Descansar en paz es la última película dirigida por Sebastián Borensztein. Guionista y director de cine, destacado por los largometrajes: ‘La suerte está echada’ (2005), ‘Sin memoria’ (2010), ‘Un cuento chino’ (2011), ‘Kóblic’ (2016) y ‘La odisea de los giles’ (2019). Fue presentada el 7 de marzo en la Sección Oficial de Largometrajes de la 27 edición del Festival de Cine de Málaga. Está protagonizada por Joaquín Furriel (Biznaga de Plata a la Mejor Interpretación Masculina), Griselda Siciliani, Gabriel Goity (Biznaga de Plata a la Mejor Interpretación Masculina de Reparto) y Lali González. Producida por Kenya Films y Benteveo Producciones para Netflix. Estreno en Netflix el 27 de marzo de 2024.
Critica de 'Descansar en paz'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Descansar en paz
Título original: Descansar en paz
Reparto:
Joaquín Furriel (Sergio Dayan)
Griselda Siciliani (Estela Dayan)
Gabriel Goity (Hugo Brenner)
Lali Gonzalez (Ilu)
Año: 2024
Duración: 105 min.
País: Argentina
Director: Sebastián Borensztein
Guion: Marcos Osorio Vidal, Sebastián Borensztein. Novela: Martín Baintrub
Fotografía: Rodrigo Pulpeiro
Música: Federico Jusid
Género: Thriller
Distribuidor: Netflix
Tráiler de 'Descansar en paz'
Sinopsis
Un hombre de familia, acorralado por las deudas, decide aprovechar una circunstancia única e imprevisible para desaparecer. Después de muchos años de vivir alejado de su país bajo una identidad falsa, un hallazgo fortuito pone a prueba la tentación irresistible de querer saber cómo ha continuado la vida de los suyos en su ausencia. La pregunta se vuelve obsesión: ¿Se puede desaparecer y olvidar toda una vida? ¿Se puede empezar de cero y nunca más mirar atrás? (Netflix)
Dónde se puede ver la película en streaming
La historia se repite
Argentina es un país que desgraciadamente siempre ha sufrido crisis de manera cíclica debido a una economía marcada por la inflación. Sebastián Borensztein vuelve a fijarse en un acontecimiento histórico de Argentina, para contarnos el sufrimiento de su sociedad a través de un personaje que lo tenía todo, pero que, de la noche a la mañana, lo pierde y decide ocultarse durante unos años.
La obra se sitúa en el Buenos Aires de 1994, donde gobernaba Carlos Menem desde hacía cinco años y que implementó duras políticas de liberalización económica tras un periodo de inflación, centrándose en medidas de privatización que generaron problemas estructurales como el aumento de desempleo. Este marco histórico provocó que muchas personas como el protagonista, se vieran acorraladas por las deudas y tomaran decisiones extremas, agravadas por la situación del país.
Descansar en paz es el reflejo de una sociedad en constante búsqueda de estabilidad, que vive bajo el desconocimiento de lo que sucederá al día siguiente. Una condición que ha marcado a todos sus habitantes, que luchan cada día por hacer de Argentina un país mejor. Esta lucha constante los ha llevado a plantearse si se puede empezar de cero o sí, por el contrario, deben emigrar y no mirar nunca más atrás, porque las políticas como las del recién nombrado Javier Milei, no ayudan a que el país se mantenga estable.
Cuando la dirección es clara
A partir del devastador atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), Sebastián Borensztein traza una historia marcada por la conmoción y las tensiones de una sociedad argentina de la que tuvo que huir el protagonista ocultándose en Paraguay, rehaciendo su vida con una espinita clavada en el corazón.
La historia está muy marcada por las maravillosas interpretaciones de Joaquín Furriel, Griselda Siciliani y Gabriel Goity, que son capaces de aportar volumen a unos personajes que sentimos más reales gracias a la relación de empatía que se establece con el espectador. Los dos primeros interpretan una pareja de clase alta, en la que ella desconoce los negocios de su marido y él, trata de que no sufra al darse cuenta de que él es el problema. Con un increíble Gabriel Goity, interpretando a un villano lleno de humanidad.
La puesta en escena planteada por Sebastián Borensztein no hace más que engrandecer esta historia. Con una estructura dividida en dos partes separadas por el tiempo, con un 1994 representado en formato analógico, en contraposición con el digital de la segunda parte contemporizada en 2009. Con un punto de vista ubicado en dos países, Argentina y Paraguay, marcados por un etalonaje distinto y una forma de ver la vida diferente. Aspectos que marcan a un personaje, con el que empatizamos en todo momento gracias al arco dramático que crea Joaquín Furriel, que tuvo que enfrentarse a un rodaje a la inversa, interpretando primero las escenas finales, para acabar rodando el inicio de la Descansar en paz.
Conclusión de ‘Descansar en paz’
Descansar en paz es un claro ejemplo de un cine comercial con vocación social. Ya hemos podido comprobar en películas anteriores de Sebastián Borensztein como ‘Kóblic’ (2016) o ‘La odisea de los giles’ (2019), que esto es algo que se le da muy bien, crear una historia interesante por su narrativa, pero, con un trasfondo histórico y social profundo, llegando a ser uno de los grandes retratistas de la historia reciente de Argentina.
Las impecables actuaciones de Joaquín Furriel, Griselda Siciliani y Gabriel Goity hacen que Descansar en paz tenga valor más allá de la gran dirección. Personajes con volumen, que consiguen representar la idiosincrasia de un país como Argentina, que hoy día sigue sufriendo la lacra del neoliberalismo más agresivo con el reciente nombramiento de Javier Milei como presidente del país.
Únete a nuestro CANAL DE TELEGRAM