Teatro de la Abadía estrenó el pasado 13 de marzo El verdugo, una propuesta de la compañía El Espejo Negro. Una adaptación descarada, reflexiva y humorística, que viene con sus características marionetas. Estará en cartel hasta el 24 de marzo.
'El verdugo' en el Teatro de la Abadía
El Teatro de La Abadía acoge, a partir del 13 de marzo, la adaptación teatral de El verdugo, representada con marionetas gracias a la compañía El Espejo Negro. La película de 1963 que firmaran al alimón Luis García Berlanga y Rafael Azcona, ―ganadora del Premio FRIPESCI del Festival de Venecia ese mismo año―, adopta ahora forma sobre el escenario en una versión que Ángel Calvente, director de la propuesta, considera que es “una obra teatral que destila a raudales humor amargo y desgracias ajenas. Esta comedia negra está plagada de ellas. Es fácil reconocerse y empatizar con un protagonista que se ve obligado a vivir una vida que no quiere ante la falta de otras perspectivas”, afirma su creador.
Con el 60 aniversario del estreno en 1963 en el XXIV Festival de Cine de Venecia de la mítica película de Berlanga, El Espejo Negro se lanza a rendirle homenaje llevando al teatro esta icónica comedia negra y sátira de la sociedad española de entonces. “Berlanga siempre ha tenido un potente sentido de la ironía y del humor y sobre todo del humor negro con los que siempre me he sentido muy identificado”, afirma Ángel Calvente. De hecho, la primera vez que el director se encontró con esta película fue en su adolescencia: “Me impactó mucho, la historia, cuando llevan a José Luis a rastras para dar muerte al reo, y cruza la mirada con este. El miedo está en los dos. A mí esta escena y la película me dejó como ‘chocao’. Se me quedó en el subconsciente”.
Ángel Calvente frente a Luis García Berlanga
Fue así como hace unos seis años pensó en adaptar la película, pero “me eché para atrás porque no me vi suficientemente ‘valiente’”. Sin embargo, dos años antes del aniversario del filme, a Calvente le empieza a rondar de nuevo en la cabeza llevar a cabo esta adaptación teatral y, tras un periodo de reflexión, se lanza a la aventura no sin dificultades.
Como cuenta el creador, tuvo que enfrentarse principalmente “a la traslación del cine a las marionetas. El tempo y el lenguaje de estas es diferente; es más ligero, en ocasiones, que el del actor de carne y hueso e influye también su movimiento sobre el escenario. Tenía claro que no quería mutilar el guion original de Berlanga y Azcona, no quería dejar de ser yo y tampoco quería perder el alma de El Espejo Negro”. Así fue como el director aligeró notablemente el espectáculo resultante hasta su estreno en 2023.
Ahora, llega por primera vez a Madrid y a La Abadía que, en palabras de Calvente, “representa un lugar tan potente e importante en el ámbito de las artes escénicas”. La obra, que estará en cartel del 13 al 24 de marzo, llega después de haber viajado en 2023 por diferentes ciudades de la geografía española: Málaga, Granada, Almería, Córdoba, Segovia, Zamora, Valladolid, Palencia, Huesca, Molina del Segura en Murcia, Valencia, Langreo en Oviedo, Navarra, Barcelona, A Coruña o Vizcaya, entre otras). Además, cuenta con seis nominaciones a los Premios Lorca de Andalucía a Mejor espectáculo, Mejor dirección, Mejor adaptación, Mejor Escenografía, Mejor Vestuario y Mejor Iluminación y suma la candidatura en las nominaciones a los Premios Max 2024 a Mejor Adaptación.
Marionetas como elenco actoral
Para la traslación de los personajes de la película, Ángel Calvente asegura que debía simplificar la gran cantidad de secundarios que aparecían en ella. De esta forma redujo a cuatro intérpretes a las cerca de veinte marionetas que actúan sobre el escenario. Entre ellas, se encuentran, claro está, los personajes de Amadeo, José Luis y Carmen, para las que se han desarrollado cuatro avatares, ya que en el espectáculo va pasando el tiempo, los escenarios cambian y estos deben ir modificando su vestuario, su peinado. “En crear todas las marionetas tardé unos nueve meses. Se ha hecho un trabajo formidable de investigación para recrear la moda de la época”.
Asimismo, el trabajo con los intérpretes es crucial, pues sin ellos las marionetas no cobran vida. “Ellas sienten, padecen, ríen, lloran”. Por este motivo, Calvente se rodea habitualmente del mismo equipo de actores y de actrices. “Ellos y ellas son los que pueden transmitir la energía a la marioneta y de la marioneta al público”. En este sentido, la obra consigue “llevar al espectador a ese mundo con sorpresa y alegría, aunque también hay momentos trágicos, pero esa mezcla imposible encarnada por marionetas hace que la gente entre y se convierta”, afirma Ángel.
Vigencia del discurso
De hecho, apunta a que uno de los motivos por los que cree que la obra funciona se debe a la vigencia de su discurso pues existe una “parte de España que hoy mira con ojitos enamorados a tiempos pasados de esa España gris, de hombres y mujeres sin futuro. Por eso creo que el público debe ver el sufrimiento de aquella España en blanco y negro. El verdugo te retrae y te trae, te lleva y te enseña”.
No te pierdas El verdugo en el Teatro de la Abadía hasta el 24 de marzo.
FUENTE DPTO. DE COMUNICACIÓN DE TEATRO DE LA ABADÍA
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