El 11 de junio se estrenó la nueva producción de la compañía Estudo Momento: Escándalo en Palacio. Esta ópera primera de Pedro Ruiz, sin ser protagonista, bajo la dirección de Iria Ares y Xoán Carlos Mejuto, quiénes también protagonizan la pieza. Una comedia que reflexiona sobre el poder, el morbo televisivo y la política, mediante una comedia que parte de la publicación de un vídeo privado del primer encuentro sexual del Presidente y su actual esposa. Se puede disfrutar todos los domingos hasta el 17 de septiembre en la Sala Cándido Lara del Teatro Lara de Madrid.
Título: Escándalo en Palacio Título original: Escándalo en Palacio
Reparto: Xoán Carlos Mejuto (Bernard Mathieu) Iria Ares (Paola D'Angio)
Con la participación de: Pedro Ruiz
Dani Lozano
Mónika Vergara
Jose Aguilar.
Duración: 90 min. apróx. Dirección: Xoán Carlos Mejuto e Iria Ares Dramaturgia: Pedro Ruiz Co-Producción y Residencia Técnica: Concello de Ferrol
Idea original: Pedro Ruiz
Escenografía: Xoán C. Mejuto
Atrezzo y Mobiliario: Illana
Iluminación: Antón Arias
Diseño de sonido: Alberto Beade
Vestuario: Félix Ramiro y Toni Francesc, Veneno en la Piel.
Jefa de Vestuario: Asun Arretxe
Caracterización: La Kasa del Maquillaje
Audiovisusales: Gutier Rolán
Cuadros: Vítor Mejuto
Voz Radiofónica: Jose Manuel Mira
Fotografía: Gabriel Brau
Diseño gráfico: Bombo Estudio
Prensa y comunicación: 5Palabras Producción: Estudo Momento
Tráiler de 'Escándalo en Palacio'
Sinopsis de 'Escándalo en Palacio'
¿Quieres vivir la experiencia más glamourosa y divertida de este verano?
Si te gusta la comedia, te gusta el glamour, tienes ganas de pasarte un buen rato y te enamoraste de películas como Con Faldas y A Lo Loco o Historias de Filadelfia…
Escándalo en Palacio es tu comedia para este verano de 2023. Una screwball comedy totalmente diferente e innovadora.
Bernard Mathieu, actual presidente del gobierno, recibe una comprometida noticia: un video privado del primer encuentro sexual con su actual esposa y primera dama, Paola D ́Angio, sale a la luz. El ESCÁNDALO ha saltado. Y ya no se podrá frenar. Bernard, rendido, pretende dimitir y salvar su reputación y la de su esposa. Paola, sin embargo, ha elegido luchar.
¿Triunfará el amor? ¿El dinero? ¿El poder? ¿O encontrarán Bernard y Paola la manera de hacerlo triunfar todo a la vez? (TEATRO LARA).
El affaire del presidente
Ha pasado ya tiempo desde que Estudo Momento irrumpiese en la cartelera madrileña con una producción efectiva y de alta calidad como fue "1888. Señorita Julia". Después de lograr éxito entre el público, se lanza a su primer gran formato en todos los sentidos con Escándalo en Palacio, una comedia original de Pedro Ruiz. Lógicamente, cuenta con la dirección a manos de Iria Ares y Xoán Carlos Mejuto, partiendo de la idea original de Ruiz. Por un lado, se ve ese retrato de la sociedad actual, donde el morbo y la falsa moral se apodera del qué dirán, en vez de la importancia ante temas de mayor envergadura. Con lo cual, proponen un relato fresco, que encaja a la perfección con la realidad social del momento, con dos prototipos de personajes que pueden dar mucho juego.
Hay varios gags que funcionan, en especial, aquellos que encajan con el retrato de la clase política española. Por ello, son varias ocasiones en las que se dibuja una sonrisa cómplice en el público. Sin embargo, el problema se halla en que no eleva su nivel de humor en ningún momento, siendo excesivamente lineal. Así, perjudica el desarrollo de la historia. Se entiende la caricatura, pero se puede aún exprimir más. Además, se une a una estrategia de marketing en torno a la obra muy bien confeccionada, que hace que se espera mucho más de ella. Una comedia que no termina de fluir, con un desarrollo que se hace excesivamente largo en algunos de sus pasajes. Por ello, se sabe que la idea está ahí y dándole una vuelta, se podría traer una obra más potente tanto en su crítica como en su contenido. No hay que contenerse.
Pareja consolidada
No es la primera vez que Iria Ares y Xoán Carlos Mejuto trabajan juntos, siendo ya una dupla que causa extrañeza verla por separado. Por su lado, Xoán Carlos Mejuto trae un presidente con reminiscencias del estilo de Nicolás Sarkozy, que le sientan bien. Por ello, se valora una gestualidad que le acompaña positivamente, exponiendo las posibilidades que tiene el actor ante la escena. Después, se puede ver las ganas que tiene de dar rienda suelta a su personaje, por lo que es una pena que las risas no lleguen. A pesar de ello, Mejuto no pierde la compostura y sigue hacia adelante con su propuesta escénica. No obstante, acaba también por entrar en una estrategia que se torna ya conocida tras la primera parte de la pieza. En consecuencia, no se siente la frescura en su trabajo hasta el final.
Iria Ares ofrece un trabajo más alejado que al que puede tener acostumbrado al público. Por tanto, se agradece que arriesgue en Escándalo en Palacio. Para comenzar, se maneja en una tonalidad de voz en la que potencia su acento gallego, que contrasta estupendamente con la personalidad de su personaje. Asimismo, aporta ese agudo impostado, que le otorga un aire a las actrices del Hollywood clásico – en la imagen que se puede tener desde la cultura española - , completándolo con una gestualidad en coherencia con este personaje. No obstante, al no trazarse una mayor profundidad en su personaje, no le permite deslumbrar. Pese a ello, se aplaude el retrato que hace, siendo un perfecto reflejo de una heredera de la socialité política, aprovechando la caricatura, pero sin caer en lo burdo.
Una comedia comercial
La propuesta escénica de Escándalo en Palacio lleva a los espectadores a un despacho de lo que sería la Casa Presidencial. A nivel estético, otorga una construcción efectiva, sin grandes florituras ni una propuesta más ambiciosa, pero tampoco lo necesita. Además, su principal fuerte viene desde el uso del audiovisual, el cual se convierte en una de las principales vértebras de esta pieza. Por un lado, es gratificante lo visualmente atractiva que queda sobre la escena, así como la manera de introducirlo sin que caiga en lo forzado. Pero, por otro, pone un reto de coordinación máxime, que, en algunas partes, no logra cumplirse como debiera. En consecuencia, da una sensación de estar en disonancia, menguando el efecto que se busca en los asistentes.
El diseño de vestuario es perfecto, centrándose en especial en el utilizado para Iria Ares. Los vestidos dan una clara muestra de la seña de identidad y lo que quieren transmitir con estos personajes. Por ello, crea extrañeza que teniendo una idea muy clara de sus referencias artísticas, no logren llevarlo a cabo desde el libreto. Por otra parte, el ritmo de la obra es lineal, no hay grandes sobresaltos, echándose en falta momentos que se conviertan en auténticos frenesí de carcajadas. Es agradable, amena, siendo algo tibia, lo que hace que se requiera una dosis más de dinamismo para arrancar este tipo de producción. Aun así, mención especial a la elegancia que transita en el sello de identidad tanto de la pieza como de la compañía.
Conclusión
Escándalo en Palacio parte de una idea ambiciosa, que podría ser una auténtica crítica social con una trama perfecta para ello. Sin embargo, acaba por realizar una comedia más políticamente correcta, que no logra transgredir y tampoco hace uso de la comedia más comercial y accesible. Por ende, despierta simpatía, esboza sonrisas, pero no llega a provocar grandes carcajadas ni elegir los momentos hilarantes necesarios. Después, Xoán Carlos Mejuto e Iria Ares se encuentran comprometidos, hay química entre ellos, pero se encuentran limitados, no dan todo lo que podrían dar. Técnica y artísticamente, se aplaude la fidelidad a su sello de identidad, así como al sello visual de la producción. Se echa en falta más garra, más brío, así como una mayor compenetración con el audiovisual. Un escándalo que promete ser un maremoto, pero se queda en una pequeña crisis controlada.
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