El pasado miércoles 21 de diciembre de 2022 llegaba a Netflix la temporada 3 de Emily en París. Este fenómeno sobre una joven estadounidense que se muda a París se ha convertido en uno de los mayores éxitos del gigante del streaming. Su primera entrega (2020) fue vista por 70 millones de espectadores y este año ha recibido dos nominaciones, algo polémicas y criticadas, a los Globos de Oro (Mejor Serie y Mejor actriz serie-comedia para Lily Collins). El creador de la serie, Darren Star (Sexo en Nueva York), ha vuelto por todo lo alto a la televisión con esta versión actualizada de Carrie Bradshaw para las nuevas generaciones protagonizada por Lily Collins (Cazadores de sombras, 2013).
Crítica de la temporada 3 de Emily en París
Resumen
Ficha Técnica
Título: Emily in Paris
Título original: Emily in Paris
Reparto:
Lily Collins (Emily Cooper)
Philippine Leroy-Beaulieu (Sylvie Grateau)
Ashley Park (Mindy Chen)
Samuel Arnold (Julien)
Bruno Gouery (Luc)
Lucas Bravo (Gabriel)
Camille Razat (Camille)
Lucien Laviscount (Alfie)
William Abadie (Antoine Lambert)
Kevin Dias (Benoit)
Año: 2020 / 2022
Duración: 30 min.
País: Estados Unidos
Director: Darren Star (Creador), Andrew Fleming
Guion: Emily Goldwyn, Darren Star
Fotografía: Steven Fierberg
Música:
Género: Comedia romántica
Distribuidor: Netflix
Tráiler de la temporada 3 de Emily in Paris
Sinopsis
Un año después de mudarse de Chicago a París persiguiendo el trabajo de sus sueños, Emily se encuentra en una encrucijada vital. Ante ella se abren dos caminos muy distintos, y tendrá que decidir exactamente dónde deposita su lealtad —tanto en lo laboral como en lo sentimental— y qué supondrán esas decisiones para su futuro en Francia. Todo esto mientras sigue viviendo las sorprendentes aventuras y vicisitudes que ofrece la vida parisina. (Netflix)
Dónde se puede ver la serie en streaming
Tramas más maduras que nos hacen perder el interés
En esta ocasión, podemos ver a una Emily mucho más madura que tendrá que tomar decisiones importantes para su futuro. Tal vez, ese peso que le intentan dar a la trama es lo que la hace menos entretenida. Los espectadores no se tomaban a Emily muy en serio. Simplemente disfrutaban de las banalidades, los excesos y las situaciones irreverentes que proporcionaban la serie. Nada era tan importante como parecía y el espectador se limitaba a sumergirse durante un rato en esta vida de lujos, excesos y llena de dilemas sentimentales. Y eso se ha perdido ahora y es el mayor problema. Hay veces que es mejor no tomarse a uno mismo demasiado en serio y eso es, precisamente, lo que mejor funcionaba en la serie.
El hecho de intentar crear historias más adultas ha dejado esa sensación de escapismo en un segundo plano. Los guionistas han decidido apostar por las tramas secundarias y la de Emily parece quedarse estancada en el pasado y no evoluciona a lo largo de los diez capítulos. Aunque, la temporada acaba con final abierto, que es un recurso que las series están utilizando mucho últimamente, para mantener al espectador enganchado y que se quede con un buen sabor de boca. De hecho, este final sea, probablemente, lo único interesante de esta temporada tan fría y monótona.
La alta costura parisina al rescate de la temporada
No obstante, la temporada 3 de Emily en París no ha perdido ese nivel de glamour y de oda al mundo de la moda. En este caso, Patricia Field se vuelve a poner al frente del diseño de vestuario creando combinaciones de prendas imposibles y poco prácticas que nadie llevaría en su día a día. Pero, que captarán la atención de todos los amantes de la moda y la alta costura. En mi opinión, es el único elemento que sigue estando a la altura de los anteriores capítulos.
Conclusión de la temporada 3 de Emily en París
En conclusión, la temporada 3 de Emily en París se vuelve repetitiva y abandona todos esos elementos que la convertían en una serie excesiva y disfrutable. La profundidad que se le intenta dar a las tramas y a los personajes no funciona y eso queda reflejado en esta nueva entrega. Esperemos que la siguiente nos devuelva ese punto excesivo y los clichés que hicieron que millones de personas se enamorasen de esta historia tan irreal, a la vez que adictiva, sobre una turista estadounidense y sus peripecias en la Ciudad de la luz.
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