Finales del siglo XIX, lo que empieza siendo una expedición británica a una isla remota Malasiana termina convirtiendo al oficial al mando, Sir James Brooke, en rajah del reino de Sarawak. El rey del fin del mundo (Edge of the World), biopic dirigido por Michael Haussman nos presenta a este personaje, cuya historia ha estado muy presente en la historia del cine. Inspirando a obras como “El hombre que pudo reinar” y “Apocalypse Now”. Estreno en salas de cine españolas el 27 de agosto de 2021. Puedes leer AQUí otra crítica realizada por Cinemagavia de esta película.
Crítica de 'El rey del fin del mundo'
Resumen
Ficha Técnica
Título: El rey del fin del mundo
Título original: Edge of the World
Reparto:
Jonathan Rhys Meyers (Sir James Brooke)
Dominic Monaghan (Arthur Crookshank)
Ralph Ineson (Sir Edward Beech)
Hannah New (Elizabeth Crookshank)
Josie Ho (Madame Lim)
Bront Palarae (Pengiran Indera Mahkota)
Atiqah Hasiholan (Princesa Fatima)
Wan Hanafi (Sultán de Brunei)
Kahar Jimi (Datuk Patinggi Ali)
Shaheizy Sam (Subu)
Año: 2021
Duración: 104 min.
País: Estados Unidos
Director: Michael Haussman
Guion: Rob Allyn
Fotografía: Jaime Feliu-Torres
Música: Will Bates
Género: Aventuras. Drama
Distribuidor: Alfa Pictures
Tráiler de 'El rey del fin del mundo'
Sinopsis
A mediados del siglo XIX, el gobierno británico comisiona al oficial Sir James Brooke para que termine con los piratas que asolan las costas de Malasia. Pero Brooke va más allá y una vez llega a su destino conseguirá no tan solo exterminar a los piratas sino que se convertirá en el rajah del Reino de Sarawak.
Atesora tal poder que el gobierno británico empieza a temerle: ¿han creado un poderoso enemigo? La historia real que ha inspirado obras como Apocalypse Now o El hombre que pudo reinar. (Alfa Pictures)
Personaje salvaje en una ambientación selvática
En El rey del fin del mundo (Edge of the World) tenemos a un salvaje James Brooke, interpretado por Jonathan Rhys Meyers quien tiene una actuación que se va mimetizando cada vez más con el entorno selvático y hostil que le rodea.
El personaje llega a la isla -tal y como él mismo narra- tratando de huir de él mismo, tratando de dejar atrás una vida británica con la que no se sentía cómodo. No sólo había fracasado en su carrera militar, también en la personal, y en el amor; por lo tanto, su asentamiento en aquella isla le brindaba una oportunidad para empezar de cero, para dejar atrás su pasado comenzando una nueva vida, empezando a ser alguien nuevo.
Y justo es lo que parece que ese personaje necesita. Una vez que es nombrado rajah empieza a vivir en armonía con el entorno que le rodea, aunque conlleve sacrificar su pasado y sus relaciones británicas, como la que tenía con otro de los personajes principales, su primo Arthur (Dominic Monaghan). Pero eso es lo que buscaba en parte este personaje. No le supuso mayor esfuerzo desvincularse de su pasado británico.
Detonante de su lado más radical
Sin embargo, en el momento que los piratas vuelven a atacar su asentamiento, esta nueva vida del personaje termina -literalmente- en llamas. Lo que le lleva a un comportamiento radical y completamente salvaje. Deja atrás por completo su lado británico, con esto terminaría su arco de transformación.
El personaje pasa de ser una persona en búsqueda de “un nuevo yo”, a un personaje consciente de que ha perdido absolutamente todo en la vida. Y lo que ahora le queda, es la libertad, la libertad de poder ser quién quiera desde ese momento, fuera de la corona británica y fuera de otras amenazas que interfieran en su gobierno.
A priori tenemos un personaje con un potencial desenfrenado, un personaje central capaz de llevar la película él solo. Sin embargo, tanto potencial en ciertas ocasiones, termina siendo demasiado y casi inabarcable. Esto lleva al personaje a protagonizar acciones sin sentido y que no siguen un hilo dentro de este arco de transformación.
Etnocentrismo, esta vez desde la cultura minoritaria
Tal y como comentábamos en el apartado anterior, la ambientación perfectamente recreada en esta película tiene un gran peso; pero no sólo como reflejo del cambio del protagonista, sino como hogar de una cultura remota y nativa que trata de sobrevivir frente al gran peso británico de la zona.
La perspectiva de El rey del fin del mundo invita a ver esta cultura minoritaria desde un punto de vista etnocentrista, rechazando todo lo británico.
Se forman dos boques que aunque no lleguen a formar un conflicto, si que presentan cierta tensión entre ambos. Sometiendo a Brooke a civilizar o “ser civilizado” por esa cultura nativa.
De manera, que aquellos personajes británicos que se terminan “enamorando” de esta cultura, -principalmente Brooke- tratan de dejar atrás sus costumbres británicas y adquirir las de este nuevo lugar. Aunque muestren ese rechazo a aquellas más radicales, como la caza de cabezas o esclavismo.
Aspectos que Brooke trata de erradicar bajo la nueva política que comienza a ejercer en la zona.
La nueva política de Brooke
Una vez que Brooke llega al poder, comienza con un mandato en el que deja atrás cualquier costumbre radical y trata a todos por igual -incluso a los animales-. Una vez más, vemos una conducta influenciada y buscando la armonía con el entorno.
Sin embargo, a medida que queremos indagar más en la figura real de Brooke vemos que esta conducta no es del todo cierta a cómo nos la presenta en la película.
De hecho, realmente no llega al poder de la manera que se nos muestra en El rey del fin del mundo.
Este aspecto no solo se manifiesta en la investigación que cada uno quiera realizar sobre la figura del personaje, también en la propia trama central y desarrollo de la película. Por lo tanto, paulatinamente, todo va perdiendo esa credibilidad y verosimilitud con la que empezó, quedando como resultado una película más de aventuras ficticia disfrazada en un biopic. Y, por ende, vas perdiendo interés.
Conclusión de 'El rey del fin del mundo'
Lo que más destaca de El rey del fin del mundo (Edge of the World) es la recreación de la ambientación y el potencial del personaje. Sin embargo, no termina de indagar ni de pulir la historia del mismo, todo termina quedando a medias. Utiliza recursos que no aportan nada al transcurso de la trama, como una voz en off que no casa con la situación actual del personaje o múltiples escenas de cabezas cortadas que incluso provoca rechazo e incomodidad visual.
Reportaje de El rey del fin del mundo (Edge of the World) en Días de Cine TVE
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