El pasado 19 de octubre se estrenó El lago de los cisnes en el Teatro Lope de Vega de Madrid, de mano del Ballet Nacional Ruso. Dirigidos por Sergey Radchenko, es uno de los clásicos más famosos de Tchaikovsky, siendo uno de los ballets más conocidos por el gran público por su impacto social. Este espectáculo de danza se podrá disfrutar hasta el 29 de noviembre, para continuar con su gira europea.
Título: El lago de los cisnes Título original: Лебединое Озеро
Solistas: Alexandre Kriukova
Maria Klyueva
Azamat Askarov
Nurlan Kinerbaev
Duración: 104 min. apróx. (con 15 minutos de descanso) Dirección: Sergei Radchenko Libreto: Vladimir Beghitchev y Vasili Geletzer Música: Piotr Tchaikovsky
Coreografía: Marius Petipa
Escenografía: Ballet Nacional Ruso
Bailarines: Ballet Nacional Ruso Producción: Goldberg Management
Tráiler de 'El lago de los cisnes'
Sinopsis de 'El lago de los cisnes'
El lago de los cisnes transcurre entre el amor y la magia, enlazando en sus cuadros la eterna lucha del bien y del mal. La protagonizan el príncipe Sigfrido, enamorado de Odette, joven convertida en cisne por el hechizo del malvado Von Rothbart y Odile el cisne negro e hija del brujo. (GOLDBERG MANAGEMENT).
Las alas se elevan
El Ballet Nacional Ruso revive una de las obras más recordadas por el gran público, como es El lago de los cisnes. Este espectáculo de ballet es una de las piezas más famosas, traspasando su influencia no sólo a la danza, sino también al cine, televisión y teatro. En esta versión se respeta la historia original, donde se cuenta la historia de Odette y su romance a fuego lento con el príncipe Sigifredo. A lo largo de toda la obra se va formulando esa esencia mágica, que lleva a los asistentes a una fábula musical cautivadora. Además, se sigue nutriendo de es esas figuras tan magnánimas, que impresionan al público, como son Rothbard, Odille, las intrigas palaciegas y el bufón de Palacio. Por tanto, la conjunción entre los distintos elementos que conforman el relato logran emocionar en varios momentos al público.
El cuerpo de baile del Ballet Nacional Ruso se comanda por Alexandre Kriukova, Maria Klyueva, Azamat Askarov y Nurlan Kinerbaev, siendo los principales bailarines de esta producción. En todo caso, se disfruta de una técnica impecable, donde escenifican a la perfección los distintos episodios que van desarrollándose en la obra, así como la propia ejecución de la coreografía. En el caso del solista masculino, se ve esa evolución romántica e ingenua. Mientras, la solista femenina elabora una excelente interpretación de la dualidad del cisne blanco y el cisne negro. Después, el plantel al completo realizan una labor exquisita, con una precisión cuidada al detalle y un uso del cuerpo elevado al siguiente nivel. También sería conveniente destacar que al igual que la propia obra, el cuerpo de baile brilla al máximo después del primer intermedio. Así, logra dejar extasiados a los asistentes ante tanta delicadeza y belleza.
El lenguaje del cuerpo
Una de las razones por las que El lago de los cisnes es una auténtica experiencia, es por el universo perceptible que propone. Gracias a ese lenguaje basado en la expresión del cuerpo, el movimiento y el método. También se valora ese cuidado íntimo entre el bailarín y la coreografía, que lleva al espectador a un sensación constante de arte en vivo. Asimismo, se realiza un uso de la escenografía minimalista, donde los artistas completan la escena. Por otro lado, la construcción de la puesta en escena goza de una neblina suave, combinada con unos tonos azulados que traen ese halo sugerente de misterio. Lo mismo sucede con el vestuario, que mantiene el estándar popularizado en torno a esta pieza de ballet. Una experiencia que logra cautivar a todo tipo de públicos, incluso a aquellos menos acostumbrados a este arte.
Por otra parte, el ritmo del espectáculo obtiene su máximo esplendor tras el intermedio, donde se plantea la emoción y tensión de la historia. En ese momento, se produce un remolino energético, que se plasma tanto en los bailarines como en lo que realizan sobre el escenario. No obstante, el mejor momento se produce en el último acto, dado que es donde la emoción se respira en el patio de butacas, manteniendo a los asistentes hipnotizados hasta el final de esta historia de amor. La fragilidad y la sensibilidad se unifican en una gran combinación estética y estructural. Para terminar, como pequeño detalle, este montaje podría brillar todavía más si tuviera en él una orquesta que pudiera interpretar la creación de Tchaikovsky en directo. Así, se cumpliría el colofón final para hacer de esta versión una auténtica joya, que ya es, a pesar de ser con música en digital.
Conclusión
El lago de los cisnes lleva al espectador a ese mundo mágico, con una energía y una ejecución llena de matices y elegancia. De esta manera, reviven una de las historias de amor más conocidas por el gran público, que culmina con un trabajo excelente del cuerpo de baile. Además, Alexandre Kriukova, Maria Klyueva, Azamat Askarov y Nurlan Kinerbaev lideran con una labor exquisita sobre las tablas. La dirección de baile y la maestría con la que llevan a cabo la coreografía es una delicia, brillando todavía más, en todo su esplendor, tras el primer intermedio. Asimismo, la construcción espacial y el uso de color transmite ese lugar de ensueño que identifica a la obra. Un clásico inolvidable, que demuestra que el canto de este cisne es un diamante universal y atemporal.