Años cuarenta, México. Jaime Salvador dirige El moderno Barba Azul. Hasta aquí todo normal, una comedia más como tantas se dirigían en aquella época. Pero al ver el reparto uno se queda a cuadros: Buster Keaton, como actor principal. ¿Que demonios hace el actor americano en una producción tal localista? La película se estrenó en México en el 1946, pero en Estados Unidos no llegó al mercado doméstico hasta el 1983, cuando se comercializó por parte de la distribuidora Cantharus Productions en VHS, con el nuevo título de Boom in the Moon y con una versión mutilada en metraje y con doblaje.
Crítica de El moderno Barba Azul
Resumen
Ficha técnica
Título: El moderno Barba Azul
Título original: Boom in the Moon
Reparto:
Buster Keaton
Ángel Garasa
Luis G. Barreiro
Guillermo Bravo Sosa
Pedro Elviro
Año: 1946
Duración: 83 min.
País: México
Director: Jaime Salvador
Guion: Jaime Salvador, Victor Trivas
Fotografía: Agustín Jiménez
Música: Leo Cardona, Georges Tzipine
Género: Ciencia Ficción. Comedia
Sinopsis de El moderno Barba Azul
El destino hace que Buster Keaton sea confundido con un sádico asesino de mujeres. Para escapar tendrá que hacer uso de un cohete espacial hacia la Luna.
El triste final de Buster Keaton
Todo cinéfilo que se precie sabe que los últimos días de Buster Keaton no fueron precisamente un camino de rosas. Después de la irrupción del cine mudo, el actor quedó en el olvido como tantas otras celebridades. Apenas apareció como personaje protagonistas en películas y sus actuaciones quedaban relegadas o bien a cortometrajes o bien a papeles cómicos en un segundo plano. Por no hablar de la enfermedad del alcoholismo que desarrolló ya en sus últimos años. En este decadente contexto sale una película tan extraña y bizarra como es El moderno Barba Azul.
Como si de un cementerio de estrellas se tratara, México acogió con los brazos abiertos a la antigua estrella Hollywoodiense y le dio un papel principal, de hecho, el único que tendría el actor en esa década. El problema es que la incomunicación queda patente en el filme. Viendo la película uno sabe que lo más gracioso seguramente fue el propio rodaje, que seguramente debió ser un caos absoluto.
Una trama de ciencia ficción
La película es una curiosa mezcla de géneros. Por una parte tenemos la que ocupa la mayor parte del metraje, como es la comedia. Pero también nos encontramos con una trama de ciencia ficción, que pueda resultar como mínimo sorprendente.
El personaje de Keaton es un soldado de la Segunda Guerra mundial que llega a México pensando que está en Japón. Viéndose vencido por superioridad numérica se entrega a las autoridades mexicanas, que lo toman por un asesino en serie (Barbazul) y en la cárcel se encontrará con un auténtico pillo, como es el personaje que interpreta Ángel Garasa. Sin embargo, un científico le propondrá a nuestros protagonistas la conmutación de la pena de muerte si realizan un viaje a la Luna.
Una película realizada en los años cuarenta pero con alma de los veinte
El problema principal de la película no es de Keaton. Ni tampoco de los actores que lo acompañan, quien por cierto, como coprotagonista principal, el actor mexicano Ángel Garasa está a un gran nivel. El problema es que directamente la película llega veinte años tarde, en todos los aspectos. Para empezar, las dificultades de comunicación entre Keaton y los actores restantes condicionan totalmente el filme. El personaje de Keaton, como es obvio no habla español y se dedica simplemente a recitar coletillas cómicas. De tal manera, que apenas existen diálogos inteligentes. Evidentemente la película brilla cuando se recurre a ese humor universal, el mudo, donde los actores principales demuestran estar a gran nivel y tener mucha química entre ellos.
Sin embargo, el concepto general del filme naufraga totalmente. Y además, la puesta en escena del director Jaime Salvador es mucho más que desafortunada. Apenas nos encontramos con planos estáticos que contrastan con el dinamismo de las mejores películas mudas de Buster Keaton. Y entre ellas y esta, hay más de veinte años de diferencia. Desastre absoluto detrás de las cámaras.
Una Oportunidad perdida
Y lo que podría haber sido una película interesante se convierte en un subproducto de explotación que únicamente cuenta con el papel del célebre actor norteamericano como aliciente. Y si por algo es recordada la película hoy en día es precisamente por esto y por nada más, porque si habláramos de guión, aspectos técnicos, diseño de producción etc...la película no se salvaría bajo ninguna circunstancia.
De hecho, hay que hacer un gran salto de fe para poder perdonar a la película ciertos aspectos totalmente incongruentes, como el hecho de que en mitad de la trama el personaje de Keaton empiece a entender las frases de manera mágica.
Conclusión
Quitando el exotismo mexicano, la película no es tan rareza como uno podría pensar. Sigue los modelos del cine mudo y tan célebre que hizo el actor Buster Keaton, pero solo como una mera sombra de lo que supuso. Solo recomendada para los amantes del actor cómico.
Primero:Angel Garasa y Jaime Salvador no son mexicanos sino españoles. La película es muy pobre de producción. El guión es tonto y Keaton hace lo que puede.
Por cierto Keaton cayó en el alcohol en los años treinta y lo había superado plenamente en los años cuarenta.