71 minutos de anuncios que sí querrás ver hasta el final. El ganador del Oso de Oro Radu Jude (No esperes demasiado del fin del mundo), uno de los autores más inquietos del cine europeo, presenta otra alocada propuesta: Eight Postcards from Utopia. Se trata de un collage documental que rescata centenares de anuncios de la Rumanía postsoviética, en su primer y caótico encuentro con el capitalismo. Seleccionada en la sección Tiempos de Guerra del Atlántida Mallorca Film Fest 2025 (del 27 de julio al 27 de agosto en Filmin). Puedes leer aquí otra crítica realizada por Cinemagavia de este documental.
Crítica de 'Eight Postcards from Utopia'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Eight Postcards from Utopia
Título original: Opt ilustrate din lumea ideală
Reparto:
Gheorghe Hagi
Sandu Mihai Gruia
Alexandru Bindea
Magda Catone
Adrian Mutu
Nadia Comaneci
Mircea Badea
Stefan Banica Jr.
Catalin Botezatu
Bianca Brad
Año: 2024
Duración: 71 min.
País: Rumanía
Director: Christian Ferencz-Flatz, Radu Jude
Guion: Christian Ferencz-Flatz, Radu Jude
Fotografía:
Música:
Género: Documental. Política
Distribuidor:
Tráiler de 'Eight Postcards From Utopia'
Sinopsis
Un collage documental que rescata centenares de anuncios de la Rumanía postsoviética, en su primer y caótico encuentro con el capitalismo. Al reunir estos documentos del largo periodo de transición rumano, se consigue hablar de la vida, el amor y la muerte, del cuerpo y la fragilidad humana, de la naturaleza y lo sobrenatural, de la historia reciente y, por supuesto, del socialismo y el capitalismo.
Dónde se puede ver la película en streaming
El pasado se anuncia
Aunque no hay una trama en el sentido convencional, Eight Postcards from Utopia construye un relato implícito, el de una sociedad que transita desde el colectivismo socialista hacia la promesa del capitalismo, retratada a través de la estética de la publicidad. Cada postal, o fragmento temático, aborda asuntos tan variados como el cuerpo, el amor, la naturaleza, el consumo, la muerte o la política, pero siempre vistos desde ese prisma de marketing, tan revelador como desconcertante.
La elección de los anuncios no es aleatoria, muestran la ingenuidad, la ambición, el absurdo y la contradicción de una época que creía estar mirando hacia el futuro mientras cargaba aún el peso de su historia reciente. Lo fascinante es cómo el montaje logra que lo superficial se convierta en algo casi metafísico, una reflexión sobre el alma misma de un país en reconstrucción.
Simulacro histórico
Radu Jude ya nos tenía acostumbrados a sus exploraciones incómodas sobre la historia, pero aquí va un paso más allá al renunciar casi completamente al relato tradicional, junto a Ferencz-Flatz. Construye un dispositivo en el que el montaje es el verdadero autor, la mirada que organiza y yuxtapone estas imágenes encontradas se convierte en un discurso crítico por derecho propio.
La dirección no editorializa de forma explícita, pero sí señala con claridad, el ritmo, los cortes, las repeticiones, la forma de agrupar las imágenes funcionan como una tesis audiovisual. Se trata de un trabajo de gran inteligencia formal, aunque no exento de riesgos. El espectador poco habituado a este tipo de cine puede sentirse desorientado, incluso frustrado, pero esa incomodidad también forma parte del propósito de Eight Postcards from Utopia.
El pueblo como actor involuntario
No hay actores profesionales, pero sí una galería inabarcable de rostros, cuerpos y voces que pueblan los anuncios y vídeos institucionales utilizados. Lo interesante es que esas personas, grabadas hace décadas para vender productos, ideales o comportamientos, hoy actúan como testigos silenciosos de un tiempo que ya no existe, sus sonrisas forzadas, sus poses exageradas, sus frases mecánicas revelan más de lo que pretenden.
Cada gesto cotidiano adquiere una dimensión casi política en este nuevo contexto, Eight Postcards from Utopia convierte a los protagonistas involuntarios de esa transición económica y cultural en emblemas de una época, sin necesidad de subrayarlo.
El poder del montaje
Técnicamente, Eight Postcards from Utopia es un ejemplo de cómo se puede generar una estética poderosa sin filmar un solo plano nuevo. El trabajo de montaje es minucioso, con un ritmo que evita el tedio pese a lo repetitivo del material de origen. Las texturas analógicas, los colores chillones y la música de época se combinan para producir una experiencia casi sensorial.
Conclusión de 'Eight Postcards from Utopia'
Eight Postcards from Utopia es una propuesta singular, exigente, y a ratos incómoda, pero también valiente y necesaria. En lugar de contarnos qué fue de Rumanía tras el comunismo, nos obliga a mirar, sin filtros ni mediaciones, lo que esa transición dejó en la superficie, anuncios que vendían no solo productos, sino también una visión del mundo, una utopía de consumo que reemplazó a la utopía ideológica anterior.
Es una pieza de reflexión, casi un ensayo visual que juega con el tiempo, la memoria y la ironía. Puede resultar árido en algunos tramos, pero también logra momentos de auténtica lucidez, donde lo que parecía banal se revela como profundamente significativo.
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