Cuarenta y cinco años después de su controvertido estreno en el Cine Azul de la Gran Vía madrileña el 9 de junio de 1980, Arrebato sigue siendo mucho más que una película; es uno de los grandes enigmas del cine español. El Último Arrebato es una película híbrida dirigida por Marta Medina y Enrique López Lavigne, que transita por el documental y por derroteros del cine fantástico. Se aventura a desvelar los secretos alrededor de esta cinta icónica y de la intrigante desaparición de su creador, sin sospechar los peligros de adentrarse en su universo. Estreno el 27 de noviembre de 2025 en salas de cine españolas.
Crítica de 'El Último Arrebato'
Resumen
Ficha Técnica
Título: El último arrebato
Título original: El último arrebato
Reparto:
Iván Zulueta
Jaime Chávarri
Eusebio Poncela
Cecilia Roth
Marta Fernández-Muro
Carlos F. Heredero
Virginia Montenegro
Carlos Astiarraga
Paco Hoyos
Año: 2025
Duración: 108 min.
País: España
Director: Marta Medina, Enrique López Lavigne
Guion: Marta Medina, Jaime Chávarri
Fotografía: Álvaro Gómez Pidal
Música: José Ignacio Arrufat
Género: Documental
Distribuidor: 39 Escalones Films
Tráiler de 'El último arrebato'
Sinopsis
El Último Arrebato es una película híbrida que transita por el documental y por derroteros del cine fantástico. Se aventura a desvelar los secretos alrededor de esta cinta icónica y de la intrigante desaparición de su creador, sin sospechar los peligros de adentrarse en su universo. (39 Escalones)
Celuloide maldito
La trama de El Último Arrebato alterna el análisis cinematográfico con la reconstrucción biográfica. Explora cómo Iván Zulueta, un artista inadaptado, visionario y profundamente sensible, creó una obra que anunciaba el final de la Movida y la llegada de un tiempo más oscuro, tanto para el país como para él mismo, y, del mismo modo que los personajes de la película son absorbidos por el cine y por las drogas, Zulueta también fue, en cierto modo, devorado por su propio universo creativo.
El Último Arrebato ofrece testimonios de amigos, colaboradores, cineastas, montadores, estudiosos y figuras que vivieron de cerca tanto la creación de Arrebato como la figura esquiva de Zulueta. Se abordan los rodajes caóticos, las adicciones, las obsesiones estéticas, los experimentos visuales y la relación casi vampírica que el director mantenía con el cine, siempre al borde de desvanecerse dentro de él.
Abrirse en canal
La labor conjunta de Marta Medina y Enrique López Lavigne logra un equilibrio admirable entre respeto, fascinación y lucidez crítica, El Último Arrebato nunca cae en el homenaje barato. Los directores entienden muy bien que hablar de Iván Zulueta implica moverse entre dos planos, el de la creación y el de la destrucción. Ambos están filmados con una narrativa que fluye con naturalidad, sin necesidad de subrayados melodramáticos.
La dirección consigue transmitir algo que no siempre es fácil. La sensación de estar entrando en un mundo privado y quebradizo, una habitación llena de carretes, cintas, dibujos y fantasmas. El ritmo es firme, sereno, sin prisas, consciente de que lo importante aquí no es la espectacularidad, sino la comprensión de un espíritu artístico que se apagó demasiado pronto.
El abismo creativo
Quienes hablan de Iván Zulueta no lo hacen desde la distancia académica, sino desde un vínculo real. Cada testimonio está cargado de matices, algunos evocan la grandeza visual e imaginativa de Zulueta con admiración casi infantil. Otros hablan con dolor, incluso con cierta culpa, de lo que no pudo ser, la mezcla de afecto, frustración y fascinación compone un retrato coral muy sólido.
El Último Arrebato obtiene lo mejor de estas voces, sinceridad sin rencor, homenaje sin idealización, es especialmente conmovedor escuchar cómo muchos entendieron demasiado tarde que Arrebato era, en el fondo, un grito de auxilio.
Artefacto hipnótico
Visualmente, El Último Arrebato respeta la estética de Iván Zulueta sin imitarla, no intenta ser Arrebato, sino explicarlo, rodearlo, observarlo. Aun así, hay momentos en los que la mezcla de imágenes y testimonios genera una sensación hipnótica que recuerda por qué la película original es tan magnética. El montaje es clave, combina presente y pasado con una fluidez casi narrativa, haciendo que la historia de Zulueta se sienta como una espiral que vuelve constantemente a su centro gravitacional.
Conclusión de 'El Último Arrebato'
El Último Arrebato es un documental sólido, sensible y necesario para entender no solo a Iván Zulueta, sino el origen y la herencia de una de las películas más inquietantes del cine español. No pretende dar respuestas cerradas ni resolver el misterio de su creador; más bien invita a contemplarlo, a escucharlo y a comprender lo que significa ser “arrebatado” por el arte.
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