El amante de Lady Chatterley es una nueva adaptación de la novela de D.H.Lawrence, dirigida por Laure de Clermont-Tonnerre ("The Act"). Un drama romántico protagonizado por una joven burguesa que comienza una aventura amorosa con el guarda de su marido inválido. La película está protagonizada por Emma Corrin ("The Crown", "My Policeman") y Jack O´Connell ("Money Monster" ,"Little Fish"). El amante de Lady Chatterley puede verse desde el 2 de diciembre de 2022 en Netflix.
Crítica de 'El amante de Lady Chatterley'
Resumen
Ficha Técnica
Título: El amante de Lady Chatterley
Título original: Lady Chatterley's Lover
Reparto:
Emma Corrin (Connie Reid)
Jack O´Connell (Oliver Mellors)
Matthew Duckett (Clifford Chatterley)
Joely Richardson (Mrs. Bolton)
Año: 2022
Duración: 103 min
País: Reino Unido
Director: Laure de Clermont-Tonnerre
Guion: David Magee. Novela: D.H.Lawrence
Fotografía: Benoit Delhomme
Música: Isabella Summers
Género: Drama. Romance
Distribuidor: Netflix
Tráiler de 'El amante de Lady Chatterley'
Dónde se puede comprar la película
- Lawrence, D. H. (Autor)
Sinopsis
Al casarse con sir Clifford Chatterley, Connie adopta el título de lady Chatterley, aparente garantía de una vida de opulencia y privilegios. Sin embargo, cuando Clifford vuelve de la Primera Guerra Mundial postrado en una silla de ruedas, poco a poco esa unión idílica se va tornando en una cárcel. Hasta que Connie conoce a Oliver Mellors, el guardabosques de la finca familiar, del que se enamora, y sus encuentros la llevan a un despertar sensual y sexual. Pero su aventura se convierte en objeto de cotilleo y Connie se enfrenta a una decisión que puede cambiar su vida: seguir lo que le dicta el corazón o volver con su esposo y acatar lo que la sociedad eduardiana espera de ella. (Netflix España)
Dónde se puede ver la película en streaming
Reviviendo clásicos
El amante de Lady Chatterley supone una nueva adaptación de la novela erótica de D.H.Lawrence. Situada en los años 20, la historia primero nos presenta a Connie (Emma Corrin) y al baronet Clifford (Matthew Duckett). Una pareja, en teoría perfecta, que contrae matrimonio sin ni siquiera imaginar el oscuro futuro que les espera. Ya que al regreso de la guerra, el grácil Clifford regresa paralítico y absolutamente dependiente de su joven esposa.
Una situación que empeora al decidir Clifford irse a vivir al campo, a una de sus inmensas propiedades. Lugar en el que la joven y tierna Connie pasa sus días sin arrebato alguno. Cada vez más alejada de su marido y con más pesar por verse anulados sus legítimos deseos. Siempre cargando, literal y figuradamente, con el peso de la incapacidad de su marido. Convirtiéndose de esta forma la riqueza y buena posición de ambos, en una cárcel que le hace enfermar. Hasta que aparece la figura de Oliver (Jack O’Connell).
En la fuerza, en la libertad y en el éxtasis
Presencia que inmediatamente le sirve a El amante de Lady Chatterley para dar un giro y centrar su lente en el deseo como instrumento liberador. Un deseo que mueve el relato, pero que va más allá de lo puramente físico. Porque la figura de este aparentemente rudo y sombrío guardabosques esconde mucho más. Convirtiéndose para Connie en un arma poderosa contra el padecimiento. En un confidente y en una alma amiga con la que, por ejemplo, compartir su afición por James Joyce.
Además de una forma de dejar atrás una visión arcaica de las relaciones, en la que sigue anclado Clifford. Con el telón de fondo de la explotación minera y el clasismo recalcitrante. Demostrando ser Connie una mujer moderna que quiere subirse al tren de los nuevos tiempos. Estando ansiosa por experimentar y por dejar de lado ese lado casi religioso del amor. En el que la mujer confiaba en su matrimonio sin atreverse ni tan solo a imaginar un futuro distinto. Condenándose a no experimentar nunca la plenitud, si el marido no la alcanzaba.
Un planteamiento novedoso que El amante de Lady Chatterley lleva a su máxima expresión mediante una idealización de la naturaleza. Con la cabaña de Oliver como lugar de libertad y arrebatamiento. Espacio de creación de vida y de paz, frente a los fríos modales de la alta sociedad que representa el marido. Un lugar salvaje, de amplias praderas y lugares recónditos en los que simplemente ser.
Emma Corrin o la reencarnación de Lady Chatterley
Una apuesta arriesgada para la que El amante de Lady Chatterley encuentra premio gracias al trabajo de su pareja. Muy especialmente cabe destacar la brillantez de Emma Corrin, podría decirse eso de nacida para el papel. Resulta complicado poner una pega a su interpretación, con su rostro curioso, vulnerable y muchas veces melancólico. Imprime vida y transmite el despertar a la emoción de Connie a la perfección. Siendo hipnótica la pareja que hace con Jack O´Connell. Ambos parecen bailarines de una coreografía de alto nivel.
Y junto a ellos, merece la pena comentar una fotografía que parece dotar a cada secuencia de una especie de ensoñación. Con una luz blanca muy poderosa y unos brumosos planos, casi pictóricos, que en ocasiones carecen de profundidad de foco. Siempre sutiles y muy armoniosos con el estilo de la película. Capaz de hacerte casi respirar la pasión y el deseo de los personajes.
Conclusión 'El amante de Lady Chatterley'
En definitiva, El amante de Lady Chatterley supone una acertada adaptación de la novela erótica de D.H.Lawrence. Protagonizada por una joven, casada con un adinerado inválido, que comienza una aventura con el guarda de su marido. La pareja de amantes a la que les dan vida Emma Corrin y Jack O´Connell, consiguen una química arrebatadora. Siendo especialmente destacable la capacidad de Corrin para insuflar a su personaje ese hambre de vida.
Y es que al fin y al cabo la película resplandece en su acertada reflexión sobre el deseo como arma liberadora. Un deseo que va mucho más allá de lo carnal y que está aquí fundido con la naturaleza. Un elemento natural que es fuente de vida y avance, frente a una tradicional sociedad que palidece.
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