La Sala Bululú 2120 acoge hasta el 8 de junio Empecemos por que no estás, obra escrita por Guillermo de la Puente. La dirección corre a cargo de Carlos B. Rodríguez, cuenta en el reparto con Borja Minaya, Helena Nievas, Pablo Ríos y Paula Susavila. Después de varios meses en cartel, ha logrado causar sensación entre el público.
Crítica de 'Empecemos por que no estás'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Empecemos por que no estás
Título original: Empecemos por que no estás
Reparto:
Borja Minaya
Helena Nievas
Pablo Ríos
Paula Susavila
Duración: 90 min. aprox.
Dirección: Carlos B. Rodríguez
Dramaturgia: Guillermo de la Puente
Iluminación: Marta Pavía
Diseño gráfico: Paula Susavila
Fotografía: Nacho Sanz
Producción: Bululú 2120
Sinopsis de 'Empecemos por que no estás'
Empecemos por que no estás nos presenta a Horacio, un artista nómada, regresa a su ciudad natal tras la muerte de su madre con la idea de convencer a su hermano Alberto de vender la casa familiar. Allí también están Sara, la hermana pequeña, y Soledad, pareja de Alberto. La negativa de éste a vender la casa y la reticencia de Horacio a conocer a Sara, a quien apenas ha visto, pondrá en marcha una maquinaria de acontecimientos que redefinirá los vínculos entre los cuatro y les hará enfrentarse, cada uno a su manera, a un dilema imposible: aceptar o resistirse al implacable paso del tiempo. (SALA BULULÚ 2120).
Faltar
Guillermo de la Puente confecciona un thriller familiar, donde se pone sobre las tablas un conflicto que habla de la presencia, de la libertad y del apego. Por ello, se explora la evolución de un núcleo fraternal, donde se ven distintos saltos en el tiempo donde la ruptura y la separación cada vez es más notoria. En ese aspecto, Empecemos por que no estás provoca interés en el público, quien desea saber el final de unas relaciones nada sencillas. Gracias a ello, hay momentos en los que se hace presente esa intimidad, ese dolor, a través de un tono costumbrista, más naturalista, permitiendo que el lenguaje juegue en una convención más cercana a los espectadores. Con lo cual, saben transmitir la problemática principal, donde la ausencia es la que atrapa a todos los personajes desde distintos enfoques.
El problema que se halla es la reiteración y la falta de avance en lo expuesto sobre el escenario. Desde la primera vez que se muestra el conflicto, se puede esperar una concreción donde se hallen más prismas, donde se desvelen momentos cumbres. La falta de escenas en las que haya un clímax o una revelación dificultan que los personajes logren llegar a una catarsis o a una conclusión más efectiva. En consecuencia, avanza la trama con una tranquilidad que no le sienta bien. La razón es que esta parsimonia no es en pos de potenciar otros aspectos de la pieza, como la belleza estética o la concreción de detalles, provocando que, en ocasiones, haya cierta desconexión con lo que sucede sobre las tablas.
La familia
Cuatro magníficos actores es lo que eleva el resultado de Empecemos por que no estás. En primer lugar, Pablo Ríos logra una actuación llena de familiaridad, completamente orgánico. De esta forma, lleva a su personaje a esa cercanía, a ese aspecto cotidiano que le sienta tan bien. Ríos no evita la convención teatral, pero la amolda de forma que encaje a la perfección con el montaje. Después, Paula Susavila ofrece una actuación magnética, que engatusa los asistentes, quienes aceptan su faceta como personaje y narrador. Con ello, expone una personalidad mística que sienta bien a la obra. No obstante, no deja de lado la garra y el carácter, en un tono natural, que cohesiona con el resto de sus compañeros en escena.
Borja Minaya se introduce en una interpretación que, aparentemente, puede parecer fácil, pero que tiene su dificultad en los pequeños detalles. Por ello, se valora su expresividad, así como su movimiento sobre la escena. También se puede ver una conexión muy especial con Ríos, enterneciendo en aquellas escenas que comparten juntos. En cuanto a la voz, sabe donde colocarla, aunque haya pequeños momentos en los que podría mejorar la dicción. Por último, Helena Nievas tiene suficiente personalidad para estar presente en la obra, a pesar de no tener tanto tiempo en escena. Sin embargo, protagoniza algunas de las escenas más claves del montaje. Aunque hay algunos comentarios hacia su texto, a nivel interpretativo consigue traspasar su emoción, así como una sensación peculiar, que mejora la propuesta escénica.
Convexos
La puesta en escena de Empecemos por que no estás es visualmente llamativa, desde un primer momento capta la atención del espectador con el diseño de la escenografía. Por lo que, en este aspecto, consiguen un resultado eficaz. Después, esta construcción se irá transformando de una manera óptima, permitiendo dar acción al juego escénico y fomentando así el movimiento. También destaca la elección del vestuario, marcando cada personaje con un estilismo característico que permita identificar rápidamente su personalidad en la escena. Por otro lado, el espacio escénico viene delimitado de una manera clara, se sabe cuándo se encuentran en la pura acción de la obra y cuando se pueden permitir romper la cuarta pared. No obstante, hay momentos en los que se difumina y aunque podría ser una estrategia interesante, queda algo confusa.
El ritmo de la obra se convierte en uno de sus grandes enemigos. A causa de un texto que pretende crear misticismo y perplejidad, se excede en los tempos y acaba ralentizando la pieza excesivamente. En consecuencia, rompe la atmósfera en varios momentos, provocando que los asistentes puedan desconectar ante lo que están viendo sobre el escenario. Por lo que, sin quererlo, condena su transcurso. Se podría mejorar recortando algunos pasajes y buscando momentos cumbres, dado que tiene oportunidades que acaban pasando desapercibidas. Además, es una pena, ya que cuenta con un elenco que rema totalmente a favor y quiénes, en una parte importante, levantan el resultado para evitar hacer aguas. No obstante, pese a poder mejorar, se valora aquellos puntos artísticos bien planteados, viéndose una base que demuestra potencial.
Conclusión
Empecemos por que no estás es una propuesta que busca el misticismo, la extrañeza, mediante una problemática cercana y cotidiana. Por ello, expone un libreto que navega en estas emociones, pero donde se echa en falta una mayor concreción y puntos cumbre. La puesta en escena es visualmente atractiva, pesándole el ritmo que mengua el efecto en el patio de butacas. No obstante, el reparto levanta la obra con unas interpretaciones muy humanas y con detalle. Una propuesta que se pierde en su enfoque, no pudiendo aprovechar todo su potencial.
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