescentes caprichosos se tratase. El ambiente de palacio está plagado de risas insolentes y un lujo exultante capaz hasta de despreciar los ingredientes culinarios más básicos con los argumentos más necios. El egoísmo del que no comparte ni coopera. Para compensar la estulticia de la nobleza y la impotencia de tanto cinismo, Eric Besnard nos ofrece personajes inteligentes y comprometidos, como Louise o Benjamin (Lorenzo Lefebvre), el hijo de Manceron, que es otra pieza angular del elenco. Lúcido y con gran ilusión por el latido social que está a punto de cambiar el país.
Delicioso es una película que mezcla varios géneros sin degradar ninguno y cuya ambientación nos traslada directamente a ese tiempo y lugar en el que todo comienza. También el reconocimiento de la propia valía, ante la que a veces estamos ciegos por hacer caso solo a quienes nos degradan. ‘Olvida a Chamfort, no le debes nada’ le dice Benjamin a su padre en un alarde de lucidez que emociona.
Reportaje de Delicioso en Días de Cine TVE
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