Siguiendo la tradicional costumbre de representar cada año el Don Juan Tenorio en Nuevo Baztán en la noche más oscura, en la que ancestralmente las ánimas estaban autorizadas a abandonar los cementerios, el pasado 7 de noviembre, tras posponerse unos días debido a las inclemencias del tiempo, se representó esta obra romántica de José Zorrilla en las calles del madrileño pueblo de Nuevo Baztán, bajo la dirección de Ana Belén Mota Truncer, responsable de la compañía Edae Pasiones.
Escenificado en uno de los 108 pueblos más bonitos de España, e interpretado por entusiastas actores amateurs, con la participación de la Coral de Villar del Olmo, caballos y carruajes de época, fue todo un grandioso espectáculo que retomó la costumbre de representar el Tenorio en calles y corralas, acercando la tradición y la cultura a gentes de toda edad y condición.
Título: Don Juan Tenorio en Nuevo Baztán Título original: Don Juan Tenorio
Reparto: Llanos Gutiérrez (Doña Inés)
David Expósito (Don Juan)
Pilar Portillo (Buttarelli, Hermana tornera)
Gerardo Núñez (Chutti)
Juan Carlos Fernández (Don Gonzalo)
Luis Miguel Téllez (Don Luis)
Luis Miján (Don Juan de mayor)
Carlos Román (Don Diego, escultor)
Sergio Expósito (Capitán Centellas)
Manoli Fernández (Brígida)
Ángeles Gil (Madre abadesa) Carlos Hernández (Avellaneda)
Manuela Salgado (Lucía)
Duración: 120 min. apróx. Dirección: Ana Belén Mota Truncer Dirección facultativa: Ana Belén Mota Truncer Versión y dramaturgia: Ana Belén Mota Truncer Autor original: José Zorrilla
Música: Coral Municipal de Villar del Olmo Vestuario: Paris Sastras: Carmen García y Teresa Martín Técnico de sonido: Martín Morchio Escenografía: Carlos Morchio Dirección de la Coral: Luis Roldán Caballos: Finca Los Jarales Atrezzo: Vázquez Muebles y Atrezzo Carruaje: Bodega El Cuarto Lote Diseño de iluminación: Carlos Morchio Colaboradores: H. de Sebastián Gasgcueña Producción: Edae Pasiones
Tráiler de 'Don Juan Tenorio en Nuevo Baztán'
Sinopsis de 'Don Juan Tenorio en Nuevo Baztán'
Don Juan Tenorio en Nuevo Baztán es la historia sucede en Sevilla, en pleno Siglo de Oro y trata sobre las aventuras de don Juan Tenorio, un joven vividor y burlador de mujeres, cuya vida transcurre entre apuestas, duelos y amoríos. Comienza el argumento con la apuesta que, entre él y otro calavera de su misma calaña, hacen para ver quién de los dos, en el término de un año, obraba peor, se batía en más duelos y seducía a más doncellas. Se reúnen en la hostería del Laurel para dar cuenta de sus hazañas, y por número, gana don Juan, aunque su amigo, don Luis, le indica que en su haber, no consta ninguna monja seducida. Esto acaba en otra apuesta más extrema, pues don Juan asegura que en esa noche, seducirá a una joven novicia, doña Inés, así como a la prometida de su amigo.
Don Juan consigue todo lo que se propone, sin que le importe todo aquello que se lleva por delante, pero su alma cada vez cae en abismos más insondables y al final de la obra se deberá enfrentar a sus fantasmas, y solamente el amor de doña Inés conseguirá que se arrepiente de sus pecados y se salve de la condenación eterna.
¿Se abre el telón… o no?
Pues no, en esta obra no se abre el telón, ya que siguiendo la antiquísima tradición de representarla al aire libre la noche de difuntos, se escenifica en los lugares más emblemáticos de un pueblo barroco de Madrid, Nuevo Baztán, utilizando como escenario el conjunto palaciego que su fundador, don Juan de Goyeneche, construyó en esta localidad en el siglo XVIII, de la mano del arquitecto José de Churriguera.
Don Juan Tenorio en Nuevo Baztán se trata de toda una experiencia inmersiva, en la que el público, que asiste de una manera gratuita, es guiado, bien por alguno de los protagonistas o por bailarines, hacia los diversos escenarios en los que se desarrolla la obra, rodeando a los actores, sintiéndose copartícipe de las escenas, asistiendo casi como un personaje más a la evolución personal del mezquino burlador protagonista.
Ya de primeras nos sorprende y nos atrapa, pues vemos un completo despliegue de luminotecnia, sonido, vestuario, atrezzo, música…
Comienza con el pueblo en silencio. A poco, se escuchan cascos de caballería, voces y no, no estábamos equivocados, aparece un coche de caballos con varios actores montados en él, que se detiene ante el bello palacio de don Juan de Goyeneche para explicar la obra, y a partir de ahí, todo se guioniza siguiendo el libreto de Zorrilla, de forma escrupulosamente fiel.
Aquí está don Juan Tenorio, para quién quiera algo de él
Don Juan Tenorio fue escrita por José Zorrilla en 1844, basada en el arquetípico personaje literario Don Juan, creado por Tirso de Molina en 1630 en su obra El burlador de Sevilla y que ha sido tratado después en numerosas ocasiones en la literatura universal. Es una obra de actitud moralizante, quizás la más representada en el teatro español, que rompe la estructura clásica de tres actos, estructurándose en solo dos:
El primero, se centra en el aspecto mundano de la vida, con sus aventuras amorosas y lances de capa y espada. Hay una imperiosa urgencia de conseguir todo lo que se propone.
El segundo, se sitúa en el mundo sobrenatural y religioso, el tono ya es más relajante y sosegado, los años han conferido madurez al personaje.
En la primera parte, vemos a un Juan Tenorio bravío, presuntuoso y vividor; para muestra, los versos que recita en la hostería del laurel, en la que da cuenta a su amigo Luis Mejía de todas las vilezas y maldades cometidas en el año transcurrido desde que apostaron quién era capaz de más infamias:
Por donde quiera que fui,
la razón atropellé,
la virtud escarnecí,
a la justicia burlé,
y a las mujeres vendí.
Yo a las cabañas bajé,
a los palacios subí,
yo los claustros escalé,
y en todas partes dejé
memoria amarga de mí.
En la segunda parte, la obra cambia por completo. El personaje también. Ya no es un botarate calavera, es un hombre enamorado y arrepentido, que lo ha perdido todo, pero aún está a tiempo de arrepentirse para no caer en el infierno para toda la eternidad. Se enfrentará a sus fantasmas del pasado, y el amor de doña Inés conseguirá su arrepentimiento póstumo:
Que el amor salvó a don Juan
al pie de la sepultura
Siempre vive con grandeza, quien hecho a grandeza está
Don Juan Tenorio en Nuevo Baztán enamora, don Juan Tenorio convence. Es teatro con mayúsculas. Tres grandes obras de la literatura tenemos en España, el Quijote, la Celestina y don Juan Tenorio. Y si pensamos en este don Juan, no imaginamos los versos escritos, solo imaginamos su teatralidad, solo somos capaces de verlo en un escenario.
Es teatro con mayúsculas, es poesía, es verso. Es retorcer y estrujar las palabras de tal modo, que parezcan que no puedan haber sido dichas de otra manera que de las que se ha escrito. Pura música y delicia para el oído, es un paseo evocador por esa Sevilla del Siglo de Oro, esas costumbres y ese amor dramático que todos sabemos que no puede acabar bien.
Además, Zorrilla juega con los tiempos. Hay toda una matemática en la obra, sobre todo en la primera parte. Primero están las sumas de las maldades y vilezas realizadas, el plazo para acometerlas; la hora para exponerlas; después, don Juan expresa el tiempo que necesita para seducir:
Uno, para enamorarlas,
Otro, para conseguirlas,
Otro, para abandonarlas,
Dos, para sustituirlas
y una hora para olvidarlas.
También tenemos los tiempos de la apuesta extrema, una noche, que es en la que suceden los hechos de la primera parte, y las horas en las que va a seducir a las dos pobres incautas. Todo este batiburrillo de horas transmite inquietud, nerviosismo, empatía. Nos mete prisa, angustia, urgencia.
En la segunda parte, sin embargo, nos metemos en lo espiritual y lo divino, transcurre en la noche de difuntos y por eso, quizás, es por lo que se representa siempre en esa fecha.
No es verdad, ángel de amor…
No es fácil, no, enfrentarse a un texto clásico, representado durante siglos por toda la geografía nacional, leído y releído por todos los amantes de la literatura, especialmente del romanticismo. Pocos son los que no lo han visto alguna vez o leído sus bellos versos.
El elenco, casi una treintena de personas entre actores, bailarines, técnicos de luces y sonido, vestuario, etc., está compuesto íntegramente por aficionados que, además, tuvieron poquísimo tiempo para preparar la obra, apenas mes y medio.
Se han enfrentado con valentía y gran decoro a esta obra maestra, ayudado por una puesta en escena sencillamente impecable, bellísima, enmarcada en unos escenarios reales que parecían haber sido creados a propósito para la obra. Debo confesar que asistí a la representación sin conocer que todos eran amateur, y aún así me sorprendió la extraordinaria profesionalidad de la obra, dirigida por Ana Belén Mota Truncer.
No faltaba de nada, una hostería del Laurel a rebosar de gente, situada en el centro de la plaza de fiestas; el convento de doña Inés enclavado en los soportales de la plaza de artesanos, con coro de monjas portando velas incluido; el palacio de doña Ana, en el palacio del fundador del pueblo, Juan de Goyeneche; la casa de don Juan, en la plaza del mercado; y, por último, el cementerio, en la plaza de la iglesia.
Tampoco faltó la música, a cargo de la Coral Municipal del pueblo de Villar del Olmo, que en una noche fría y destemplada, aportó el calor y el color entrañable de sus voces.
Es verdad que os envidio, venturosa doña Inés
Dirigido por la profesora Ana Belén Mota Truncer, directora de la escuela Edae Pasiones, de amplia experiencia teatral y docente, y organizado por el propio ayuntamiento de Nuevo Baztán, este Don Juan Tenorio en Nuevo Baztán de Zorrilla ha sido interpretado y escenificado por actores y técnicos aficionados, en un brillante espectáculo teatral completamente sorprendente.
David Expósito, es el joven que encarna al rompecorazones de don Juan con naturalidad y desparpajo, consiguiendo que el público empatice con él, a pesar de ser un personaje odioso, malvado y villano, pero él lo convierte en un simpático bellaco que roba el corazón en cuanto comienza a hablar.
Su antagonista, don Luis, corre a cargo de Luis Miguel Téllez, que interpreta a un caballero que ya ha corrido lo suyo por la vida, aportando gran prestancia al personaje y consiguiendo meterse, a su vez, al público en el bolsillo.
Doña Inés está interpretada por Llanos Gutiérrez, con una dulzura e inocencia que para mí serán difíciles de olvidar. Su voz, templada y dulce, ponía el contrapunto de inocencia a la maldad y vileza de los personajes que la rodeaban.
La dueña de la hostería del Laurel, Butarelli, es Pilar Portillo, natural y contundente, como debía ser la dueña de una hostería de esa época, acostumbrada a tratar con gente de toda condición.
Manoli Fernández es Brígida, esa alcahueta que le facilita a don Juan sus propósitos, sin la cual nada hubiera podido suceder, tremendamente real y muy creíble, ponía un toque de humor y picaresca en la obra.
Don Gonzalo está interpretado por Juan Carlos Fernández, muy metido en su papel de padre ultrajado.
Y por último, Carlos Román interpreta regiamente a el escultor, y el don Juan mayor, que vuelve de la muerte, lo interpreta Luis Miján con un porte y una prestancia que ponen un brillante broche final a la obra.
Conclusión
Este Don Juan Tenorio en Nuevo Baztán interpretado en el precioso casco histórico de Nuevo Baztán, uno de los 108 pueblos más bonitos de España, robó el corazón al numerosísimo público asistente, pese a las frías temperaturas y las dos horas largas de duración de la obra, que pasaron en un suspiro.
Una obra de teatro con mayúscula, siguiendo la más pura costumbre de representar esa obra que conjunta el amor y la muerte en la noche de difuntos, y que ha cautivado por igual a adultos y niños, jóvenes y adolescentes, de los cuales, muchos de ellos se enfrentaban por primera vez a un clásico de la literatura española y un arquetipo de la literatura universal.
Representada con total naturalidad y credibilidad por actores amateurs, con una excelente organización, además, resultó ser un espectáculo grandioso, inmersivo y sensorial, en el que no solo fueron protagonistas los actores, también los bailarines, la maravillosa coral, la luminotecnia, los decorados y el entorno barroco. Una importante apuesta por acercar la Cultura a todos los ciudadanos que ojalá se instaure y el año que viene podamos disfrutar de nuevo de este don Juan Tenorio.
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