Boston Producciones vuelve al Teatro Lara con Desmontando a Gatsby, una obra que parte del clásico "El Gran Gatsby". Escrita y dirigida por Edgar Costas, reflexiona sobre la fama, el poder, los sueños y la ambición, combinando las realidades extraídas del mundo de la interpretación con la famosa novela de F. Scott Fitzgerald. Protagonizada por Manuel Galea, Daniel Rimón, Laura Auzmendi, Vir Calderón y Edgar Costas, estará en cartel hasta el 18 de agosto en la Sala Lola Membrives.



Desmontando a Gatsby

Crítica de 'Desmontando a Gatsby'

Ficha Técnica

Título: Desmontando a Gatsby
Título original: Desmontando a Gatsby

Reparto:
Manuel Galea
Daniel Rimón
Laura Auzmendi
Vir Calderón
Edgar Costas

Duración: 70 min. apróx.
Dirección: Edgar Costas
Dramaturgia: Edgar Costas
Producción: Boston Producciones

Sinopsis de 'Desmontando a Gatsby'

Tras el éxito de su último montaje teatral, Nicolás recibe la oferta de montar una versión de "El gran Gatsby" para un productor de renombre. Sin embargo, las condiciones son muy claras y subir ese peldaño en su carrera podría costarle su integridad artística.

Desmontando a Gatsby es una comedia sobre la fama, la naturaleza del éxito y hasta donde estamos dispuestos a tragar por alcanzar nuestros sueños. (TEATRO LARA). 



Desmontando a Gatsby
Foto de Boston Producciones

Metateatro

F. Scott Fitzgerald, en su novela ‘El gran Gatsby’, escribió: “Aprendamos a mostrarle nuestra amistad a un hombre cuando está vivo y no después de muerto”. Considerada una de las grandes novelas de la literatura estadounidense, la ironía del destino hizo que su propio autor no disfrutase en vida de su éxito y legado (murió en 1940 pensando que había sido un fracaso). En cierta manera, la propia historia, reflejo de la decadencia de los ‘felices’ años 20 en Estados Unidos, termina impregnando esa mirada más allá de sus páginas.

Sabiendo trasladar ese espíritu del idealismo exacerbado, Edgar Costas reinterpreta el clásico de Fitzgerald creando una obra muy particular, Desmontando a Gatsby, en funciones en el teatro Lara durante el mes de agosto. Realmente, la obra opta por el metateatro, dado que verse más bien de una compañía que busca adaptar la célebre novela a las tablas. Se produce así una historia dentro de otra. A ello se suma que Costas, quien ejerce también de narrador del relato, narra de manera no cronológica lo sucedido.

Teatro Lara
Foto de Boston Producciones

Ficción, homenaje y realidad

Lejos de crear un relato confuso, la obra logra meter de lleno al espectador, lo hace a través de un humor muy característico, en el que la ironía sabe tocar la fibra del público para provocar carcajadas. Lo hace con una puesta en escena austera de la que se nutre, precisamente, para crear situaciones surrealistas (como la visita a un famoso productor en la que se retrata de manera bastante sardónica su inmensa mansión con piscina incluida).

Pero la obra va más allá, dado que toma referencias de la propia compañía, como el hecho de que los protagonistas se conozcan desde hace años, la edad de los actores es la misma que la de sus personajes. Costas intercala estos datos con la ficción creando una historia fascinante que logra ser un homenaje a la obra de Fitzgerald, a la vez que una mirada crítica al mundo del show business. Es como si ‘El gran Gatsby’ estuviera narrado con los tiempos de Nolan, el humor de la serie francesa ‘Call My Agent’ y cierta atmósfera underground que recuerda al que hubo en Madrid en los años 80 y 90.

Teatro Lara
Foto de Boston Producciones

Un elenco exquisito

Una mezcla particular que fascina y conquista. Lo logra también por la química de un elenco exquisito. Aplauso fortísimo para Daniel Rimón, quien sabe reinterpretar ese espíritu idealista de la novela de Fitzgerald, con cierto aire tragicómico. Aplauso también para Manuel Galea, Vir Calderón, Laura Auzmendi y el propio Costas. Especialmente por el desafío de varios de ellos de interpretar varios papeles a la vez y jugar con ello.

Es fascinante cómo saltan de un personaje a otro, de cómo logran ese humor ácido y cómo la ruptura de la cuarta pared al interactuar con los espectadores logra esa mirada cómplice que está presente durante los 70 minutos que dura la obra. Una invitación a dejarse llevar por un relato que juega hasta el punto de crear una especie de ‘elige tu propia aventura’, dándole una vuelta de tuerca más, si es posible.

Desmontando a Gatsby
Foto de Boston Producciones

Conclusión

Desmontando a Gatsby busca jugar con el público en el mejor sentido de la expresión, lo hace cómplice de este ejercicio metalingüístico que cautiva por su sagaz e irónico humor, su mirada crítica hacia la propia industria cultural y su reinterpretación contemporánea de los temas de la novela. El resultado es una obra disfrutona, en la que se entra de lleno, gracias a un texto bien ejecutado y el carisma de su reparto. Una manera intelectual y diferente de combatir el calor del verano.

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