Garbi Losada trae la adaptación teatral a España de Entre copas, basada en la novela original de Rex Pickett. Cabe recordar que el libro de Pickett tuvo una adaptación cinematográfica de gran éxito, estrenada en 2004 y ganadora del Premio Óscar a mejor guion adaptado. En esta ocasión, Losada junto a José Antonio Vitoria se han encargado de esta versión, trasladando los viñedos de Santa Bárbara a la preciada La Rioja. Protagonizada por Juanjo Artero, Patxi Freytez, Ana Villa y Elvira Cuadrupani, se puede disfrutar hasta el 5 de junio en el Teatro Reina Victoria.
Reparto: Juanjo Artero (Andrés)
Patxi Freytez (Miguel)
Ana Villa (Amaia)
Elvira Cuadrupani (Terra)
Duración: 90 min. apróx. Dirección: Garbi Losada Versión: Garbi Losada y José Antonio Vitoria Autoría original: Rex Pickett Producción: Ados Teatroa y Pentación Espectáculos
Tráiler de 'Entre copas'
Sinopsis de 'Entre copas'
Entre copas nos lleva a una impredecible semana de vacaciones.
¿Qué pasa cuando tienes cuarenta y tantos y te das cuenta de que nadie volverá a tutearte? Miguel y Andrés, amigos de toda la vida, se enfrentan a esa pregunta cada uno a su manera. Miguel, divorciado deprimido, escritor frustrado y apasionado del vino, es un pesimista. Andrés, un actor fracasado que está a punto de casarse, un seductor.
Ambos deciden realizar un viaje como despedida de soltero para Andrés y arrastran sus inseguridades de copa en copa, intentando encontrar algo que les permita escapar de la mediocridad y sentirse vivos.
Hasta que se encuentran con Amaia y Terra, dos entendidas en la elaboración del vino que trabajan en bodegas de la zona. Estas dos mujeres independientes, emprendedoras y temperamentales introducen un elemento de desequilibrio, una sacudida vital que les exigirá madurar y decidir con qué perspectiva van a afrontar la segunda mitad de su vida. (TEATRO REINA VICTORIA).
Despedida de soltero
Basada en la novela de Rex Pickett, Entre copas llega a su versión teatral española de mano de Garbi Losada y José Antonio Vitoria. Esta historia presenta a dos amigos de cuarenta y tantos años, que se embarcan en una despedida de soltero muy peculiar, recorriendo diferentes catas de vino. A diferencia del libro original y de su adaptación cinematográfica, en esta ocasión, se ha apostado por trasladar la acción a La Rioja. Esos cambios permiten que el guion se empape de referencias nacionales, que acerca el imaginario narrativo al público. También se fomenta un lenguaje que da ese aire de cotidianidad, convirtiéndose en una comedia accesible para todo tipo de públicos, apostando por una vertiente más comercial. Por lo tanto, su mayor intención es entretener a los asistentes y lo logra con una estructura fresca, sencilla y fácil de ver.
Hay que destacar que han sabido dar una personalidad propia al proyecto, lo que permite que no se produzcan comparaciones y se valore de forma individual esta propuesta. Tiene puntos de humor muy efectivos, que logran causar las carcajadas en el espectador. Sin embargo, se echa en falta mayor profundidad en las relaciones que se promueven, ofreciendo una resolución excesivamente fácil y en algún caso previsible. Las dudas en Andrés terminan por dejarse llevar por el chiste fácil y el vínculo entre Amaia y Miguel no consiguen despegar, ir más allá de una atracción inicial y algunas confidencias. En consecuencia, puede dar la sensación de no estar explotando ese camino más reflexivo que se pudo disfrutar en el material original, sino que se ha dado más foco a la trama de enredos y situaciones rocambolescas que se subliman en la comedia.
Cita doble
Uno de los aspectos a aplaudir es la elección de un reparto que está en estado de gracia. Entre copas cuenta con un elenco solvente y que luce en conjunto. En primer lugar, Juanjo Artero está soberbio como Andrés, dándole ese toque juguetón y pícaro, a la par que muestra los límites intelectuales del mismo con mucha naturalidad y credibilidad escénica. De esta manera, consigue que su trabajo dramático destaque, al dar luz y movimiento. Después, Patxi Freytez se mete en la piel de Miguel, cuidando absolutamente cada estado mental y emocional por el que transcurre su personaje. Entre el dinamismo puro que le otorga la comedia y esa buena gestión de la energía, logra que se establezca una conexión directa con el patio de butacas y haga del pesimismo una fuente de expresión que rema a favor de la obra.
Ana Villa demuestra, una vez más, que el humor es uno de sus grandes aliados. Además de mantener esa cercanía que le caracteriza a la hora de trabajar, también se puede ver cómo concentra y ejecuta pertinentemente cada una de sus partes. Así mantiene una coherencia entre la forma de ser su personaje y cómo lo lleva a escena. A pesar de parecer fácil, se necesita también un ejercicio de contención para otorgar esa suavidad y sencillez que destila su Amaia. Para terminar, Elvira Cuadrupani completa el reparto como Terra. En sus primeras escenas pasa algo más inadvertida, pero triunfa con una presencia escénica propia. Únicamente, hay algún matiz que se queda a medio gas y se echa en falta una contundencia más conseguida, en concreto, en la discusión con Andrés.
Entre viñedos y confesiones
Las hojas conquistan la puesta en escena de Entre copas, emulando el panorama romántico que ofrecen los viñedos con sus particulares árboles. Para comenzar, se aplaude la elección del color, ya que ese aire otoñal da pie a la melancolía, a la nostalgia y a los sentimientos. Por lo cual, se agradece que no hayan ido por unas tonalidades más verdes. Después, la estructura a nivel estético no termina de fascinar, ya que da la sensación de ser excesivamente robusta y la transformación espacial se queda demasiado cuadriculada. Por ende, aunque funciona para que el espectáculo tome distintos escenarios a lo largo de la obra, visualmente no se convierte en un gran atractivo. Luego, la elección sonora cumple con su función, haciendo que el público termine por tararear el leitmotiv que se va repitiendo entre transiciones. Una melodía suave, que invita a escucharla amablemente.
Los cambios de escena es uno de los elementos más complicados de elegir para no romper con la fluidez del espectáculo. En este caso, la obra hace uso de reflexiones que mezclan la cultura vinícola con las experiencias personales de sus personajes. Durante las primeras veces llega a quedar simpático y hay cierto halo de demiurgo de lo que acontece. Sin embargo, al repetirse en varias ocasiones, termina por perder esa autenticidad primigenia y llega a sentirse algo reiterativo. Aun así, el ritmo mantiene una estructura que no se estanca, funcionando como entretenimiento ligero y dando la clave para disfrutarse con tranquilidad. No cuenta con fuegos artificiales, pero tampoco los necesita. Por último, mencionar la efectividad de los efectos de sonido, ya que, particularmente, proporcionan más solidez al montaje artístico.
Conclusión
Entre copas apuesta por una comedia fresca, que potencia las relaciones personales y los embrollos que se producen en ellas. En este sentido, logra su cometido, que es entretener a los espectadores. Aun así, se echa en falta más profundidad en los caminos introspectivos de cada uno de sus personajes, quedándose más en la superficie. Por otro lado, aplaudir al elenco, el cual realiza una labor estupenda y se convierte en uno de los mejores aspectos de la obra. La puesta en escena plantea una gama de colores atractiva, aunque la construcción de la escenografía no termina de cuajar visualmente. Pese a ello, hay un ritmo agradable y se pasa un buen momento. Confesiones y amoríos que buscan envolver al público en enredos amables, sencillos y divertidos.