Uno de los monólogos con gran éxito de Argentina se encuentra entre las obras de la época estival del Teatro Lara. Desde el sofá vuelve con su segunda temporada a la Sala Lola Membrives. Protagonizado por Gisela Novais, busca con los asistentes una experiencia reflexiva sobre el concepto de la muerte. A través de una pregunta tan compleja como: "Si me muriera mañana, ¿he hecho todo lo que me gustaría hacer?", se despliega un diálogo introspectivo sobre la identidad, el amor, las redes sociales y hasta Dios. Hasta el 27 de septiembre de 2020 en el Teatro Lara.
Crítica de 'Desde el sofá'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Desde el sofá
Título original: Desde el sofá
Reparto:
Gisela Novais (Ana)
Duración: 75 min. apróx.
Dirección: Emmanuel De Martino
Dramaturgia: Emmanuel De Martino
Diseño de arte: Fernando Muratori
Arreglos musicales: Martín Mazzón
Diseño gráfico: Lucila Gejtman
Fotografía: Jesús Mayorga
Género: Monólogo musical
Producción: Teatro Lara
Tráiler de 'Desde el sofá'
Sinopsis de 'Desde el sofá'
El último día
Los pensamientos y la necesidad de encontrar respuestas se dan cita en Desde el sofá. La obra de Emmanuel De Martino aborda paulatinamente la incertidumbre y lo que hay detrás de una pregunta aparentemente simple sobre las metas vitales. A través de un guion lleno de carisma y de metáforas sobre la vida moderna, la obra va tejiendo una tela de araña sobre el concepto de la propia existencia. Sin embargo, no busca quedarse en un plano excesivamente profundo. Al contrario, lo equilibra en un vaivén de cuestiones más sencillas. No obstante, terminan unificándose en una sublimación de la retórica de preguntarse por la propia identidad y lo que flota a través de dicho concepto. Sería conveniente destacar la crítica muy acertada sobre la influencia de Internet y las redes sociales en el estilo de vida de una persona y las consecuencias que conllevan a una deshumanización comunicacional.
Lejos de echar en falta una mayor interacción con otros personajes, ese carácter íntimo del libreto se aúna con la necesidad de romper con los clichés del término soledad. De esta forma, se puede observar una inteligencia y sensibilidad destacables, dado que parten de ideas universales, que hacen que cualquier espectador se pueda sentir identificado. Además, hay que añadir la mezcla de un humor más físico y en constante movimiento, lo que hace que la picaresca forme un equipo imprescindible con ese carácter más maduro y profundo. A ello hay que añadir que según transcurre la historia, se llega a un diálogo interno, donde los propios espectadores forman parte de ella. Asimismo, el clímax y el final de la obra dejan un mensaje tan importante como preciso, algo de agradecer, en especial, por los tiempos convulsos que azotan a la población desde hace meses.
Yo, y mis circunstancias
Hablar sobre Desde el sofá no sería posible sin el increíble trabajo escénico que realiza Gisela Novais. Desde antes de dar comienzo la obra, se puede ver cómo la actriz se prepara con una concentración exhaustiva, cómo ya escenifica y coloca a su personaje en la realidad a la que tendrá que hacer frente. Unido a ello, se ven los distintos registros que le acompañan, desde una pausa más racional hasta una locura llena de energía, un uso del habla a alto nivel y el cuerpo como propio lenguaje de la historia. Por esa razón, es importante destacar que mantiene el ritmo en todo momento y que no le hace falta estar acompañada de ningún partenaire. Asimismo, se corona como una maestra de ceremonias excelente, que sabe controlar perfectamente el escenario y encuentra los puntos de energía necesarios para sorprender a su audiencia.
Por otra parte, Novais realiza diversos números musicales en los que pone a prueba su capacidad vocal. Mientras que en algunos momentos triunfa con esa elegancia que desprende su voz, en otros no termina de encontrar su registro real. Por lo cual, aunque se aplaude su capacidad vocal y el poder utilizarlo como elemento expresivo de su trabajo interpretativo, en ciertas partes juega en su contra al romper con la dinámica tan personal que se percibe del resto de atributos de la intérprete. No obstante, su carisma hace que no se convierta en un aspecto tan destacable como para opacar su gran actuación, dado que, en su conjunto, obtiene un trabajo artístico con sello propio y le da un carácter que no se desinfla en ningún momento. Dicho en otras palabras, sigue explotando su talento sobre el escenario, aunque podría brillar todavía más.
Confesión musical
Como su propio nombre indica, Desde el sofá se produce en un sofá, que podría ser de cualquier salón. Después, se muestra cómo se colocan los distintos elementos en la sala para que formen parte de la puesta en escena, lo que hace que conserve ese ambiente cercano, familiar y cotidiano. Se fomenta la interacción y la transformación de éstos en la propia escena. Por lo cual, el montaje sigue una coreografía en la que hay grandes momentos de subidón, que desencadenan en una bajada más pausada. En consecuencia, se mueve en una montaña rusa de emociones, que extrapola al público y es lo que hace que termine por enamorar a sus asistentes. La razón no es otra que, al ser un mensaje tan potente y existencial, sería imposible abordarlo sin mostrar ese baremo de emociones que consiguen llegar al espectador con la construcción expresiva.
La iluminación también se convierte en todo un acierto, dado que en sí misma remarca el carácter dramático de lo que está ocurriendo. Además, se convierte en un aspecto en movimiento, lo que da también un significado a su uso para contextualizar los distintos cambios que se produce en la obra. No obstante, por problemas del directo, se pudieron percibir distintos contratiempos técnicos en el uso de los audiovisuales durante la representación. Sin duda, este hecho provocó que los esquemas audiovisuales, preparados para dar mayor fuerza a lo que se está viendo sobre el escenario, no llegaran. Además, fue un error que no pudo solventarse y podía provocar cierta confusión entre los asistentes. Por suerte, Gisela Novais pudo redirigir la mirada hacia su interpretación. Por lo cual, solucionó dicho contratiempo y no dejó que eclipsara el resto del trabajo de la puesta en escena.
Conclusión
Desde el sofá es una obra que reflexiona sobre la propia existencia, la vida y quiénes somos. A través de un guion lleno de profundidad, humor y carisma, no causa indiferencia a ningún espectador, al contrario, fomenta una reflexión. Así, de esta forma, demuestra la calidad de la propia historia. Luego, Gisela Novais está soberbia, dejándose el cuerpo y alma en la obra, controlando a nivel artístico los distintos vaivenes energéticos y brillando por su desempeño en la escena. A nivel técnico, por causas del directo, no se pudo disfrutar de la puesta en escena en su totalidad, aunque el desempeño de Novais supo suplir estas faltas. Una respuesta personal e íntima ante una de las mayores incógnitas de la vida, dejando un poso introspectivo y positivo. Desde el sofá
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