Teatro Arriaga acoge dos obras de gran interés este 16 y 17 de mayo: El amor brujo y Tan solo el fin del mundo, respectivamente. En primer lugar, El amor brujo será interpretado por el Euskal Barrokensemble con instrumentos antiguos y percusiones persas. Además, estará acompañado de la cantaora Teresa Hernández. Se podrá disfrutar el 16 de mayo a las 19:30 horas. La segunda propuesta es una versión de la obra homónima de Jean-Luc Lagarce, dirigida, en esta ocasión, por Israel Elejalde. Con un elenco de lujo formado por Irene Arcos, Yune Nogueiras, Raúl Prieto, María Pujalte, Eneko Sagardoy y Gilbert Jackson, estará en cartel del 17 al 19 de mayo.
'El amor brujo' en el Teatro Arriaga
El público del Teatro Arriaga está a punto de vivir la magia del gran clásico de Manuel de Falla, El amor brujo, desde una perspectiva musical inusual. Euskal Barrokensemble, liderado por Enrike Solinís, propone un acercamiento a esta obra universal a través de instrumentos antiguos y percusiones persas. Además, en la actuación que ofrecerán el próximo jueves, 16 de mayo, contarán con el apoyo de la estupenda cantaora Teresa Hernández.
La interpretación de la música de Falla por un ensamble barroco resulta sorprendente a priori; aunque si tenemos en cuenta los fines estéticos del propio Falla, la apuesta cobra sentido. Escuchar el sonido de la lyra, el lavta o las percusiones persas conjuga muy bien con lo que Falla trató de reflejar en varios pasajes de la obra, resaltando el mensaje de exotismo al que el autor trató de aludir en su partitura original.
Manuel de Falla compuso El amor brujo inspirándose en leyendas y viejos aires gitanos que Pastora Imperio coleccionaba junto a su madre, recreando de manera inigualable la esencia de la música andaluza a través de sus diferentes palos: seguiriyas, soleares, polos, martinetes o zambras... e incorporando el espíritu de los mismos a su lenguaje compositivo. Para compartir la admiración que tenía Falla por el cante andaluz, o el entonces emergente cante flamenco, la propuesta de Euskal Barrokensemble cuenta con el plus añadido de incluir a una cantaora, Teresa Hernández, en la versión que propone. Ella susurra o desgarra su voz, según lo que demanda la música, recreando de manera inigualable la idea primigenia del autor.
Las entradas están de 11 a 21 euros. A la venta en www.teatroarriaga.eus o en las taquillas del teatro en horario de venta anticipada.
'Tan solo el fin del mundo', dirigida por Israel Elejalde
El Teatro Arriaga, tras representar el jueves El amor brujo, acoge de viernes a domingo tres funciones de Tan solo el fin del mundo, la adaptación teatral de una de las grandes cumbres de la literatura francesa de las últimas décadas, escrita por Jean-Luc Lagarce en 1990.
El montaje teatral dirigido por Israel Elejalde recala en el Teatro Arriaga con un elenco de primer nivel formado por Irene Arcos, Yune Nogueiras, Raúl Prieto, María Pujalte, Eneko Sagardoy y Gilbert Jackson. Raúl Prieto se alzó en la gala de los premios Talía, de la Academia de las Artes Escénicas de España, con el galardón al mejor actor de reparto por su papel en esta obra.
No es autoficción
Tan solo el fin del mundo es una obra muy especial, muy marcada por las propias vivencias de su autor. Jean-Luc Lagarce la escribió en Berlín en 1990, poco después de saber que había contraído el VIH. Por aquel entonces, este virus era no solo el causante de una enfermedad con unos índices de mortalidad muy elevados sino también un estigma que te dejaba marcado. Así, el elemento autoficcional está presente desde el comienzo de la obra. Louis, su protagonista, dice tener la misma edad que Lagarce, 34 años, y reconoce tener la muerte cerca, en un año exactamente.
Sin embargo, no es una obra de autoficción. Ni siquiera es una obra sobre la muerte o, desde luego, no solo sobre la muerte. El elemento central es la familia. Ese ámbito que nos vertebra o por confirmación o por rechazo. Louis ha huido de esa familia durante años. Los ha abandonado. Escapa de allí para construir una vida nueva a espaldas de la familia en la que creció. Y cuando recibe la noticia de su muerte decide volver como el hijo pródigo para, dice él, comunicar su muerte. Buscando no se sabe muy bien qué: ¿el cierre de un ciclo?, ¿el perdón por su ausencia?, ¿el calor de aquellos a los que ha renunciado pero que le seguirán siendo fieles en estos últimos pasos de su vida?, ¿el reencuentro con ese paraíso perdido que es la infancia?
Un viaje
Louis no conseguirá comunicar la noticia, pero le dará la oportunidad a ellos -su madre, sus hermanos y su cuñada- de mostrarle lo que ha significado su ausencia y el dolor que les ha provocado. Finalmente, lejos de ser un viaje de recogimiento y afecto parece más bien un ejercicio de inmolación. Como si entregándose a las incertidumbres y demandas de su familia consiguiera poder ir más libre hacia el último viaje. Un viaje despojado de responsabilidades.
O quizás, como parece ser en algunos momentos, todo esto ya ha pasado y sea un viaje retrospectivo o solo un producto de la imaginación o el deseo de Louis, porque esta es otra de las características del texto, su ambigüedad temporal y estilística. Por momentos la obra se mira a sí misma, se hace autoconsciente de que hay público y de que se está representando. Los personajes hablan con alguien más que no está en el escenario. Los tiempos presente y pasado a veces se confunden. Son solo momentos, pero que atraviesan la pieza de manera muy especial.
La peculiaridad del lenguaje
Por último, cabe destacar el lenguaje que utiliza Lagarce. La manera de hablar de los personajes es un tema en sí mismo. Hay una reflexión sobre el lenguaje, sobre la incapacidad de poder alcanzar con el lenguaje el alma humana. Sobre su fracaso como acto de comunicación de la vida interior, pero al mismo tiempo como nuestra única herramienta para poder alcanzarla conformando así una terrible paradoja. Sus personajes se esfuerzan por ser precisos, por utilizar las palabras exactas, por hablar para intentar acallar el dolor de la incertidumbre y de la soledad.
Con todos estos elementos, Lagarce construye una obra emocionante y enigmática que retrata la zozobra de vivir y de saber que tarde o temprano nuestras vidas, como las obras de teatro, tienen un fin.
Texto: Jean-Luc Lagarce
Dirección: Israel Elejalde
Intérpretes: Irene Arcos, Yune Nogueiras, Raúl Prieto, María Pujalte, Eneko Sagardoy, Gilbert Jackson
Diseño de escenografía: Monica Boromello
Iluminación: Paloma Parra
Diseño de sonido: Sandra Vicente
Vestuario: Sandra Espinosa
Composición musical: Alberto Torres
Diseño vídeo: Pedro Chamizo
Ayudante de dirección: Toni García
Traducción texto: Coto Adánez
Producción ejecutiva: Pablo Ramos Escola
Dirección de producción: Aitor Tejada y Jordi Buxó
Distribución: Caterina Muñoz Luceño
Una coproducción de: Teatro Español y Teatro Kamikaze
Las entradas están de 13 a 25 euros (con descuentos). A la venta en www.teatroarriaga.eus o en las taquillas del teatro en horario de venta anticipada.
No te pierdas El amor brujo y Tan solo el fin del mundo en el Teatro Arriaga, desde el 16 y 17 de mayo, respectivamente.
FUENTE DPTO. DE COMUNICACIÓN DE TEATRO ARRIAGA
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