Vanessa Filho lleva a la gran pantalla El consentimiento, basado en el testimonio del libro de título homónimo. En este, la autora francesa Vanessa Springora —quien también colabora en el guion— reveló los abusos sexuales y mentales que sufrió en su temprana adolescencia a manos del escritor Gabriel Matzneff. La película tiene como fecha de estreno en salas el 19 de abril de 2024.



El consentimiento película

Crítica de 'El consentimiento'

Ficha Técnica

Título: El consentimiento
Título original: Le Consentement / Consent

Reparto:
Kim Higelin (Vanessa Springora)
Jean-Paul Rouve (Gabriel Matzneff)
Laetitia Casta (La madre de vanessa)
Félix Kysyl (Investigador de la Brigada de Menores)
Elodie Bouchez (Vanessa Springora (2013))
Anne Benoît (La profesora de francesa)
Lolita Chammah (La mejor amiga de la madre)
Anne Loiret (La profesora de latín)
Miglen Mirtchev (Emil Cioran)
Nicolas Bridet (Alexandre (dîner 2013))
Christophe Kourotchkine (Eric (cena en la brasserie))

Año: 2023
Duración: 119 min.
País: Francia
Director: Vanessa Filho
Guion: Vanessa Filho, Vanessa Springora. Libro: Vanessa Springora
Fotografía: Guillaume Schiffman
Música: Olivier Coursier, Audrey Ismael
Género: Drama
Distribuidor: VerCine

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El consentimiento (Narrativa)
  • Springora, Vanessa (Autor)

Sinopsis

París, 1985. Vanessa tiene trece años cuando conoce a Gabriel Matzneff. Un hombre muy inteligente y manipulador, el reconocido escritor de cincuenta años seduce a la joven. La adolescente se convierte en la amante y musa de un hombre celebrado por el mundo cultural y político. Perdiéndose en la relación, gradualmente comienza a darse cuenta de cuán destructiva y anormal es la situación, hasta que finalmente ve a Gabriel Matzneff como el depredador que realmente es. Vanessa ahora tiene un largo viaje para liberarse de su influencia y sanar de su sufrimiento… (VerCine)

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El qué sobre el cómo

La construcción de los personajes en El consentimiento es compleja. Vanessa (Kim Higelin) tiene unos 14 años. Su entorno familiar es inestable, viviendo con su madre alcohólica. Su grupo de amigas comienza a experimentar los cambios y las hormonas. De repente, todo lo que consideraba normal queda puesto en duda. Y es Gabriel (Jean-Paul Rouve) quien, en ese momento, hace goce de su poder e influencia para aprovecharse de la niña.

La actuación de Higelin está repleta de matices. Pero, en realidad, la de prácticamente todos los personajes lo está (la madre reticente pero consentidora, los medios de comunicación que justifican y critican a la vez, los compañeros de profesión que hacen la vista gorda...). La película se apoya en las interpretaciones, dándole más peso al fondo sobre la forma. De hecho, la obra peca en cierta manera de poseer una estética menos brillante que su discurso. Filho pisa sobre seguro y no arriesga ni con su puesta en escena ni con sus directrices técnicas.

En esta misma línea, es complicado no juzgar con la ceja levantada, inquisitivamente, cualquier escena sexual explícita entre una menor y un hombre adulto. La directora rehuye el tono lascivo para centrar todo en la construcción de la incomodidad. A través del paisaje sonoro y el enmarque constante del rostro de Higelin se denota una perversión oscura y aberrante. Solo los ojos más enfermos podrían hallar lugar para la duda en las escenas de la película.

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El derecho a la memoria

Gabriel, escritor de profesión, redacta continuamente sus pensamientos y reflexiones. En esta misma línea, Vanessa también tiene un diario. Si Matzneff pudo publicar sus experiencias autobiográficas como depredador sexual, pedófilo y abusador sin problema alguno, ¿por qué debería Springora resignarse y callarse? ¿Por qué no contarlo todo también?

«“if it isn’t a love story, then what is it?” I look to her glassy eyes, her face of wide open empathy. “It’s my life,” I say. “This has been my whole life.”» escribe Kate Elizabeth Russell en su libro My Dark Vanessa. De esta manera, expone una situación muy recurrente en víctimas de abusos sexuales. No es solo que no vean la violencia, sino que no pueden permitirse verla. En el caso de la Vanessa de Russell, se niega a admitirse como víctima para intentar ahorrarse el dolor de saberse herida toda su vida.

La Vanessa de El consentimiento pasa por un proceso similar. Se da cuenta de las conductas violentas y sádicas de Gabriel, pero le cuesta conseguir admitirlas. Al fin y al cabo, él es la única estabilidad que conoce, hecho que el escritor explota a su conveniencia. Se aprovecha de la inocencia y el miedo de los niños y las niñas, y de todos los silencios cómplices.

La película expone sin reparo el comportamiento pederasta del escritor Gabriel Matzneff con Vanessa Springora, aunque también comenta la existencia de otros casos similares. Filho muestra su proceder como un patrón sistemático en el que busca aprovecharse de jóvenes deslumbradas por su capacidad artística y en posición de desventaja frente a su poderosa figura para robarles su infancia. Son multitud las escenas y comentarios incómodos, fuera de lugar, sexuales y manipuladores que le dedica a la adolescente. El giro que se desarrolla en su personaje, además, explica buena parte del miedo a perderlo todo de Vanessa. Siempre es ella la que sale perdiendo, la que es juzgada, la que es castigada. Las técnicas de persuasión, aislamiento y control emocional del adulto son mostradas progresivamente de una manera perversa y creíble.

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Conclusión de 'El consentimiento'

El consentimiento es una película incómoda donde la construcción del mensaje tiene mayor voluntad que el tratamiento de las imágenes. Pone en evidencia el fallido sistema de protección de menores así como la hipocresía y crueldad de los adultos tanto en casos particulares como en general.

El abuso es consentido de manera social, se permite e incluso se aplaude. Vanessa Filho nos apela directamente como espectadores, cuestionando nuestra permisividad ante estas atrocidades. No podemos poner una mueca de disgusto cuando vemos a Gabriel penetrar a una Vanessa de 14 años y comentar que "se siente como una niña pequeña" si después justificamos el turismo sexual con menores de nuestros autores españoles, las violaciones de nuestros directores de cine y los gritos de nuestras vecinas.

Reportaje de El consentimiento en Días de Cine TVE

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