El hombre de Toronto (The man from Toronto) es una comedia de acción, englobable en el subgénero de los buddy film, que sigue las desventuras de un sicario circunstancialmente asociado a un torpe y pacífico hombre. La película esta dirigida por Patrick Hughes (Los mercenarios 3, El otro guardaespaldas). En el reparto encontramos a Woody Harrelson (Bienvenidos a Zombieland, No es país para viejos), Kevin Hart (Jumanji: Bienvenidos a la jungla, Un espía y medio) y Kaley Cuoco (The big bang theory, The flight attendant). Se estrena en Netflix el 24 de junio de 2022.
Crítica de 'El hombre de Toronto'
Resumen
Ficha Técnica
Título: El hombre de Toronto
Título original: The Man from Toronto
Reparto:
Kevin Hart (Teddy)
Woody Harrelson
Kaley Cuoco (Anne)
Ellen Barkin
Lela Loren (Daniela Marin)
Pierson Fode (El hombre de Miami)
Jencarlos Canela (Agente Santoro)
Tomohisa Yamashita (El hombre de Tokio)
Jasmine Mathews (Lori)
Jason MacDonald (Coughlin)
Grisha Pasternak (Croupier)
Año: 2022
Duración: 110 min.
País: Estados Unidos
Director: Patrick Hughes
Guion: Robbie Fox, Chris Bremner. Historia: Robbie Fox, Jason Blumenthal
Fotografía: Rob Hardy
Música: Ramin Djawadi
Género: Comedia. Acción
Distribuidor: Netflix
Tráiler de 'El hombre de Toronto'
Sinopsis
Un desastrado asesor de ventas y el asesino más letal del mundo —conocido como el Hombre de Toronto— son víctimas de una confusión de identidad tras coincidir en una cabaña de alquiler. (Netflix)
Dónde se puede ver la película en streaming
Una pequeña confusión
El hombre de Toronto es una película absolutamente previsible. Basta con leer la sinopsis y el currículo del director, Patrick Hughes, para que grosso modo nos hagamos una idea atinada del argumento. Las películas de colegas, los buddy films, casi siempre están asociados a la acción o al género policial, e introducen una jugosa veta del sentido del humor. Algunos ejemplo ilustres son Límite: 48 horas (1982), la saga de Arma letal o El último Boys Scout (1991). No se puede decir que El hombre de Toronto aporte nada nuevo al género, porque de hecho es un amplio compendio de clichés, pero al menos parece que los participantes se mueven con cierta comodidad en estas coordenadas.
El argumento de El hombre de Toronto comienza con una confusión de un pobre hombre, torpe y metepatas llamado Teddy (Kevin Hart). Con motivo del cumpleaños de su novia reserva una cabaña en el campo para pasar un fin de semana romántico. Mientras su mujer se relaja en el spa, Teddy se dirige hacia la cabaña, pero como suele ser habitual en él se equivoca y acaba en otra ya ocupada. Solo que los ocupantes esperan a un visitante muy distinto: El hombre de Toronto, un mítico sicario cuya fama de crueldad e infalibilidad le precede. Como nadie conoce la identidad del asesino, todos piensan que se trata de Teddy.
La cosa se complica cuando aparece el auténtico hombre de Toronto (Woody Harrelson) y por diversos avatares tanto él como Teddy tendrán que colaborar juntos para salvar sus vidas. Es decir, tenemos un punto de partido lleno de enredo que será la simiente de un argumento consabido y predecible.
Esto lo hemos viso antes
Los poderes de El hombre de Toronto son esencialmente tres: el humor, la acción y la química entre los protagonistas. En los dos primeros apartados la película es normalita, moderadamente eficaz y algo ramplona. Sin embargo, los protagonistas son el punto fuerte de la película, aunque no ha de esperarse un lucimiento particularmente digno de mención. Diseccionando estos elementos por partes vemos que el humor se basa en los chistes y gracias que surgen entre dos personas absolutamente opuestas obligadas cooperar. Teddy es un cobardón, un tío apacible, de buen fondo y que no se calla ni debajo del agua. El Hombre de Toronto es taciturno, duro y brutal.
Todos estos rasgos están exagerados hasta la caricatura para que del contraste nazca el humor, pero no siempre funciona. Aun así, están sostenidos por una pareja resultona. Woody Harrelson tiene facilidad para los tipos duros un poco zumbados, como el Tallahassee de Bienvenidos a Zombieland, o su personaje de Siete Psicópatas (2012). De este modo, el papel no le va mal y al menos inyecta un poco de carisma. En el caso de Kevin Hart la cosa no es tan eficaz, y se pasa un poco en su faceta lenguaraz, pero como contrapeso a su partenaire da más o menos en el clavo.
El tono de la película, eso sí, por mucho que tenga un reparto resultón es pura reminiscencia. Todos los lugares comunes de los buddy films de acción están aquí. Los caracteres opuestos de los protagonistas, las réplicas pretendidamente chistosas, el intento de escenas de acción divertidas... Todo ello lo hemos visto antes muchas veces y, frecuentemente, presentado de mejor manera.
El acabado de El hombre de Toronto
El hombre de Toronto tiene aspectos técnicos tirando a baratos, como algunos cgi, que no aportan demasiado al conjunto. Al menos en este apartado tenemos la contrapartida de algunas escenas de acción bien hechas y francamente resultonas, particularmente la última de ellas, que trata de emular el tono de las películas de Kingsman. Patrick Hughes tiene cierto sentido del ritmo y la experiencia previa de haber dirigido El otro guardaespaldas (2017) y su secuela, películas con ingredientes parecidos a El hombre de Toronto. Aun así se muestra menos hábil en esta película respecto a trabajos a anteriores, que aunque efectivos no eran ninguna panacea.
Los secundarios son más bien prescindibles, y aunque en el reparto figure ligeramente destacada la presencia de Kaley Cuoco, su aparición es poco menos que anecdótica. Evidentemente todas las bazas ganadoras se fían a lo que den de sí Harrelson y Hart; fundamentados en clichés, pero al menos divertidos. Un poco más forzado es el lado edificante, casi ternurista, por el cual se nos muestra que no es tan fiero el león como lo pintan, y que hasta los sicarios tienen sentimientos, Cuando trata de sacar una lección de vida, el argumento de El hombre de Toronto muestra su cara menos atractiva.
Y es que en este tipo de películas se viene a jugar, a tratar de evadir al espectador, sin ofrecer muchas expectativas o ambiciones. Digamos que la parte "seria" se aparta de este principio y resulta demasiado forzada. Aun así el conjunto total acaba siendo divertido a poco que empleemos algo de complicidad con la propuesta. La ligereza, lo intrascendente, bien encaminado, son un atenuante de los calores veraniegos. Y aquí hay algo de eso.
Conclusiones de 'El hombre de Toronto'
El hombre de Toronto tiene recopilados en su argumento prácticamente todos los tópicos propios de una buddy movie imbuida de la comedia de acción. A falta de cualquier rastro de originalidad, todo queda fiado a la química y a la desenvoltura de la dupla Harrelson-Hart. Demasiadas pocas virtudes como para que el resultado final sea cinematográficamente sustancioso, pero la frescura del dúo protagonista hace que esta propuesta pueda encontrar un huequecito en nuestro ocio veraniego. Todo ello a cambio, eso sí, de entregarse en exclusiva al entretenimiento ligero, simpático e insustancial.
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