Yolande Zauberman se ha convertido en una de las directoras francesas con un sello de identidad claro. La realizadora ha obtenido éxito gracias a documentales como "Would you have sex with an Arab?" o "Caste criminelle". Asimismo, ha obtenido reconocimiento por sus proyectos de ficción con títulos como "Bailar hasta morir" y "La guerre à Paris". Vuelve al cine con el documental M, sobre los abusos sexuales cometidos en la comunidad ultraortodoxa judía. Fue nominada en los premios César al mejor documental, al igual que en el Festival de Cine Europeo de Sevilla. En el Festival Internacional de Cine de Locarno se alzó con el Premio Especial del Jurado. En cines españoles próximamente.
Crítica del documental M
Resumen
Ficha Técnica
Título: M
Título original: M
Año: 2018
Duración: 106 min
País: Francia
Director: Yolande Zauberman
Guion: Yolande Zauberman
Fotografía: Yolande Zauberman
Género: Documental
Distribuidora: Surtsey Films
Tráiler del documental 'M'
Sinopsis del documental 'M'
El documental M presenta a Menahem Lang, que nos abre la puerta secreta de su ciudad natal, Bneï Brak, “la ciudad de los hombres de negro”, la capital mundial de los ultra ortodoxos judíos. Es volver al lugar del crimen, pues en esta ciudad abusaron de él durante toda su infancia. Es también volver a un lugar que amó enormemente, un camino iniciático sembrado de encuentros inesperados, ritos olvidados… una reconciliación. (SURTSEY FILMS).
Directo e imprescindible
El mundo del cine esta lleno de historias que merecen ser escuchadas. Son el ejemplo de cómo utilizar el séptimo arte para, en muchas ocasiones, denunciar realidades que apenas tienen voz en la sociedad. Yolande Zauberman realiza esta labor con M, documental que narra las vivencias vividas por un hombre que fue abusado sexualmente en la comunidad ultraortodoxa. La línea narrativa que se va construyendo, según transcurre el film, permite seguir una historia lineal en el que se abren varios frentes y convergen en la exposición de realidades. De una forma cruda y directa, las confesiones de sus protagonistas no fuerzan el impacto que provoca en el espectador, sino que lo realizan desde una necesidad de expresarse. Zauberman ha sabido realizar un compendio ordenado del material que ha tenido entre manos para este film.
A través de Menahem, abre las puertas a una sociedad desconocida para el espectador convencional y desentrañar los misterios y, sobre todo, delitos que no se hacen públicos. Muestra un estilo de vida alejado de lo convencional y explica de forma neutra los sucesos que ocurren dentro de ella. El vehículo del dolor y el sufrimiento no se utilizan para buscar una empatía forzada en el público, sino que se produce una comprensión inmediata por el poder del mensaje que hay dentro. Zauberman sabe llevar el relato con una sensibilidad narrativa excelente, que atrapa al público hasta el final del documental. Ha sabido estructurar lo que se cuenta y la manera de materializarlo. Una coherencia narrativa, que no pierde el realismo que viene impregnado. Es cautivadora y muy potente.
Víctimas del dolor
No sería posible M sin las personas que se han atrevido a romper el silencio de una de las sociedades más cerradas a nivel mundial. El primero de ellos y el hilo conductor de toda la película es Menahem Lang. El principal relator de la obra se desnuda ante el espectador en sentimiento y en alma. Se rompe frente a la cámara y, sin tapujos, muestra las consecuencias de las vivencias traumáticas que le preceden. No obstante, equilibra ese dolor con una luminosidad en su rostro, una naturalidad al expresar su motor de vida, que hace partícipe al espectador en todo momento de lo que ocurre. Es el perfecto maestro de ceremonias de este documental y desgarra emocionalmente al público con lo que transmite. Dota y eleva el sentido del film a un estado superior.
El factor humano es imprescindible en documentales de este tipo de género. Por lo que es importante comprobar que el mensaje que han querido transmitir sus protagonistas se ha llevado bien a cabo. El film está lleno de retratos angustiosos, de culpa, de silencio… en los rostros y en los recuerdos de los participantes de este proyecto. Se puede ver el cuidado con el que han sido tratados, en pantalla se puede percibir la seguridad con la que se expresan. Hay que aplaudir también a aquellos que no han querido aparecer, pero sí hablar de esta realidad tan cruenta y tapada. Es importante denunciar todo tipo de abusos sexuales, en especial a los menores, y romper con la protección del poder. Una lucha que se materializa en estas personas.
Sin adornos
Es difícil encontrar un planteamiento técnico apropiado para este tipo de documentales con tanta carga emocional. Yolande Zauberman demuestra su calidad como realizadora al hacerlo desde la mayor cercanía posible y quitándose de cualquier floritura creativa. La directora posa la cámara en M dentro de la acción, se ve ese planteamiento irregular de la “cámara en mano”, pero que, en este film, es necesario. La fotografía parte desde una visión en la que se revuelve con los propios protagonistas, en donde el movimiento sabe expresar todo lo que está pasando ante sus ojos. Las confesiones no se dan mirando al objetivo, sino que se cuentan visualmente desde un prisma orgánico. Esa es la razón por la que se vuelve tan verosímil y tan impactante de ver y escuchar. Zauberman ha sabido encontrar su sello de identidad en esta obra tan sensitiva.
Otro de los puntos más importantes en la composición visual de la obra es la utilización de los claroscuros. La mayor parte del documental se desarrolla en una penumbra que refleja la cara oscura de la comunidad ultraortodoxa judía. Aunque Zauberman no haya hecho uso de elementos sintéticos, sí puede verse que el color es uno de los aspectos que transmite hacia al público y maneja la identidad del largometraje. Luego, el montaje juega un papel fundamental en este título. En conjunto con la estructura planteada narrativamente, han sabido exprimirlo a nivel visual y hacer un tándem entre ambas, que respeta la personalidad del largometraje y lo resuelve de una manera brillante. Un documental que no está dentro del foco comercial, pero es imprescindible para la sociedad. Los gritos ahogados se escuchan con fuerza y con firmeza.
Conclusión
M es un documental imprescindible. Narra con crudeza, realismo y verdad el abuso en la comunidad ultraortodoxa de judíos, a través de un retrato sin florituras y que impacta al espectador directamente. Los protagonistas de la cinta se despojan de cualquier miedo y se abren en canal para denunciar una situación silenciada. La realización técnica sigue un esquema de “cámara en mano”, con una planificación y desempeño creativo apropiados. Zauberman deja patente su sello de identidad en este film. Una película que no deja indiferente y remueve al público en sus asientos. Un documental que denuncia de una forma directa y sin tapujos. Necesario y potente.
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