El show de Truman (The Truman Show), del realizador Peter Weir, es un drama con tintes de thriller que abarca la perspectiva del reality show y la importancia de la libertad individual. Protagonizan Jim Carrey, Ed Harris, Laura Linney, Noah Emmerich y Natascha McElhone.
Crítica de 'El show de Truman'
Resumen
Ficha Técnica
Título: El show de Truman
Título original: The Truman Show
Reparto:
Jim Carrey (Truman Burbank)
Laura Linney (Meryl Burbank / Hannah Gill)
Noah Emmerich (Marlon)
Ed Harris (Christof)
Natascha McElhone (Lauren / Sylvia)
Holland Taylor (Madre de Truman)
Paul Giamatti (Director de sala de control)
Adam Tomei (Director de sala de control)
Harry Shearer (Mike Michaelson)
Brian Delate (Padre de Truman)
Philip Baker Hall (Ejecutivo de red)
Peter Krause (Lawrence)
O-Lan Jones (Camarera)
Año: 1998
Duración: 103 min.
País: Estados Unidos
Director: Peter Weir
Guion: Andrew Niccol
Fotografía: Peter Biziou
Música: Burkhard Dallwitz
Género: Comedia dramática
Distribuidor: Universal Pictures International Spain
Tráiler de 'El show de Truman'
Sinopsis
Truman Burbank es un hombre corriente y algo ingenuo que ha vivido toda su vida en uno de esos pueblos donde nunca pasa nada. Sin embargo, de repente, unos extraños sucesos le hacen sospechar que algo anormal está ocurriendo. Todos sus amigos son actores, toda su ciudad es un plató, toda su vida está siendo filmada y emitida como el reality más ambicioso de la historia.
Dónde se puede ver la película en streaming
La historia de una vida por televisión
El show de Truman (The Truman Show, 1998) coloca en perspectiva los aspectos relacionados con el formato televisivo del reality y las ambiciones en busca de audiencia. Truman Burbank (Jim Carrey) es un hombre común que lleva un tranquilo modo de vida en la isla Seahaven. No obstante, desconoce que es protagonista de un exitoso programa de televisión producido por Christof (Ed Harris). Eventualmente, sospechará de su vida ficticia tras la inesperada caída del foco de un set cerca de su casa.
El relato, además de profundizar en la construcción y desarrollo de una idea para el formato televisivo, enfatiza en reflexiones existencialistas sobre la simulación de una realidad en aras del rating y la audiencia cautiva.
El realizador Peter Weir sigue de cerca los pasos de Truman y sus patrones de conducta, por medios de encuadres que resaltan la cámara escondida. Además, coloca también las impresiones que tiene la audiencia sobre las vivencias de Truman, las cuales resuenan con el público. Los espectadores experimentan instancias de incertidumbre que dinamitan el rating. Ejemplo de ello son los intentos de Truman por abandonar Seahaven, alcanzando el punto álgido al “navegar” en altamar.
Así, construye el acechamiento que experimenta su protagonista de manera paulatina, entremezclando deseos personales que Christof desconoce. Todo ello a pesar de fungir como el “creador” que trata a Truman como su hijo, buscando que nunca descubra la verdad sobre su vida.
El thriller, la verdad y la libertad personal
A su vez, el guion de Andrew Niccol entrelaza reflexiones sobre los deseos personales en medio del escenario ficticio en el que se desenvuelve Truman. Su sueño por conocer Fiji detona un thriller psicológico en el que se ve acechado por querer abandonar su hogar. Desde su miedo por el agua desarrollado por la supuesta muerte de su padre hasta los movimientos calculados de los actores que fingen como habitantes de Seahaven, su protagonista experimenta una creciente paranoia.
Weir resalta en El Show de Truman la sensación de persecución a través de las acciones impredecibles de Truman. Trastocan desde el trayecto de los automóviles en el lugar y el comportamiento demasiado acartonado de sus vecinos hasta el nerviosismo del equipo de producción por seguirlo con cámaras.
El detonante de su comportamiento se afianza mientras descubre de manera paulatina el origen de Seahaven. Todo ello por descomposturas de señales de radio que confirman las sospechas de vigilancia sobre su persona y la falsedad de su entorno, especialmente con su presunta amistad con Marlon (Noah Emmerich).
El amor y el juego de las decisiones
No obstante, el filme ahonda también en las emociones genuinas y en las decisiones. Entrelaza flashbacks que enfatizan en el pasado de Truman, el amor y la añoranza. A pesar de mantener un idílico matrimonio con Meryl (Laura Linney), Truman oculta su amor por Sylvia (Natascha McElhone). Se trata de un acontecimiento no previsto por la producción que será el catalizador para que su protagonista busque huir de Seahaven.
Así, la narrativa pone también en perspectiva a una audiencia que no olvida los sucesos del show sin importar el tiempo, siendo los recuerdos aspectos imborrables con los que los seres humanos muestran empatía. El clímax del relato resalta en el poder de la libertad como la cualidad más valiosa de la individualidad.
Conclusión de 'El show de Truman'
El show de Truman (The Truman Show) tuvo su estreno en momentos en el que reality aún no se afianzaba como una alternativa en la programación televisiva. Su elenco ofrece actuaciones sólidas, particularmente Ed Harris y Jim Carrey (mostrando una sólida faceta dramática y con tintes de humor negro).
No obstante, se trata de un drama de culto. Gracias a sus tintes de thriller, explora las ambiciones de los productores, la audiencia capturada por un producto emocional y al desarrollo de una idea potencial exitosa que sacrifica la libertad.
Además, con una dirección y guion notables, resalta también puntos existencialistas sobre la falsedad, la catarsis de la realidad, las emociones, las decisiones y la privacidad.
Un show original y adelantado a su tiempo que antecede al comportamiento de los medios sociales encontrados en internet.
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