El trono es un cortometraje sobre la clase política y sus miserias. Protagonizado por Manu Baqueiro nos ponemos en la piel de un joven presidente que tiene intención de comerse el mundo, aunque el mundo se lo vaya a comer a él. Biznaga de Oro a Mejor Cortometraje en el Festival de Málaga 2024. El Trono, primer cortometraje escrito y dirigido por la actriz Lucía Jiménez.
Crítica de 'El Trono'
Resumen
Ficha Técnica
Título: El trono
Título original: El trono
Reparto:
Manuel Baqueiro
Marta Belenguer
Vito Sanz
Emilio Buale
José Manuel Seda
Benito Sagredo
Daniel Huarte
Mariano Alameda
Xabi Murua
Alex Velasco
Año: 2024
Duración: 14 min.
País: España
Director: Lucía Jiménez
Guion: Lucía Jiménez
Fotografía: David Acereto
Música:
Género: Comedia. Política
Montaje: Rafa Medrano
Producción: Estela Producciones Cinematográficas, Pretérito Imperfecto Producciones, Pólvora Films
Distribuidor: Agencia Freak
Tráiler de 'El trono'
Sinopsis
El presidente del gobierno, un hombre leal, escrupuloso y pulcro, se queda atrapado en un baño público sin papel, en plena campaña electoral. Indefenso y sin poder salir descubre de qué clase de gente está rodeado. Solo si es capaz de superar sus escrúpulos podrá salvar su trono.
Matar o te matan
Ya nos enseñó House of Cards (2013) y Crematorio (2011) que la política es el arte de la guerra por otros medios. A lo largo de la historia la cosa pública se ha visto protagonizada por grandes personalidades que pusieron su capacidad al servicio de los demás, pero también de buscavidas en busca de un techo bajo el que guarecerse. Cuando hablamos de buscavidas ya querríamos al intrépido Eddy Felson, nos tenemos que conformar con lo que hay.
En el cortometraje El trono Lucía Jiménez saca a la luz a estos últimos. ¿Por qué hacerlo? No sería mejor apostar por un idealista candidato que choque contra la realidad que nos gobierna. La realidad es que el personaje canalla es el que gusta al espectador, quizás porque piensa que él actuaría así en la misma situación.
Al suelo que vienen los míos
Lucía Jiménez no quiere contar una lucha fratricida de esas que tanto se ven en las primarias de los partidos, solo quiere un apuñalamiento, más parecido al de Jon Snow en Juego de Tronos. Un puñal que entra firme sobre la carne, una y otra vez hasta dejar el cuerpo inerte.
En la política es fundamental de quién te rodeas para bien o para mal, en el momento en que comienzan las luchas internas el proyecto empieza a perder fuelle. En España tenemos numerosos ejemplos de ello, da igual que hablemos de compañeros de facultad, mujeres con poder o unas urnas detrás de la cortina. Decía Churchill, tan socorrido siempre, que hay que tener cuidado de los que se sientan enfrente en el parlamento, pero más de los que se sientan detrás. No hay nada en política más común que el fuego amigo, esa filtración tan oportuna que solo conocen los íntimos. Una traición que puede ir de los más banal a lo más sofisticado, ya decía Guerra que de eso sabía mucho que el que se mueve no sale en la foto.
El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente Lord Acton. Sin embargo en El trono todos quieren ese poder. Nuestro presidente en El trono lo verá de primera mano, más cerca imposible.
Cama y trono
Son los dos ejes que mueven el mundo y la política no iba a estar ajena a estos menesteres, información íntima, éxito garantizado. Toda una declaración de intenciones de los usos y costumbres de los que bebe la política patria y de la que Lucía Jiménez tiene numerosas fuentes de las que se empapa con maestría.
Las adicciones y las cosas de la pasión son cosas que aplican en la vida política. No son extraños los affaires entre compañeros de escaño o hemiciclo. Nada de lo humano le es ajeno a la política, convirtiéndose en la trituradora de carne que es hoy día.
Reír por no llorar
No todo van a ser muertes y desgracias en la política. Filtraciones, ataques amigos o desafortunados incidentes antes de una declaración son el pan nuestro de cada día. Sin embargo, debajo de esa pátina de poder existe un punto de embarazo. La política como cualquier otra esfera pública de la vida está idealizada, se ve avezados estrategas donde quizás solo hay golpes de fortuna. Este es el motivo de fondo para que la obra se desarrolle en un lavabo. El trono mezcla de manera fantástica la absoluta de las conspiraciones con la más vergonzosa de las situaciones. Aquí podemos encontrar dentro de la política otro filón argumentativo. La política y el humor van más de lo esperado de la mano. Palabras que no existen, malentendidos, situaciones esperpénticas que la política nos regala, muchas veces pensamos como decía el libro del periodista Rafa Latorre, habrá que jurar que esto ha ocurrido.
El humor no llega ahora a la política. El trono nos divierte con las desventuras del presidente, pero antes hubo otros. Recordemos a Carlos Larrañaga en Señor Alcalde (1998), no hay nada como la política local para dejarnos ojipláticos. Larrañaga atendía las peticiones más variopintas de sus vecinos. Más reciente es Vota Juan (2019) con Javier Cámara como ese político con una gran idea de si mismo y una serie de asesores que potencian al candidato.
Manual de resistencia
El cortometraje El trono nos cuenta en apenas unos minutos la esencia de la política. Las fluctuaciones de voluntades y la escasez de amistades. Todo vale y nada permanece para conseguir los objetivos, de eso consiste la política. La idea de mezclar lo terrenal y lo poderoso le dan más fuerza al mensaje. Baqueiro está fantástico combinando al humano y la tirano. En otro lugar quedan las buenas obras y el bien ajeno, eso solo en la campaña electoral. Dejemos que quién pueda ocupe su trono.
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